Mundo Obrero
PÁGINA PRINCIPAL : :  ARCHIVO : 2012 : 2011 : 2010 : 2009 : 2008 : 2007 : 2006 : 2005
Correspondencia sobre artículos en Workers World/Mundo Obrero pueden ser enviadas a:
[email protected]

El Líbano se reconstruye mientras Nueva Orleáns aguarda

Por Joyce Chediac

En el Medio Oriente, después de un mes de bombardeo israelí, el pueblo del Líbano se está levantando de las ruinas y luchando por regresar a sus hogares. En los Estados Unidos, a un año entero después de que el huracán Katrina destruyera todo un pueblo, l@s residentes de Nueva Orleáns todavía están luchando para hacer lo mismo: regresar a sus hogares.

Parecerá extraño el comparar estas dos situaciones. Después de todo, el Líbano se está recuperando de una guerra y Nueva Orleáns de un desastre natural y de diques rotos. Pero eso es solo la crónica superficial. Un vistazo a los esfuerzos de ayuda y a sus resultados muestra que el derecho de regresar a sus hogares de la gente pobre se ha convertido en una batalla igual a la del Líbano.

En los Estados Unidos, los esfuerzos de socorro para Nueva Orleáns fueron liderados por la Agencia Fed e ral para Asistencia de Emergencias, (FEMA por las siglas en inglés.) En el Líbano están siendo organizados por Hizbolá, el movimiento popular de resistencia libanés al cual George W. Bush le llama “terrorista”.

¿Cuál grupo usted quisiera que ayudara a conducir los esfuerzos de socorro si usted perdiera su hogar? Veamos como comparan estos esfuerzos.

Los rescates

En Nueva Orleáns, la gente que no podía salir por sí sola, incluyendo l@s enferm@s y l@s muy pobres que no podían costear un auto, fueron dejad@s a su suerte cuando las aguas subieron. Much@s de l@s más vulnerables se ahogaron en sus hogares.

Las decenas de miles de personas ancianas, enfermas y convalecientes que fueron instadas por la ciudad a refugiarse en el Superdome hasta que la tormenta pasara, permanecieron allí abandonadas por cinco días. No tuvieron asistencia médica ni higiene, y muy poca agua y alimentos. Muchas de ellas murieron. Unos 3.000 sobrevivientes atrapados en el Centro de Convenciones sufrieron la misma suerte.

Todo el día las cadenas de televisión mostraron pietaje de gente varada sobre los techos de sus casas mostrando letreros que decían “ayúdenme”, y a la gente en el Superdome suplicando que les dieran agua y medicina para l@s ancian@s moribund@s. Sin embargo, el presidente de FEMA, Michael Brown dijo que él no tenía idea de la crisis hasta cuatro días después de rotos los diques. Aún así, él se tomó cuatro días más para rescatar a l@s sobrevivientes.

En el Líbano, el Hizbolá, las fuerzas que luchan y defienden al pueblo, comenzaron a ayudar a la población tan pronto comenzó el bombardeo por los israelitas. La resistencia libanesa proporcionó ambulancias y decenas de rescatadores que ayudaron a encontrar gente debajo de los escombros. Ellos ayudaron a organizar para que decenas de miles de personas pudieran tomar refugio en escuelas, parques públicos y casas privadas. (Christian Science Monitor, 16 de agosto)

Solo en Beirut, Hizbolá organizó 10 equipos móviles médicos responsables de 14 escuelas cada uno, en rotación de dos días, ayudando a 48.000 personas. Otras 70.000 fueron cuidadas en las casas por otros profesionales.

En una cocina organizada por Hizbolá cerca del centro de Beirut, l@s voluntari@s preparaban 8.000 servicios de comida al día—parte de un total de 50.000 comidas diarias que distribuían en todo Beirut, según el reporte del Monitor.

En Nueva Orleáns, las familias evacuadas del Superdome, el estadio depor tivo, y del Centro de Convenciones, fueron dispersadas a través de todo el país. Los padres a veces fueron separados de sus hijos. Algunos no sabían si sus seres queridos estaban vivos o muertos. Tres meses después de que azotara Katrina, 6.500 personas toda vía estaban desaparecidas, y 400 cadáveres quedaban sin identificar, según el Centro Nacional de Adultos desaparecidos.

En el Líbano, apenas a 24 horas del alto al fuego del 14 de agosto, Hizbolá había establecido una línea de emergencia para ayudar a l@s refugiad@s, y de ese modo podían comunicarse entre si basándose en su lugar de residencia, según la televisión libanesa. (www.foreignpolicy.com)

En el Superdome, los cadáveres que daron por cuatro o cinco días en temperaturas de 100 grados Fahrenheit. Los parientes que velaban los restos de sus seres queridos fueron forzados a abandonarlos durante la evacuación, algunos a punto de pistola. Los cuerpos sin vida fueron dejados en la inundación, muchos para ser descubiertos por sus seres queridos cuando regresaron meses después. Las personas evacuadas que lo habían perdido todo no podían pagar un entierro digno para sus muertos. Los parientes en luto enviados a diversas partes de la nación no podían consolarse entre si.

