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‘Crisis’ del techo de la deuda producida por Wall Street

Políticos roban a trabajadores, protegen a ricos

Se llegue o no a un acuerdo en Washington sobre cómo elevar el techo de la deuda y evitar un incumplimiento por el gobierno, los/as trabajadores/as y los/as oprimidos/as no tienen ninguna voz independiente en el debate. El proceso no les da otra opción que aceptar el resultado de la venenosa guerra política en el establecimiento capitalista.

Varios factores han hecho que la guerra política sobre la ampliación del techo de la deuda entre los dos partidos corporativos sea especialmente turbulenta. En primer lugar, está la próxima elección presidencial del 2012 y la lucha por el control del gobierno federal y su presupuesto de $4 billones (millón millones).

Agravando esta guerra está la aparición del sector del Partido del Té dentro del Partido Republicano que ha llevado la política de las negociaciones cada vez más a la derecha.

Por último, la lucha se lleva a cabo en el contexto de la crisis económica capitalista.

El problema de fondo del déficit es el masivo gasto de emergencia por el gobierno de billones de dólares para el rescate de bancos y empresas destinados a evitar una crisis del capitalismo mundial. En el corto plazo sin embargo, la crisis del techo de la deuda está políticamente impulsada por la ultraderecha.

La lucha comenzó cuando los republicanos se negaron a llegar a un acuerdo para elevar el techo de la deuda a menos que el gobierno de Obama accediera reducir el déficit federal cortando los programas públicos del Seguro Social, Medicare, Medicaid y otros gastos sociales que benefician a las grandes masas. El gobierno de Obama accedió recortar masivamente los programas básicos, pero no lo suficiente para satisfacer a la derecha.

Los republicanos también quieren bloquear cualquier aumento en los impuestos a los ricos. Obama quiere que paguen una pequeña parte de los gastos.

En esta lucha por los términos de elevar el techo de la deuda, los/as trabajadores/as deben elegir una de las diferentes opciones planteadas por las facciones de los partidos de las grandes empresas.

La lucha por el techo de la deuda es sobre cómo proteger a los ricos

La riña por elevar el techo de la deuda pública es al final una lucha sobre dos cosas: 1) la forma de garantizar el pago continuado del gobierno de miles de millones de dólares a los ricos y avaros tenedores de bonos y 2) cuántos billones de dólares se pueden tomar de los programas que por derecho le pertenecen a los/as trabajadores/as y al pueblo oprimido como el Seguro Social, Medicare, Medicaid y otros beneficios.

La atmósfera de crisis generada por todos los órganos de propaganda de las grandes empresas — redes de televisión, televisión por cable, periódicos, revistas, blogs, etc. — es un reflejo de la ansiedad de banqueros, tenedores de bonos, compañías de seguros, hedge funds y otros inversionistas sobre la posibilidad de un impago con todas sus implicaciones.

Una y otra vez se escucha la demanda de un acuerdo que aumente el tope de la deuda, evitar el incumplimiento y mantener la “plena fe y el crédito del gobierno de EE.UU.”. En la práctica esto significa que se mantenga la seguridad de que los tenedores de bonos no pierdan ni un pago del principal o intereses en sus inversiones en bonos del gobierno de los EE.UU.

Esta es la “crisis” futura que la Casa Blanca, los/as líderes del Congreso de los grandes partidos empresariales, y todos los expertos de la burguesía, independientemente de su opinión sobre lo que se debe hacer, dicen que se debe evitar.

Pero ya hay una crisis — una crisis de la clase obrera desde hace cuatro años. No sólo tiene que ser evitada, sino que tiene que ser revertida.

La verdadera crisis: empleos, vivienda, cuidado de la salud, hambre

Los/as trabajadores/as y los oprimidos deben liberarse de estos argumentos adaptados a los intereses de los/as capitalistas ricos/as. Desde el punto de de vista de la clase obrera, la crisis del techo de la deuda no debe ser sobre pagar a los ricos y recortar los programas que son derechos del pueblo trabajador.

