Trabajador@s en empacadora de carne luchan por justicia
La unidad es clave para organizar en la planta Smithfield
Por Sharon
Black
Quien crea que las condiciones
de explotación en el trabajo al estilo maquiladora sólo pasan en
las “zonas francas” de los países pobres y no en los Estados
Unidos, está sumamente equivocad@. Las condiciones brutales, los salarios
de pobreza y los accidentes que incapacitan a l@s trabajador@s en la planta
empacadora de carne Smithfield en Tar Heel en Carolina del Norte, borran
rápidamente este mito.
El
sindicato de alimentos UFCW y l@s
trabajador@s de la planta de Tar Heel vinieron el 30 de septiembre a Nueva York
para protestar frente a las oficinas corporativas de la Smithfield en la calle
49 y Park Avenue. Unas 500 personas representando a otras miles que se unieron
por el Internet para ser parte de una “marcha virtual”, lanzaron una
campaña para demandar que Smithfield ponga fin a la injusticia y permita
que l@s trabajador@s se unan en
sindicato.
La Empacadora Smithfield
emplea cerca de 6.000 trabajador@s y sacrifica más de 8 millones de
cerdos al año en el pequeño pueblo de Tar Heel. Es la planta
elaboradora de carne de cerdo más grande del mundo. En 1998, Carolina del
Norte se convirtió en el segundo productor de cerdos más grande de
los Estados Unidos. Smithfield domina casi el 25% del mercado de esta carne
nacionalmente.
En el área donde
el tabaco y las batatas eran en un tiempo las cosechas y las industrias
más importantes, ahora domina la crianza de cerdos. En la planta de
Smithfield l@s trabajador@s cortan, empacan y envían más de 25.000
cerdos al día.
Las condiciones en
esta planta son tan horribles como las descritas por Upton Sinclair en su novela
“La Jungla” en el
1906.
Cualquiera que haya trabajado en
una línea de ensamblaje sabe de primera mano como la constantemente
rápida línea de producción destruye el cuerpo y aturde la
mente. El lema de los patronos es siempre, “Más rápido,
más rápido, saquen el producto
rápido.”
Quienes trabajan
en las plantas de empaque y procesamiento de alimentos también tienen que
soportar temperaturas de congelación. Las heridas, las amputaciones, las
enfermedades de la piel y el daño permanente de hombros y brazos son cosa
de todos los días. La muerte siempre está
cercana.
En la mañana del 20 de
noviembre del año 2003, el joven de 25 años Glen Birdsong estaba
trabajando solo limpiando un tanque de almacenaje cerca de un muelle de carga en
la planta Smithfield. El tanque contenía una sustancia mezclada con
bisulfato de sodio que se utilizaría como medicina
coagulante.
La manguera que Birdsong
estaba usando se atoró en el tanque. El bajó por una escalera para
destrabarla. Los compañeros de trabajo lo encontraron al pie de la
escalera, muerto.
“Ellos no le
dijeron sobre los peligros ni tampoco le dieron un cinturón de seguridad
para poderse salir en caso de que se cayera en el tanque”, dijeron unos
compañeros de trabajo a la organización Observadora de Derechos
Humanos, Human Rights Watch.)
L@s
trabajador@s que sufren accidentes son frecuentemente amenazad@s con ser
despedid@s cuando reportan los accidentes, así que much@s dicen que los
accidentes ocurrieron en la casa o fuera del trabajo.
Smithfield trata de dividir a l@s
trabajador@s
Carolina del Norte ha
visto el incremento más dramático en el número de
trabajador@s inmigrantes que ningún otro estado. En el año 2000,
las cifras aumentaron un 274%, de 115.000 a 430.000; hoy son más de
500.000. Se estima que la mitad de la fuerza laboral de la planta es latina y un
40% africano-americana.
Los cambios
demográficos, por supuesto, no han sido desaprovechados por los patronos
de Smithfield. Ellos han estado llevando a cabo una campaña de racismo
para dividir a l@s obrer@s. Ed Morrison, un trabajador africano-americano dijo:
“Ellos tratan de dividir a la gente por razas. Amenazan a l@s inmigrantes
y tratan de poner a l@s african@s-american@s en contra de l@s mexican@s. Todo
para evitar que la gente se una para luchar por sus
derechos.”
Según
testimonios ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, la Smithfield
Packing sostuvo reuniones especiales con cada un@ de l@s trabajador@s
mexican@s durante un intento anterior
de sindicalizar la compañía. Los representantes de la
compañía dieron a entender que l@s trabajador@s inmigrantes
serían despedid@s o
deportad@s.
La compañía
formó su propia agencia policial especial, la cual bajo la ley de
Carolina del Norte, puede arrestar tanto dentro como fuera de los predios de la
compañía. L@s trabajador@s
african@s-american@s fueron
amenazad@s, golpead@s y arrestad@s. Un gerente de la compañía dijo
a un representante del sindicato “Yo quiero asegurarme que estés
allí para (recibir) una buena paliza. Te vamos a dar una paliza... y
tenemos algo especial para ti.”
(www.smithfieldjustice.com)
El sindicato
UFCW y l@s trabajador@s están
desafiando todo esto. Una campaña se está llevando a cabo para
lograr un sindicato y terminar todo este abuso.
Tod@s l@s trabajador@s debieran
defender a l@s trabajador@s de la Smithfield, porque “Un ataque contra un@
es un ataque contra
tod@s.”
Sharon Black es una ex
trabajadora en la industria de empaque y procesamiento de alimentos. Fue elegida
como representante de la UFCW por 26 años y también fue parte de
la Amalgamated Meatcutter Association antes de unirse a la
UFCW.
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