Los peruanos se resisten al golpe apoyado por Estados Unidos

Esta charla se ofreció en el evento “Un año de resistencia contra el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos al presidente peruano Pedro Castillo”, organizado por PEX Semillas de Libertad y celebrado el 6 de diciembre en el People’s Forum de Nueva York y por Zoom.

‘Un año de resistencia’ contra el golpe en Perú, Foro del Pueblo/People’s Forum, Ciudad de Nueva York, 6 de diciembre de 2023. Photo: PEX Semillas de Libertad

Pedro Castillo, un ex maestro de escuela y agricultor de un remanso andino, fue elegido presidente de Perú en junio de 2021, con el apoyo de trabajadores, campesinos y pueblos indígenas. Llegó al poder en medio de una ola de ira popular contra los partidos establecidos hipercorruptos de Perú y prometió un cambio radical, en particular dando voz a las comunidades indígenas. 

Castillo reconoció la importancia de las comunidades indígenas de Perú, como los pueblos quechua, aymara, awajún, conibo y shipibo, que durante mucho tiempo habían sido marginados y desoídos.

Sin embargo, Castillo se enfrentó a la oposición de la élite política y empresarial de Lima. No podían aceptar que alguien de origen humilde llegara a la presidencia. A pesar de haber sido elegido democráticamente, Castillo fue derrocado en un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos el 7 de diciembre de 2022. El Congreso peruano, bajo la influencia de corporaciones multinacionales, llevó a cabo este golpe contra el presidente legítimo.

El gobierno golpista de facto dirigido por Dina Boluarte respondió a las protestas contra el golpe con una represión brutal. Más de 80 peruanos han muerto y miles han resultado heridos, detenidos o desaparecidos bajo el régimen golpista. Las comunidades indígenas han sido especialmente perseguidas, sufriendo agresiones físicas y ejecuciones extrajudiciales.

El gobierno de Boluarte y el Congreso son ampliamente despreciados por el pueblo peruano. Según una encuesta realizada en marzo de 2023 por el Instituto de Estudios Peruanos, la presidencia de Boluarte tiene un índice de desaprobación del 78%, mientras que el Congreso tiene un índice de desaprobación del 91%. El gobierno sigue bloqueando las elecciones generales, exacerbando aún más el descontento de la población.

Hoy se cumple un año de resistencia al imperialismo estadounidense en Perú. Peruanos de todos los orígenes, pero especialmente indígenas, han marchado regularmente contra el presidente no electo, Boluarte, y en apoyo de Castillo, a quien eligieron. Han participado en huelgas y bloqueos de carreteras para presionar al gobierno golpista para que dimita. 

Sin embargo, estas manifestaciones se han enfrentado a la violencia autorizada por el Estado. Las reivindicaciones de los manifestantes incluyen la liberación del encarcelado Pedro Castillo, nuevas elecciones generales, un referéndum nacional sobre la formación de una Asamblea Constituyente y justicia para las víctimas de la represión.

El imperialismo estadounidense está detrás del golpe

Pedro Castillo ha condenado a la embajada de Estados Unidos en Perú por ordenar a los militares que reprimieran a los manifestantes antigolpistas. La embajadora de Estados Unidos en Perú en el momento del golpe, Lisa Kenna, veterana de la CIA y del Departamento de Estado estadounidense en Irak, fue asesora de los golpistas. Es probable que Estados Unidos desempeñara un papel directo en la destitución del presidente Castillo y la instalación de Boluarte en su lugar para que cumpliera las órdenes de las empresas estadounidenses.

La interferencia del gobierno estadounidense en la democracia y la autodeterminación peruanas es muy preocupante. Los EE.UU. han enviado más de 1.200 soldados uniformados con aviones, barcos, municiones y equipos de comunicación para apoyar al gobierno golpista inconstitucional y para tomar el control de los valiosos recursos de Perú, incluidas las reservas de litio. Esta militarización de Perú refleja la dominación militar global del imperialismo estadounidense y supone una amenaza para la soberanía nacional de Perú.

La colaboración militar estadounidense con el gobierno golpista peruano constituye un respaldo a la represión y la violencia ejercidas por la dictadura de Boluarte contra manifestantes pacíficos. Envía un mensaje de intimidación a las organizaciones sociales y políticas de Perú que reclaman la restauración de la democracia y el gobierno justamente elegido de Pedro Castillo.

Los importantes recursos de Perú, como petróleo, oro, agua dulce y litio, han llamado la atención del gobierno estadounidense. Estados Unidos protege sus pretensiones sobre estos recursos y se ve amenazado por la creciente relación de Perú con China, su mayor socio comercial. La posición estratégica de Perú como productor de litio, cobre, zinc y plata, cruciales para las tecnologías de energías renovables, amplifica aún más el interés del gobierno estadounidense por controlar el país.

Las acciones del gobierno estadounidense en Perú reflejan su intención de mantener el dominio económico y geopolítico en la región. El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, quien sufrió un golpe de Estado apoyado por Estados Unidos en 2019, ha advertido sobre la consolidación de un Estado represivo y el impacto sobre la soberanía y la paz regional en América Latina.

Es evidente que al gobierno de Estados Unidos no le interesa construir lazos de amistad con los pueblos de los continentes americanos. Por el contrario, busca actualizar la Doctrina Monroe para el siglo XXI, con China y Rusia como sus rivales estratégicos. La situación en Perú pone de manifiesto la necesidad de apoyar al pueblo peruano en su lucha por la autodeterminación, la soberanía y la protección de sus recursos naturales.

Libertad para el Presidente Pedro Castillo ¡YA!

¡Fuera las tropas estadounidenses de Perú!

¡Boluarte, asesina, el pueblo no se inclina! 

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