Después del alto al fuego en el Líbano, el encontrar a los muertos y enterrarlos con dignidad se volvió en una prioridad. La resistencia de inmediato comenzó a desenterrar a los muertos entre los escombros e identificarlos. Se guardaron los restos hasta que volvieran los familiares. Fueron organizando actos fúnebres en masa, pagados por la resistencia, para que l@s vecin@s pudieran consolarse y contar con el apoyo de la comunidad. El 18 de agosto, una caravana de autos iba de una ceremonia fúnebre a otra. Dijo el clérigo chiíta, el jeque Shoue Catón, “Se decidió que se programarían los entierros para que fuera posible asistir a todos”. (AP, 19 de agosto)

Dispersos en hoteles alrededor del país, sin empleo ni fuentes de ingreso, a l@s refugiad@s de Nueva Orleáns les fue ofrecido para sobrevivir un máximo de $2.000 por Washington. Esto era suficiente para una habitación en un hotel por dos semanas. Sin embargo, los medios de comunicación lanzaron una campaña racista que pretendió exponer a los “tramposos” que estaban malgastando la pequeña suma. En diciembre, la gente desplazada de Nueva Orleáns fue informada que tenían 15 días para salir de las habitaciones de los hoteles, sin más arreglo alguno para ayudarles.

El derecho a regresar

El 14 de agosto, el líder del Hizbolá, el jeque Hassan Nasrallah dijo que daría dinero para muebles “decentes y apropiados” y para el alquiler durante un año a todo libanés que perdió su casa en la guerra. Comenzando en la comunidad más pobre de Dehiya al sur de Beirut, la resistencia está distribuyendo $12.000 por familia, una cantidad enorme en el Líbano donde el promedio del alquiler mensual es $300. (New York Times, 21 de junio)

Casi nada se ha hecho para reconstruir el Distrito Nueve. Esta comunidad predominantemente afroamericana está llena de escombros, cubierta de fango y moho. Los defensores señalan que muchos de los daños, por ejemplo el moho avanzado, se hubieran podido prevenir si el área hubiese sido limpiada a principios. Much@s residentes habrían organizado sus propias brigadas de limpieza, pero les fue prohibida la entrada durante los primeros cuatro meses después de la inundación.

En el Líbano, el 14 agosto, el mismo día del cese al fuego, mientras Israel retiraba sus tropas del sur del Líbano, se reportó que centenares de miembros del Hizbolá se dispersaron a través de decenas de aldeas en el sur del Líbano para limpiar, organizar y examinar los daños causados. Hombres en tractores niveladores se ocupaban de abrir camino a través de gigantescas pilas de escombros. Los caminos bloqueados con los remanentes de edificios estaban completamente transitables, apenas un día después de que el alto al fuego comenzara.

Las acciones de la administración de Bush y de las corporaciones indican una determinación para prevenir que l@s afroamerican@s de Nueva Orleáns vuelvan a sus comunidades.

En septiembre, la gigante aseguradora de viviendas Allstate rechazó rembolsar a l@s dueñ@s de casas de Nueva Orleáns que tenían pólizas de seguro por inunda ción. La compañía alegó que los hogares fueron destruidos por el viento, no por la inundación. (MarketWatch, 20 de sept, 2005)

En octubre, la administración de Bush rompió su promesa de proporcionar millares de hogares móviles como vivienda temporal para l@s refugiad@s que regresa ban. (New York Times, 31 de octubre 2005)

Luego de prometerle a Nueva Orleáns préstamos federales de vivienda para reparación y reconstrucción, se hizo evidente que no se había dispuesto ningún préstamo especial para las víctimas de la inundación y que la Casa Blanca pro pulsaba préstamos para la recuperación luego del desastre del huracán a una tarifa más alta que cualquier otra administración en los últimos 15 años. (USA Today, 15 de marzo)

En relación a la vivienda pública, en un velado ataque racista, el secretario del Desarrollo Urbano y de Viviendas (HUD) Alfonso Jackson dijo en abril que solamente los “mejores residentes” deben ser permitidos volver a la vivienda pública. (USA Today, 25 de abril) Y en junio, HUD, que había divulgado previamente que tenía 7.381 apartamentos públicos en Nueva Orleáns, ahora dijo que tenía solamente 2.000, y que demolería el resto.

Mientras tanto en el Líbano, un porta voz de Hizbolá anunció que “Tenemos información completa sobre todos los edificios que fueron destruidos o que se han dañado. … pagaremos por edificios nuevos o reconstruiremos los edificios que fueron destruidos.” (Aljazzera.net, 19 de agosto)

Representantes del Jihad al-Binaa, el departamento de construcción de Hiz bolá, están viajando por el sur para determinar los daños y para comenzar a reparar y a reconstruir. (Beirut Daily Star Aug. 22)

¿Y qué de l@s que no podían esperar y han vuelto a casa en las áreas devastadas del sur antes de que las reparaciones esenciales sean hechas y los servicios restaurados? “Hay gente de Hizbolá que viene regularmente para ver cómo estamos y darnos pan y otros artículos básicos,” dijo Mohammad Bazih, de 30 años, de la aldea de Baakline. Residentes de Zabqine, donde se cultiva tabaco, dijo a la prensa que Hizbolá les proveía de servicios básicos. (Beirut Daily Star, 22 de agosto)


: :  MUNDO OBRERO : :  NOTICIAS EN INGLES  : :