¿Por qué no aumentar el techo de la deuda para crear un programa masivo de trabajos para lograr empleos para todos/as? Si el gobierno va a pedir más dinero prestado, que ponga a trabajar a los/as 30 millones de trabajadores/as desempleados/as o subempleados/as. Mejor aún, no aumenten el techo de la deuda y mejor creen puestos de trabajo con los fondos que de lo contrario irían a los bancos y tenedores de bonos.

¿Por qué debe preocuparse nuestra clase, la clase obrera y los/as explotados/as por un millonario o multimillonario que no reciba un pago de interés cuando a 50 millones de personas en este país les falta alimentos? ¿Por qué deben preocuparse los/as trabajadores/as de que algunos/as millonarios/as no puedan pagar los gastos para mantener sus mansiones cuando ya millones están sin hogar y a millones más les esperan ejecuciones hipotecarias?

De hecho, la justicia exige que las ganancias de los banqueros y otros financieros sean utilizadas para ayudar a las 47 millones de personas que dependen de cupones de alimentos. Se debe utilizar para dar atención médica a las 50 millones de personas que no la tienen porque los servicios de salud han sido entregados a las compañías de seguros y los monopolios farmacéuticos con fines de lucro.

El Partido del Té y la crisis

Una pregunta debe ser respondida en la crisis actual. ¿Cómo es posible que aunque los principales financieros de Wall Street y el establecimiento político hayan estado pidiendo una solución a este problema durante varias semanas, se haya llegado tan cerca del impago? Ya está la posibilidad de degradar la calificación crediticia del gobierno estadounidense en la agenda, independientemente de si hay o no impago.

Una respuesta es que los/as republicanos/as harían cualquier cosa por sabotear que la administración Obama gane la Casa Blanca en 2012. Pero irónicamente, un impago amenazaría a los mismos banqueros y tenedores de bonos que definen las metas en el Partido Republicano.

El portavoz de la cámara de representantes John Boehner respondía a Wall Street cuando la semana pasada entró en negociaciones secretas con el Presidente Barack Obama para llegar a un “gran acuerdo”. Wall Street había estado satisfecho hasta entonces con utilizar la lucha como un ariete contra Medicare, Medicaid, Seguro Social y otros programas básicos. Pero al acercarse la fecha límite del 2 de agosto, el capital financiero estaba ansioso por una solución.

Los elementos fundamentales que acordaron Obama y Boehner incluyen $250 miles de millones en recortes de Medicare y un aumento paulatino en la edad de elegibilidad de 65 a 67. Obama acordó recortar $110 mil millones a Medicaid y otros programas de salud, mientras que Boehner quería $150 mil millones. Otros programas nacionales iban a ser cortados entre $200 a $214 mil millones. Se ajustaría la fórmula del aumento por costo vida del Seguro Social, lo que reduciría los pagos.

Cuando ambas partes estaban acercándose, se filtró la noticia de las negociaciones y Boehner fue obligado a abandonar las negociaciones y denunciarlas. Desde entonces, su posición se volvió más y más a la derecha, hasta la intransigencia. El ala liberal del Partido Demócrata también se rebeló contra los recortes, pero Obama se mantuvo leal a su trato con Boehner.

Para entender el fracaso de las negociaciones es importante recordar que de los/as 290 republicanos/as en la cámara, al menos 141 están respaldados/as por el Express del Partido del Té o “Freedom Works” (La Libertad Funciona), una organización afín al Partido del Té, o son parte del Caucus del Partido del Té del Congreso.

Estas fuerzas han sido criticadas en los medios de comunicación capitalista como “infantiles” y “locos”. Pero estas caracterizaciones ocultan un punto político importante sobre la política capitalista estadounidense.

Estas fuerzas surgieron en el 2008 en la lucha contra una reunión pública celebrada sobre el tema de salud. Un movimiento “popular” ficticio denominado Movimiento del “Astroturf”, fue organizado y financiado por multimillonarios de derecha como los hermanos Koch, la Fundación Bradley, la Fundación Olin y otros que están en guerra con la clase política en ambos partidos y con la principal corriente de la clase dominante en Wall Street.

