El ataque del Imperio contra Ojeda Ríos y la independencia
Por Mumía Abu-Jamal desde la galería de muerte en la
prisión
El ataque y asalto armado del 23 de septiembre contra
el nacionalista puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos dejó a
su familia y a su isla sin su noble y orgullosa presencia, pero no logró
su verdadero y deseado objetivo.
Los agentes armados del Imperio atacaron
la casa y la familia del revolucionario de 72 años, le dispararon y lo
dejaron desangrar por horas hasta que murió en su casa en Hormigueros en
la región montañosa de la isla.
El Dr. Héctor
Pesquera, presidente del Movimiento Independentista Hostosiano, dio en el clavo
cuando comentó sobre el fuerte asalto armado del FBI, “Ellos no
vinieron para detener a Filiberto Ojeda, sino para matarlo”.
Tampoco
fue pura coincidencia que la fecha que el FBI escogió para asaltar la
casa de los Ojeda fue el día con gran significado histórico
nacional en la isla. El 23 de septiembre era el 107º aniversario del
“Grito de Lares”, cuando miles de puertorriqueños anualmente
honran la gesta de resistencia contra los colonizadores
españoles.
Hoy en día, PR permanece colonia de los Estados
Unidos.
Al matar a Filiberto Ojeda Ríos, la cuestión de la
independencia ha brotado como una llama dentro de los corazones de l@s
puertorriqueñ@s.
Cuando llegó la noticia de su asesinato, me
acordé casi inmediatamente del 4 de diciembre en 1969 cuando Fred
Hampton, Ministro Dipu tado de Defensa del Partido de las Panteras Negras
sucursal de Illinois, y el Capitán Mark Clark de las Panteras Negras de
Peoria, fueron asesinados en sus casas en Chicago.
El FBI estaba
detrás de esos asesinatos también. Y así como con ese
asesinato, el gobierno reaccionó a sus asesinatos políticos con
mentiras.
El objetivo del Imperio fue extinguir el fuego de libertad e
independencia en el corazón de la nación. Si la reacción al
asesinato de Ojeda es alguna señal, ellos han fallado
miserablemente.
Hay acontecimientos en la vida de un pueblo que les
marcan. Y que los animan. Que mueven sus mentes y corazones de la
sumisión a la resistencia.
Éste puede resultar en uno de
estos momentos.
Dylcia Pagán, ex-presa política
puertorriqueña, escribió a las pocas horas del
asesinato:
“Lo que ocurrió fue un asesinato político
de un guerrillero puertorriqueño orquestado por el Escuadrón
Federal del FBI estadounidense. Aún el alcalde del municipio Pedro
García en una entrevista por radio dijo que este hecho no era casualidad.
Los primeros balazos estratégicos disparados por el FBI tuvieron lugar a
las 3 de la tarde; de 6 a 6 y media de la tarde prosiguió otra ronda de
disparos. Roberto Santos, presidente de la UTIER, unión que representa a
l@s trabajador@s de la electricidad en Puerto Rico, llamó a una
estación principal de radio para informar al pueblo puertorriqueño
que él había sido informado por el FBI que toda la luz en el
municipio de Hormigueros sería cortada. Tomó dos días para
que tod@os nosotr@s supiéramos su justificación la cuál fue
que ellos necesitaban utilizar sus aparatos infrarrojos para medidas de
seguridad. Hormigueros ha estado bajo custodia federal por los últimos
cuatro días. A ninguna de la prensa puertorriqueña se le ha
permitido traer sus cámaras a la residencia de Filiberto. .
“
Pagan añade: “En 1898 El Grito de Lares fue una lucha
contra el colonialismo español. Hoy en 2005 un nuevo Grito de Lares
emerge contra la dominación colonial estadounidense sobre nuestra
nación, Puerto Rico.”
El impulso que condujo al asesinato de
Filiberto Ojeda Ríos es precisamente el mismo que resultó en la
ilegal y brutal invasión y ocupación de Irak. Es el capitalismo
salvaje. Es el imperialismo al desnudo.
Es el esfuerzo que desea aplastar
toda expresión de libertad humana, mientras lo hace en nombre de
“¡Libertad!”.
Es terrorismo estatal, pura y
sencillamente, contra la idea de libertad y verdadera independencia.
Hay
solo una respuesta verdadera que puede resultar en cambio.
Es la
movilización amplia y profunda del pueblo contra esta pesadilla
neoliberal.
Resistencia. Resistencia. ¡Y más resistencia!
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