Sobre la crisis de Puerto Rico: ‘Extender la visión a un horizonte de socialismo’

Berta Joubert-Ceci

Esta charla fue presentada el 18 de noviembre en la Conferencia Nacional del Partido Workers World-Mundo Obrero.

Gracias a la revolución bolchevique, sabemos que una vida digna es posible bajo el socialismo. Que no es un sueño o una utopía. Para vivir en un hogar que sea asequible y esté en buenas condiciones. Para no tener que preocuparse porque se necesita ver a un médico y no se tiene seguro. Que usted o sus hijas/os puedan estudiar sin tener la carga de decenas de miles de dólares en deudas. Que las industrias pueden ser controladas por las/os trabajadores para el beneficio de la comunidad, y no para Wall Street. Y que todos los servicios y utilidades necesarias se ejecuten, no para obtener beneficios para unos pocos, sino para mejorar la calidad de vida de todas/os.

Si hay un lugar ahora donde hay una necesidad urgente de mirar más allá de las sombrías condiciones existentes y extender la visión a un horizonte de socialismo, es en mi país, Puerto Rico. La crueldad de la dominación imperialista más despreciable se está ejerciendo ahora en esta colonia de los Estados Unidos.

¿Qué está pasando? El año pasado, el Congreso de los EUA aprobó una ley llamada Promesa para imponer una junta de control fiscal que haría que Puerto Rico pague una ilegítima deuda pública de $74 mil millones. ¡Una deuda que los bancos de EUA crearon en primer lugar! Esta junta comenzó a imponer un programa de austeridad neoliberal, recortando las pensiones, cerrando escuelas, recortando drásticamente el presupuesto de los 78 municipios del archipiélago puertorriqueño. Debemos señalar que los municipios son los responsables de las operaciones cotidianas de las ciudades, por lo que, sin suficiente dinero, están obligados a cortar servicios esenciales.

Luego vinieron Irma y María, dos huracanes en sólo dos semanas. María particularmente devastó las islas habitadas de Culebra, Vieques e Isla Grande (Puerto Rico). Miles de casas fueron completamente demolidas; techos volaron. El viento y el agua causaron un tremendo daño en todas partes. La vegetación se había cercenado, aplastada; se fueron las plantaciones de plátano y café. La mayoría de las granjas ganaderas desaparecieron. Caminos de campo y montaña, desaparecieron. Puentes colapsaron. Comunidades enteras quedaron aisladas. Todo el sistema eléctrico se averió; no había servicio telefónico. De repente, Puerto Rico fue retrasado 100 años.

Hoy, a los 58 días – dos meses – después de María, la situación no es muy diferente. A pesar de una ocupación militar virtual de los EUA – que envió tropas, supuestamente para ayudar en la reconstrucción – las personas, principalmente en las montañas, no los han visto; a pesar de la infame Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, FEMA, a pesar de los millones de dólares desperdiciados en contratistas y consultores de todo tipo, el pueblo de Puerto Rico todavía sufre, sigue muriendo. La mayoría del pueblo no tiene electricidad, y eso significa que no hay comidas calientes, ni ventilación en un clima de 90 grados, ni máquinas que salven vidas. Los hospitales pequeños tuvieron que cerrar.

Pero si el huracán fue una catástrofe, nada equivale a la catástrofe de la llamada reconstrucción. Debería llamarse en su lugar “destrucción real”. María ha servido Puerto Rico en bandeja de plata al capital estadounidense. El capitalismo en esta etapa de decadencia ya intentó durante varios años desmantelar y reestructurar Puerto Rico para satisfacer sus necesidades actuales. María le ha dado al imperialismo una oportunidad de oro.

Se empuja la privatización

La privatización de los servicios públicos, en particular la electricidad y la educación, se está impulsando muy rápidamente. Están moviendo su agenda velozmente para aprovechar la falta de comunicación consistente. Debido a que hay muy poca comunicación y la gente no puede mantenerse al día con las noticias y los desarrollos a través de la televisión o la radio, el movimiento progresista no puede responder como las circunstancias lo requiere.

Todavía es difícil hacer una llamada a un teléfono celular, por ejemplo. Cuando la compañía telefónica fue privatizada a fines de la década de 1990, las redes del sistema que instalaron eran muy inferiores y más débiles que las de la compañía telefónica nacional anterior. Definitivamente no fueron construidas teniendo en mente a una isla propensa a tormentas.

La corrupción inherente al capitalismo está siendo expuesta. La ráfaga de contratos multimillonarios que se están autorizando es obscena. Un ejemplo es el contrato de Whitefish. Puerto Rico está en bancarrota, pero el gobierno de Ricky Roselló firmó un contrato para reparar todo el sistema eléctrico en toda la isla con una empresa desconocida de Montana, de dos años, que solo tenía dos empleados, ¡por $300 millones! La parte interesante es que el director ejecutivo de Whitefish, Andy Techmanski, es amigo del Secretario del Interior Ryan Zinke en la administración de Trump. ¡Zinke también es de Whitefish, Montana!