Estas son las fuerzas que le escupieron al representante afro-americano John Lewis y a miembros homosexuales del Congreso en las escaleras del Capitolio durante la campaña electoral de 2008. También llegaron con armas a las reuniones públicas que se organizaron para defender la reforma de salud. Estas son las fuerzas que confrontaron a Arlen Specter, republicano conservador, en una reunión en Pensilvania y le hicieron callar a gritos. Eventualmente, ellos lo quitaron de la política burguesa aunque era un miembro reaccionario del establecimiento.

Las fuerzas del Partido del Té están financiadas por estos multimillonarios a través de anuncios de campaña, organización y personal, y fueron llevadas a puestos políticos en las elecciones del 2010 por el ala ultra-derechista de la clase dominante. Los hermanos Koch están pagando las cuentas del gobernador Scott Walker en Wisconsin para destruir los sindicatos del sector público. Los ideólogos del Partido del Té reflejan la ideología de sus benefactores. Para esta derecha extrema, que está fuera del establecimiento político, el impago no es un peligro.

Cuando Martin Bashir de MSNBC entrevistó a Judson Phillips, fundador de la Nación del Partido del Té el 25 de julio, Phillips dejó escapar la estrategia del Partido del Té sobre el incumplimiento. Dijo que no era la primera opción. Que para el 2 de agosto el gobierno federal podría evitar el incumplimiento al pagar su servicio de deuda a los banqueros y tenedores de bonos pero dejando de “malgastar” en programas de ayuda social.

En otras palabras, al empujar el estancamiento hasta el final, una estrategia de los multimillonarios ultra-derechistas del Partido del Té es forzar al gobierno a escoger entre el impago y el pagar Seguro Social, Medicare, Medicaid y otros beneficios.

Aunque éste escenario sea dudoso, revela no obstante lo que están pensando los ultra-derechistas. Y éste es el porqué la política de los partidos de la clase dominante están funcionando con propósitos contrarios a los intereses más amplios de la clase dominante en conjunto. Desechar a miembros del Partido del Té como “locos” en este debate es ocultar su papel como instrumento del ala ultra-derechista de la clase dominante. Sea cual sea su condición clínica, son una expresión directa de las fuerzas de la clase dominante. Y eso es lo que es importante para la clase trabajadora.

La crisis económica global

Finalmente, sea cual fuera el resultado de este conflicto, no erradicará la crisis fundamental del sistema capitalista. Como representantes de las clases dominantes europeas, Ángela Merkel de Alemania y Nicolás Sarkozy de Francia junto a otros países de la zona euro, acaban de llegar a un acuerdo para rescatar la clase dominante de Grecia y también establecer un súper fondo para rescatar gobiernos y bancos que en el futuro estarían en peligro de impago en Europa.

Esto señala una perspectiva de crisis a largo plazo impuesta por el crecimiento lento o el declive actual en muchos de los países capitalistas allí — incluyendo ahora Italia y España, la tercera y cuarta economías más grandes de la zona del euro.

En EE.UU. las proyecciones de crecimiento están siendo reducidas por los “expertos”. El desempleo aumenta. Los despidos aumentan. Los gobiernos estatales y locales están disminuyendo como también los servicios sociales y educativos. Las agencias de calificación de bonos han dicho que hasta 7.000 municipios pueden tener sus calificaciones degradadas lo que significa que tendrán que pagar más intereses a los bancos e inversionistas.

El verdadero impago es el incumplimiento del capitalismo hacia la sociedad en conjunto. Está destruyendo el medioambiente, minando la salud y el bienestar de toda la población, promulgando racismo, sexismo, y opresión de lesbianas/gays/bisexuales/transexuales, y el odio contra inmigrantes y musulmanes. Está esparciendo guerra, intervención y ocupación por todas partes del mundo a costo de billones de dólares.

El tiempo ha llegado para abrir una lucha contra un sistema que pone las ganancias de millonarios y multimillonarios por encima de todo, como puede verse en la batalla actual del techo de la deuda. La lucha anticapitalista debe ponerse en la agenda de los/as trabajadores/as y oprimidos/as como la única manera de salir de la crisis actual.


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