EPA y Christie Whitman mintieron sobre calidad del aire
Por Mary Owen Nueva York Un juez federal
amonestó a la Agencia para la Protección Ambiental (EPA por sus
siglas en inglés) y a su ex directora, Christie Whitman el pasado 4 de
febrero por haber publicado repetidamente que la calidad del aire en el bajo
Manhattan era buena y apropiada para respirar en los días inmediatos que
siguieron al ataque del 11 de septiembre. Activistas que luchan por la
seguridad y la salud han estado señalando que los riesgos a la salud y al
ambiente después del 11 de septiembre no fueron totalmente reportados. El
derrumbe de edificios ocasionó la eliminación al aire de 2000
toneladas de asbestos, de plomo de 50.000 computadores, de 424.000 toneladas de
concreto pulverizado, del químico PCB y de otros tóxicos. La
jueza de Distrito, Deborah A. Batts dictaminó que la EPA y Whitman no
estaban protegidos contra una demanda puesta por los trabajadores y residentes
al igual que estudiantes del bajo Manhattan que retornaron a sus lugares de
trabajo contaminados luego de las confirmaciones falsas de la EPA. Las
áreas afectadas también incluyen a Chinatown, el Lower East Side y
Brooklyn. “Ningún ser en su sano juicio habría pensado
que decir a millares de personas que era seguro volver al bajo Manhattan,
sabiendo que tal retorno podría plantear riesgos de salud a largo plazo y
otras consecuencias nefastas, y creer que esta era una conducta sancionada por
nuestras leyes” dijo la jueza. La jueza Batts determinó que las
acciones de Whitman como cabecilla de la EPA, eran desconcertantes porque ella
bien sabía que el colapso de las torres gemelas había generado
toneladas de materiales tóxicos en el aire. La decisión de
la jueza da paso a una demanda que buscaría un fondo monetario para el
monitoreo y tratamiento de los efectos sobre la salud de trabaja dor@s,
residentes y estudiantes que estuvieron expuest@s al aire tóxico y a la
basura tóxica que cubrieron el área después del 11 de
septiembre; para los daños causados por la exposición a materiales
peligrosos y para una remuneración por los costos de
limpieza. Actualmente solo los trabajadores de rescate son elegibles para
el monitoreo y tratamiento médico. Quince mil de ellos están
actualmente siendo monitoreados. Pero aún este grupo, elogiado por
autoridades locales y nacionales, tuvo que luchar arduamente en el 2005 para
evitar que la administración de Bush recortara $125 millones de su
programa cuando ya algunos comenzaban a morir de enfermedades relacionadas al
colapso de las torres. La Casa Blanca y Wall Street también son
culpables Algo ha de aclararse conforme la demanda camina. Pero la
administración de Bush y Wall Street no deben dejarse libres de
culpa. La Casa Blanca manipuló las declaraciones de la EPA sobre la
calidad del aire en esos días, según el reporte por el Inspector
General de la EPA en agosto del 2003. Los doctores aliados de Bush borraron
información sobre la precaución y agregaron garantías de
que la EPA no tenía ningún dato para respaldar estas
precauciones. La administradora de la EPA, Marianne Horinko,
admitió que la administración de Bush utilizó al Consejo de
Seguridad Nacional y no a los expertos en el ambiente y la salud pública
para filtrar los datos sobre la calidad del aire y del agua en el área,
“porque el razonamiento era que estos eran los expertos en armas de
destrucción masiva.” La Casa Blanca después coordinó
las comunicaciones públicas del Consejo y otras agencias federales.
(Newsday, del 23 de agosto 2003.) “Las agencias le dieron prioridad
a que volvieran a funcionar las bolsas de valores y el mercado financiero del
bajo Man hattan a cualquier costo. Al hacerlo, han permitido que miles de
personas estén expuestas a sustancias que ni siquiera han sido
identificadas, y mucho menos cuantificadas”, dijo Joel Sufro, Director
Ejecutivo del Comité de Nueva York de Salud y Seguridad Ocupacional, que
representa a más de 250 sindicatos. (Del periódico St. Louis Post
Dispatch, del 12 de enero de 2002). La desinformación fabricada
condujo a que la gente volviera antes de que fuera seguro a las áreas
contaminadas a riesgo de su salud. En Wall Street, el corazón financiero
del capitalismo de los Estados Unidos, la Bolsa de Valores y las grandes
corporaciones prometieron a l@s trabajador@s almuerzo gratis y
golosinas—mientras que los incendios tóxicos ardían en las
Torres Gemelas.
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