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Gasoductos crean ganancias y peligros

No tan oculto en el "acuerdo fiscal" a finales de diciembre había una disposición para forzar una decisión rápida sobre el proyecto del oleoducto Keystone XL, que se extendería desde el proyecto de extracción de petróleo Tar Sands en Alberta, Canadá, hasta el Golfo de México. Aunque al principio amenazara con vetar cualquier proyecto de ley que incluyera este plan, el presidente Barack Obama terminó aprobando el paquete final sin mencionar la amenaza ambiental.

El propuesto oleoducto de 1.700 millas amenaza un acuífero vital para millones de personas y atenta contra los derechos de muchas naciones indígenas por cuyas tierras pasaría. Miles de personas rodearon la Casa Blanca a principios de noviembre para oponerse al oleoducto.

Billones de dólares están en juego para empresas estadounidenses y canadienses, incluyendo las industrias Koch valoradas en $100 mil millones. Esta es uno de los principales compradores, transportistas y exportadores de crudo de Canadá. Los hermanos Koch también operan la Koch Exploration Canadá, LP dedicada a la exploración y refinamiento del 25 por ciento del petróleo de arenas bituminosas. (The Guardian, Reino Unido, 8 de septiembre)

Los promotores del proyecto dicen que el proyecto crearía 20.000 puestos de trabajo. Sin embargo, una organización de evaluación independiente de la Universidad de Cornell afirmó que en el mejor de los casos, el proyecto podría producir solo entre 2.500 y 4.650 puestos de trabajo temporales que durarían dos años.

Dado que el proyecto desviaría una enorme cantidad de petróleo de arenas bituminosas de las refinerías del occidente de EE.UU. para ser vendido a precios más altos a la Costa del Golfo y a los mercados de exportación, aumentarían los precios que los/as consumidores/as pagan por la gasolina y el diesel, y agregaría hasta $5 mil millones al costo anual de la factura de combustible de EE.UU. (U. S. News & World Report, 16 de diciembre)

Falta de normas de seguridad

Al expandirse la perforación en búsqueda de nuevas fuentes de gas natural y de petróleo por todo los EE.UU. y en todo el mundo, eso seguramente conllevará la construcción de nuevos gasoductos. Junto a esta expansión viene la creciente preocupación por los posibles daños ambientales y los accidentes mortales debido a la poca supervisión y a la falta de normas de seguridad.

En Pennsylvania, la rápida expansión de la extracción de gas natural ha impulsado la construcción de gasoductos, a menudo sin reglas de seguridad. En muchas zonas rurales — común cuando se trata del fracturamiento hidráulico, ("fracking" en la terminología inglesa), y el transporte del gas desde los pozos del Marcellus Shale — no se aplica ninguna norma de seguridad estatal o federal. (Philadelphia Inquirer, 11 de diciembre) [Nota de la traducción: "Shale gas" o gas en esquistos o gas de pizarra es "Gas natural que se encuentra en yacimientos compuestos predominantemente por esquistos o pizarras (una roca sedimentaria de grano que se fractura fácilmente en láminas finas y paralelas)." www.sedigas.es]

Sin embargo, los datos federales indican que las muertes por accidentes de gasoductos van en aumento. En 2010 hubo 230 accidentes de líneas de gas en los EE.UU., resultando en 21 muertes y 105 personas heridas. Del 1990 al 2009, hubo 5.625 accidentes teniendo como resultado 365 muertes, 1.553 heridos, más de $4,3 mil millones en daños a la propiedad y derrames de más de 2,5 millones de barriles de gas.

Para marzo de 2011, había 2,4 millones de millas de tuberías de gas natural en los EE.UU. Aunque están principalmente en zonas rurales, muchas pasan a través de las ciudades. Según Carl Weiner, director ejecutivo del Fideicomiso de Seguridad de Gasoductos, "en promedio... hay un incidente significativo en algún lugar cada dos días, y alguien acaba en el hospital o muerto cada nueve o diez días". (NPR, 1 de marzo)

Los gasoductos son clave para la expansión de la producción del gas de esquisto, que ahora representa el 34 por ciento de la producción de gas natural en EE.UU. lo que resulta en miles de millones de dólares en ganancias. Muchos de estos gasoductos requieren la destrucción de cientos de miles de hectáreas de bosques, resultando en la erosión del terreno, daños a los arroyos y la obstrucción de los pozos de agua. Las empresas constructoras de los gasoductos pueden construir con poca o ninguna restricción por parte de los gobiernos locales.

