Manifestantes confrontan a Uribe en Washington, D.C.
Por Calima Washington, D.C.
Alrededor de 100 personas el 2 de mayo protestaron la visita a Washington del
presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez.
Ésta fue la décima visita de Uribe a los Estados Unidos desde que
asumió el poder en el 2002. Esta vez su propósito era el
garantizar que el Congreso controlado por los Demócratas aprobara
finalmente los acuerdos pendientes: el Plan Colombia y el Tratado de Libre
Comercio (TLC). Sin embargo, los acuerdos se han estancado debido a la
situación crítica de derechos humanos en Colombia y al escándalo
más reciente de la “parapolítica”. Ocho
funcionarios del gobierno colombiano han sido acusados y encarcelados a causa
de sus lazos con los paramilitares asesinos.
Tal parece que los políticos del Partido Demócrata están usando
el TLC y el Plan Colombia para manipular la opinión popular a su favor,
presentándose como progresistas defensores de los derechos humanos.
Uribe vino aquí para limpiar su reputación de defensor de los grupos
paramilitares. Pero en vez de ello, fue sorprendido con una
“bienvenida” por un grupo de estudiantes, defensor@s de derechos
humanos, refugiad@s y miembr@s de sindicatos con gritos de
“asesino”, que lo esperaban frente al Centro Americano para el
Progreso donde Uribe iba a reunirse con organizaciones no-gubernamentales
(ONG).
L@s manifestantes vinieron para defender la dignidad y la humanidad del pueblo
que lucha en Colombia contra un genocidio brutal fomentado por las fuerzas
paramilitares alineadas con el estado. Ya dentro del Centro, activistas y
estudiantes se levantaron en medio del salón de conferencias y gritaron
“Colombia no está en venta” a la vez que desplegaban una
manta con igual consigna. Se pueden ver los videos de la
manifestación en YouTube.com buscando “Uribe in
Washington.”
Durante un intercambio en la reunión que tuvo lugar en el Centro, Uribe
una vez más mostró su irresponsabilidad al llamar a Gerardo
Cajamarca, un sindicalista colombiano en exilio en los Estados Unidos,
“un terrorista sin camuflaje.” Esta etiqueta da una clara
señal a los paramilitares colombianos quienes mantienen una lista de
nombres de personas que serán blanco de asesinato.
Estos paramilitares aterrorizan comunidades enteras de afrocolombian@s,
indígenas y campesin@s.
Un activista colombiano describió el trabajo de estos escuadrones de
muerte:
“Como si fuera una especie nueva de fútbol, en los pueblos
pequeños donde llegan estos grupos paramilitares, llaman a l@s habitantes
y se reúnen con ell@s en la plaza del pueblo. Una vez allí,
llaman a una de las familias que vive en la zona. Cinco o seis seres
humanos son llevados al centro de la plaza y en frente del resto de la
comunidad, un paramilitar toma a un niño pequeño con una mano y con
la otra agarra una motosierra. Él la usa para cortar al niño
vivo en pedacitos frente a su familia y el resto de la comunidad. Luego
los paramilitares cortan al resto de la familia viva en pedazos y con la cabeza
del marido los paramilitares juegan fútbol frente a toda la comunidad.
“Cuando se acaba el partido los paramilitares matan l@s campesin@s a
balazos. Esto se llama una masacre. No es una descripción de
la última película de Tarantino, “Masacre con motosierra en
Tejas”. Esto es realidad. Ha sido patrocinada por
corporaciones como Chiquita Brands, Drummond, Coca Cola, Nestlé, Monsanto
y el resto de las corporaciones internacionales y locales.”
Calima, el escritor de este artículo, es activista en el movimiento de
solidaridad internacional con el pueblo colombiano.
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