Mundo Obrero
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Las contradicciones en el capitalismo

A continuación se presentan extractos de una charla dada por Richard Kossally, miembro de Workers World Party/Partido Mundo Obrero durante un foro
del mismo en Nueva York el 3 de febrero.

Nacida de la sociedad feudal surgió la burguesía, una nueva clase que dominaría la sociedad.

Todo sistema social nace directamente del sistema social anterior. La burguesía surgió de una capa media privilegiada que se desarrolló durante la sociedad feudal. Karl Marx afirma en el capítulo XXXI de “El Capital”, “Es indudable que ciertos pequeños maestros artesanos, y, todavía más, ciertos pequeños artesanos independientes, e incluso obreros asalariados, se convirtieron en pequeños capitalistas, y luego, poco a poco, mediante la explotación del trabajo asalariado en una escala cada vez mayor y la acumulación consiguiente, en consumados capitalistas”.

Durante un tiempo los modos contradictorios de producción feudal y capitalista existieron uno al lado del otro, pero uno tenía que dominar. El modo de producción capitalista requiere de la libertad del capital. Esto era incompatible con los lazos feudales a la tierra, con el secretismo de los gremios del comercio, y con la organización general de la sociedad feudal.

La organización feudal de la sociedad estaba condenada a la extinción

Antes de la aparición del modo de producción capitalista, los productos se hacían de principio a fin sobre una base individual. Conforme se introdujo la manufactura, el viejo modo de producción se abandonó.

La manufactura, teniendo a diferentes trabajadores que realizan diferentes tareas para la elaboración del mismo producto, era superior a la elaboración del producto entero por un mismo trabajador individual, ya que requiere menos tiempo de trabajo para producir un producto determinado. Los productos de los dos diferentes modos de producción tenían que ser vendidos en el mismo mercado. El productor individual no podía competir y no tuvo más remedio que convertirse en un trabajador asalariado.

Con la constante actualización de la maquinaria caracterizada por el capitalismo, el producto del trabajador individual disminuyó aún más en el valor de mercado, no porque la calidad del producto elaborado fuera más pobre, sino porque se requería más tiempo de producción en comparación con el producto social de la fábrica.

Los patronos expropian lo que los trabajadores producen

Bajo el capitalismo, la producción se socializó. Es decir, muchos trabajadores contratados por un capitalista y su labor colectiva, combinado dentro de un establecimiento con un plan de producción definido, produce productos útiles para el intercambio con el fin de obtener una ganancia para el capitalista. Ninguno de los productos elaborados por los trabajadores pertenecen a ellos, sino que todos pertenecen al capitalista. Los trabajadores reciben una fracción del valor de lo que su trabajo produce en la forma de salario.

Esta es una de las principales contradicciones dentro del capitalismo: el capitalista individual se apropia para sí mismo lo que se había producido socialmente por muchos trabajadores. El trabajador es un esclavo asalariado. El producto de su trabajo pertenece a otro. El salario del trabajador en general, es suficiente para que él o ella y su familia lleguen al próximo día de pago. Él o ella es un trabajador asalariado de por vida.

La ganancia del capitalista, por el contrario, sirve para esclavizar aún más al trabajador. Algunas de estas ganancias se utilizarán para revolucionar los medios de producción, mediante la inversión en máquinas más sofisticadas y/o más para expandir la empresa capitalista, y aún le queda suficiente para vivir muy a lo grande.

Este capitalismo no existe solo. En cualquier industria, los capitalistas que producen lo mismo o algo similar se envuelven en una competencia feroz y siempre tratan de socavarse el uno al otro vendiendo más barato. Usan diferentes tácticas para abaratar los productos que producen los trabajadores. Compran máquinas de fabricación más sofisticadas e intensifican la explotación de su fuerza de trabajo haciendo que los obreros trabajen más fuerte y/o por más tiempo.

El constante perfeccionamiento de la maquinaria también desplaza a los trabajadores, ya que se necesitan menos trabajadores con la nueva maquinaria. Como dijo Federico Engels: “El producto mismo del trabajador se convierte en un instrumento para su sometimiento”. La amenaza de la sustitución de los trabajadores es una herramienta muy poderosa que poseen los capitalistas. Ellos utilizan esta amenaza como presión para recortarles los salarios a los empleados y para extraer todo lo que puedan de cada trabajador. Así que bajo el capitalismo, el aumento en la productividad del trabajador conduce a una más profunda explotación.


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