La fracturación genera un enorme volumen de gas que se transporta en grandes tuberías, corriendo a presiones mucho mayores que en las líneas tradicionales. Sólo en la región del Marcellus Shale, que abarca gran parte de Nueva York, Pensilvania, Ohio y Virginia Occidental, se estima que contiene 410 billones de pies cúbicos de gas, más del 50 por ciento del total de EE.UU.

En Pennsylvania, el gobernador Tom Corbett y otros políticos están impulsando una legislación que prohibiría que funcionarios locales impongan restricciones sobre pozos de gas y oleoductos en sus comunidades.

La industria del gas natural sostiene que están trayendo puestos de trabajo a las comunidades locales. Esto suena parecido a las promesas hechas por la industria del carbón. Cientos de años de explotación de minas de carbón en Pensilvania han dejado más de 2.400 kilómetros de arroyos contaminados por minas abandonadas y gran parte de las tierras deforestadas. Mientras que los propietarios de la industria se volvieron ricos, más de 31.000 trabajadores murieron.

Problemas de gasoductos generalizados a nivel mundial

La potencial amenaza de la creciente industria de gas natural se está sintiendo alrededor del planeta. Empresas estadounidenses, incluyendo Halliburton, Chesapeake Energy, Shell y Exxon Mobil, se benefician a expensas de los/as residentes locales y el medioambiente.

El gobernador de Puerto Rico Luis Fortuño está promoviendo un proyecto valorado en 450 mil millones de dólares para construir un gasoducto de 92 millas, apodado la Vía Verde. La isla de Puerto Rico mide 110 millas de largo.

Los/as opositores/as la llaman la Vía de la Muerte, porque pasa por el centro de la isla, atravesando bosques y más de 235 ríos e impactando 32 especies en peligro de extinción. También representa un riesgo para más de 200.000 personas porque gran parte del área es propensa a los sismos. Los planes prevén la inmediata deforestación de un área de 150 pies a través de los bosques en las montañas del interior de la isla. (Democracy Now, 9 de junio) Las manifestaciones contra el gasoducto han sacudido a Puerto Rico.

En Sudáfrica, grandes compañías quieren perforar miles de pozos de gas natural mediante la fracturación, lo que requiere millones de galones de agua por cada pozo de gas, en un área que "en algunas partes ve menos lluvia que el desierto de Mojave". (New York Times, 30 de diciembre)

Las perforaciones para la obtención del gas de esquisto en Indonesia provocaron la erupción de un volcán de lodo que mató a 13 personas y dejó más de 30.000 personas sin hogar en 2006. En Perú, un proyecto financiado por EE.UU. para exportar gas desde la selva amazónica ha estado plagado de derrames.

En Pennsylvania, muchos propietarios de tierra firmaron contratos para permitir la perforación en sus propiedades esperando lucrativas regalías, que con frecuencia no se han materializado. No se dieron cuenta que las excavaciones para contener las aguas residuales de las perforaciones se construirían en sus tierras o que el líquido de estos pozos se fugaría, derramando líquidos contaminados que matarían cultivos y animales.

Las perforaciones se realizan a menudo cercanas a las zonas residenciales. Se perforan múltiples pozos en un sitio que abarca más de una milla cuadrada y algunos pozos conllevan el uso de compresores que operan constantemente. Los sitios pueden estar llenos de camiones y equipos industriales. Los gasoductos están excavados a través de tierras de cultivo y de áreas que anteriormente eran bosques.

La promesa de que la perforación traería empleos al Estado tampoco ha significado más puestos de trabajo para los/as residentes locales. "Más del 70 por ciento de las personas que trabajan en los sitios de perforación del Marcellus Shale vienen de afuera del Estado". (Centre Daily Times, 6 de febrero) n


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