Mujeres combatientes quieren lograr la paz

La Habana

Las conversaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno colombiano, que tienen lugar en La Habana, Cuba, están progresando a pesar de muchos desafíos.

Del 11 al 18 de abril, 33 activistas de Estados Unidos, Colombia, Costa Rica y Puerto Rico tuvieron la oportunidad de reunirse en La Habana con miembros plenipotenciarias/os de las FARC-EP, así como con representantes del gobierno colombiano y de los países garantes, Cuba y Noruega, junto con los asesores legales españoles de las FARC-EP.

Una de las sesiones más esclarecedoras fue nuestro encuentro con la Subcomisión de Género. Esta subcomisión se estableció para asegurar que cualquier acuerdo entre las partes “avance la causa de las mujeres, darle a los acuerdos parciales una perspectiva de género, reconocer el papel central de la mujer y la autonomía de las mujeres para mejorar su posición”, según Victoria Sandino, una líder de las FARC-EP en la subcomisión.

Las mujeres de las FARC-EP tomaron muy en serio las demandas planteadas por las mujeres colombianas durante muchos intercambios. Como consecuencia de ello, se creó la Subcomisión de Género.

Muchas de estas propuestas de organizaciones de mujeres y de lesbianas, gay, bisexuales y transexuales, se hicieron a través de un proceso que incluye un sitio web creado por las FARC para presentar sugerencias que luego se presentan en la “Mesa de Conversaciones” (así es como llaman al ámbito de las negociaciones entre las FARC-EP y el gobierno). El proceso es uno democrático que permite a las masas colombianas hacer conocer sus inquietudes y sugerencias. Más de 100 mil sugerencias se han recibido.

Las mujeres sufren de manera desproporcionada las consecuencias de la guerra que el gobierno de Colombia, con el apoyo de Washington, arremete contra el pueblo. Muchas mujeres han quedado viudas. Las mujeres comprenden el 70 por ciento de las millones de personas desplazadas. Experimentan discriminación en el trabajo. Ven a sus hijas/os asesinados. Y para obtener los ingresos necesarios que les son negados, algunas se convierten en “mulas” que trafican drogas ilegales de Colombia. Como prisioneras políticas y prisioneras de guerra, están sujetas a tortura y a violencia sexual.

Todo esto salió a la luz cuando ambas partes en la Mesa de Conversaciones escucharon testimonios de las víctimas del conflicto, un proceso que las FARC-EP insistieron en que se diera. De las/os 60 testigos, seis eran de organizaciones de mujeres y dos de grupos LGBT. Sus propuestas se integraron al proceso de conversaciones. Alrededor del 80 por ciento de las mujeres colombianas ha sido víctima de la guerra en una forma u otra. “Pero”, destacó Sandino, “no somos sólo víctimas, somos actores, somos agentes políticos. Hemos estado luchando y haciendo demandas”.

Mientras el gobierno colombiano también está representado en la subcomisión, se hizo evidente que las mujeres de las FARC-EP eran su fuerza motriz. Las siete mujeres y el hombre que habló con nuestra delegación sobre la subcomisión pertenecían a las FARC-EP. “Las mujeres combatientes queremos lograr la paz”, explicaron.

Las panelistas también disiparon algunos de los mitos sobre las mujeres en el ejército guerrillero. Los medios de comunicación capitalistas han presentado a las mujeres de las FARC-EP como esclavas sexuales de los hombres combatientes, haciendo declaraciones falsas sobre abortos forzados y otros innumerables abusos. Sin embargo, las mujeres siempre han desempeñado papeles principales desde la fundación de las FARC en 1964 y comprendan al menos el 30 por ciento de todas/os los combatientes. Muchas juegan papeles principales a nivel regional.

Todas las mujeres reciben la misma formación que los hombres – su formación incluye “el aprendizaje de las causas fundamentales de la opresión, los valores éticos y morales de ser revolucionaria/o, y los valores humanitarios por los que estamos luchando”.

Los derechos de las mujeres y las/os niños, incluidas las que experimentan violencia doméstica, son atendidos en las zonas bajo el control de las FARC-EP.

Cuando se les preguntó sobre el hecho de que la cúpula del liderazgo – el Secretariado de las FARC – son todos hombres, las panelistas afirmaron que el objetivo es mejorar, que “estamos en un estado perpetuo de crecimiento, para lograr ser mejor de lo que somos”.

Se respetan y protegen los derechos LGBT

La Subcomisión de Género también está revisando todos los acuerdos para que se respeten y protejan los derechos LGBT. “Tenemos el máximo respeto por las personas vengan de donde vengan, sexualmente hablando,” una miembro del grupo indicó. “Como cuestión de principio, nunca discriminaríamos contra alguien por su orientación sexual”.

La delegación disfrutó de esta rara oportunidad de aprender cómo la democracia real del pueblo – un proceso que hace un gran esfuerzo para hacer que las voces de las/os más oprimidos se escuche – puede llevarse a cabo incluso en las condiciones más extremas de guerra, represión y austeridad neoliberal.

Martha Grevatt representó al Centro de Acción Internacional en la delegación patrocinada por la Alianza para la Justicia Global. La delegación también incluyó a representantes de la Asociación Nacional de Abogados y varios grupos de solidaridad con América Latina.

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