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Lolita Lebrón, ejemplo de valor y sacrificio

Por Berta Joubert-Ceci

Manifestando los sonidos de su amado Puerto Rico, cientos de personas cantando plenas y coreando consignas sobre su valiente carácter acompañaron a la luchadora independentista Lolita Lebrón a su lugar final de descanso en el Cementerio del Viejo San Juan. Fue enterrada cerca de su querido Maestro, Don Pedro Albizu Campos. Como lo había solicitado, el entierro tuvo lugar a poco más de 24 horas después de su muerte.

“Lolita Lebrón, ejemplo de valor” y “Se siente, se siente, Lolita está presente” coreaban sobre todo las mujeres quienes en varias ocasiones cargaron el féretro tomándolo de los brazos de los hombres que lo llevaban.

No sólo puertorriqueños/as de diversos partidos y organizaciones a favor de la independencia asistieron, sino que personas de todas las afiliaciones políticas fueron a honorar a Lolita. La amplitud del apoyo atestiguaba su naturaleza humana y su llamado incesante a la unidad para defender la identidad puertorriqueña. Ella hizo amistades fuera de líneas partidistas.

Lolita era tan feroz defendiendo la independencia como humilde en la apreciación de todos/as quienes lucharan por los valores puertorriqueños. Un ejemplo fue su amistad con Norma Burgos, senadora partidaria de la estadidad, presente en el funeral, que compartió la cárcel con Lebrón por oponerse a la ocupación de la isla de Vieques que se utilizaba para ejercicios de bombardeo por la Marina estadounidense.

La muerte de Lolita inmediatamente despertó un incesante fluir de conmovedores mensajes, poemas, videos y canciones a través del Internet. Tanto los periódicos alternativos como la prensa corporativa publicaron obituarios, incluyendo un artículo en el Washington Post que hablaba en nombre de la clase dominante de la ciudad donde Lebrón fue detenida en 1954. El escrito del Post comparó a Lolita con los revolucionarios Che Guevara y Pancho Villa. La comunidad internacional, especialmente cubanos/as y nicaragüenses, enviaron muchos mensajes.

La vida de Lolita Lebrón, tanto personal como política, representa la historia de Puerto Rico durante la consolidación de la dominación colonial estadounidense de la isla y la lucha contra dicha dominación. Lebrón nació el 19 de noviembre de 1919 en la ciudad de Lares, donde en 1898 el pueblo se levantó contra la dominación española en lo que se conoce como el Grito de Lares.

El evento denominado “la Masacre de Ponce”, marcó la adolescencia de Lolita. El domingo de ramos, 27 de marzo de 1937, la policía colonial rodeó una manifestación pacífica de miembros/as del Partido Nacionalista en la ciudad de Ponce. Bajo las órdenes directas del gobernador estadounidense Blanton Winship, la policía abrió fuego matando a 22 personas desarmadas e hiriendo a 200.

En 1941, dejando a su hija bajo el cuidado de su madre, Lolita salió de Puerto Rico hacia Nueva York. Al igual que miles de puertorriqueños/as en la década de 1940, buscó un trabajo que fuera mejor que la existencia inestable que enfrentaban los/as pobres en la isla. Trabajó en la industria de la aguja y se unió oficialmente al Partido Nacionalista en Nueva York, convirtiéndose en una lideresa importante. Lebrón fue encarcelada por un breve período junto a otros nacionalistas después de las manifestaciones frente a la ONU contra el estatus de “Estado Libre Asociado” que EEUU impuso sobre Puerto Rico en 1952.

En 1954 el líder nacionalista Don Pedro Albizu Campos sugirió una acción en Washington, DC, para llamar la atención internacional al estatus de la isla. El año anterior, el gobierno de EEUU había convencido a la ONU que aprobara una resolución que quitaba a Puerto Rico de la lista de territorios coloniales. Esta resolución permitió a los EEUU retener información sobre Puerto Rico a la ONU, allanando el camino para la intensificación de la explotación de la isla.

El 1 de marzo de 1954, Lebrón dirigió la operación en la Cámara de Representantes con los camaradas nacionalistas Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero. Al grito de “Viva Puerto Rico libre” y desplegando una bandera de Puerto Rico, ella fue la primera en disparar — hacia el techo.

Salvo Flores, que logró escapar, Lolita y los demás fueron detenidos de inmediato. Cientos de nacionalistas fueron arrestados bajo “detención preventiva” en Nueva York, Chicago, Washington y en todo Puerto Rico, incluyendo a Albizu Campos. Lebrón fue condenada a 56 años de prisión y el resto a 81 años por “asalto con un arma”.

En 1979, después de una gran presión — particularmente del Comité para la liberación de Presos/as Políticos Puertorriqueños — El presidente Jimmy Carter les perdonó, junto al nacionalista Oscar Collazo que había sido encarcelado desde 1950 por el ataque a la Casa Blair. Todos fueron liberados incondicionalmente. Figueroa Cordero había sido liberado en 1978 por motivos de salud.

En una entrevista del 4 de agosto con el semanario puertorriqueño Claridad, Cancel Miranda recuerda el valor de Lolita: “ella subió esas escalinatas y yo vi a esa mujer y no me canso de decirlo, que llevaba no sólo la bandera nuestra, llevaba la dignidad nuestra por esas escalinatas ... Ahí iba esta mujer puertorriqueña, lareña, subiendo esas escaleras segura de que iba a morir. Porque ella a lo que fue, fue a dar la vida”.

Una vez libre, Lolita continuó sin descanso en la lucha para liberar a su patria: haciendo giras dando conferencias, escribiendo poesía, pero sobre todo uniéndose al pueblo en manifestaciones en Puerto Rico. Ella fue una figura visible en la lucha contra la presencia de la Marina en Vieques y fue detenida a los 81 años por adentrarse en el campo restringido de tiro.

A pesar del gran sufrimiento durante su encarcelamiento en prisiones federales en los EEUU donde fue maltratada y cruelmente torturada mentalmente, junto con sus pérdidas personales — su hijo y posteriormente su hija murieron mientras ella estaba encarcelada — Lolita mantuvo su inquebrantable compromiso con la lucha por la independencia. Sus contribuciones son muchas — escritos, poemas, pero, sobre todo, su trabajo asegurando que las mujeres sean participantes activas y líderes en la lucha. Ella es ejemplo del famoso pronunciamiento de Albizu Campos: “La Patria es Valor y Sacrificio”.

Lolita Lebrón, ¡Presente! ¡Viva Puerto Rico Libre!


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