Luego, debido a que hubo una gran cantidad de críticas, principalmente de los medios de comunicación estadounidenses e internacionales, que retrataban a Puerto Rico como el hazmerreír mundial, el gobernador decidió cancelar el trato.

Al mismo tiempo, se informó que la American Public Power Association, con sede en Washington, publicó que el gobierno puertorriqueño no había pedido la activación del acuerdo de ayuda mutua que habría ayudado al sistema a recuperarse de una manera más rápida y económica. Esta es una asociación de todas las compañías públicas de energía en los EUA.

El verdadero propósito de este fracaso es hacer que el pueblo acepte la privatización del servicio eléctrico. Cansadas ​​de no tener electricidad para las necesidades más básicas, muchas personas ya están diciendo que no les importa quién brinda el servicio, solo quieren que se restablezca.

Para hacer que la situación sea más grave, el gobierno de los EUA también ha impedido que Puerto Rico reciba ayuda de otros países. Por ejemplo, los EUA han rechazado la ayuda ofrecida por Cuba, Venezuela y México. El Sindicato Mexicano de Electricistas, el sindicato de trabajadores eléctricos en México, había ofrecido una brigada de trabajadores calificados. Cuba ofreció un hospital móvil con 35 médicos, enfermeras/os y otras/os trabajadores de salud y otra brigada de electricistas. Venezuela ofreció un barco cargado con el combustible diesel muy necesario para los generadores. Pero el gobernante colonial rechazó todas estas ofertas.

El otro sector objetivo de privatización es el sistema educativo. No es coincidencia que el actual gobernador contrató a una mujer de Filadelfia, Julia Keleher, no puertorriqueña y desconocedora de nuestra cultura y tradiciones, para la secretaría de educación. Ella es una promotora de escuelas tipo charter y ahora está llevando a cabo un plan agresivo que impide la apertura de escuelas en la isla. Como consecuencia, miles de familias están saliendo de Puerto Rico para llegar a los Estados Unidos sólo para tener la posibilidad de inscribir a sus hijas/os en la escuela.

Madres, padres, y maestras/os reaccionan

Su justificación para no abrir las escuelas es que no están en condiciones operativas después de María. Pero madres, padres, y maestras/os, e incluso las/os estudiantes se han volcado en sus escuelas limpiándolas de escombros, pintándolas y reacondicionándolas en general. Quieren que sus escuelas se abran y están trabajando firmemente para ese fin.

El movimiento para abrir las escuelas ahora en Puerto Rico es un desarrollo maravilloso, lleno de promesas. Es un esfuerzo basado en la comunidad donde madres, padres y maestras/os celebran asambleas para planificar el curso de acción. En cierto modo, podría ser un embrión de una formación tipo soviets. Están sucediendo en toda la isla. Y se están organizando de forma independiente, ya que todavía hay falta de comunicación. El aglutinante que les mantiene unidos es su voluntad de mantener la educación gratuita, de abrir sus escuelas.

Algunas/os están desafiando las órdenes de la secretaria y comienzan sus labores. Celebran conferencias de prensa. Tienen líneas de piquetes diarias frente a sus escuelas. Organizan recaudaciones de fondos. El resto de la comunidad en muchos lugares está involucrada. La Federación de Maestros de Puerto Rico junto con otras organizaciones acaba de entablar una demanda contra la secretaria y ya se han abierto muchas escuelas programadas para su cierre debido a la presión de estas acciones.

La defensa de las escuelas públicas en Puerto Rico podría convertirse fácilmente en la defensa del país.

Un último aspecto que quería tocar es la llamada ayuda pos huracán María.

Hay muchos llamados de ayuda y asistencia a las víctimas del huracán. Por supuesto, todo es necesario. La carestía es enorme. Pero una cosa debe quedar muy clara: el gobierno de los EUA tiene una obligación con el pueblo puertorriqueño.

El llamado no debe ser para ayuda o caridad. Estados Unidos le debe al pueblo puertorriqueño todos los crímenes cometidos: por la invasión en 1898; por la represión y persecución de independentistas; por la destrucción de nuestra agricultura; por la esterilización forzada de mujeres; por la contaminación de Vieques y Culebra por parte de la Marina de los Estados Unidos; por la contaminación del suelo, agua y aire por plantas farmacéuticas y petroquímicas; por la imposición de una Ley Jones que hace que el envío sea el más caro del mundo; por la migración forzada que está dejando la isla despoblada; por tantos otros crímenes; y, sobre todo, por el delito de negar al pueblo de Puerto Rico el derecho a la soberanía y la independencia.

Puerto Rico está sufriendo, la nación está siendo destrozada, las familias están desmembradas. ¡Pero lo que Puerto Rico necesita ahora no es caridad, es justicia y solidaridad!

¡Cancelar la odiosa deuda!

¡Abrir las fronteras a la solidaridad internacional!

¡Revocar las leyes Jones y Promesa!

¡Fuerzas armadas de EUA y FEMA, fuera de Puerto Rico!

¡Poder para el pueblo!

¡Por un Puerto Rico libre y soberano!

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