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Es urgente un programa de puestos de trabajo

30 millones buscan trabajo

Gallup Poll muestra que gobierno oculta cifras reales

Por Fred Goldstein

Una encuesta Gallup, difundida el 23 de febrero reveló que en enero, 30 millones de trabajadores/as en los EEUU tuvieron que trabajar solo a tiempo parcial o estaban desempleados/as. Este número, basado en una encuesta de más de 20.000 personas adultas de más de 18 años y realizada del 2 al 31 de enero, equivale a un 20 por ciento de la fuerza laboral.

Llevada a cabo por una de las instituciones encuestadoras más prestigiosa y conservadora en el mundo capitalista, la encuesta utilizó muestras tomadas de todas las regiones del país y de todas las edades.

Las personas entre los 18 y 29 años tienen el nivel más alto de subempleo, oficialmente un 31 por ciento.

No es de extrañar que esta encuesta apenas se mencione en la gran prensa. Esto demuestra que el gobierno está subestimando a millones de trabajadores/as que sufren la crisis de desempleo y subempleo. Comprueba con documentos, como mínimo, que las estadísticas de la Oficina de Estadísticas Laborales y la Oficina Nacional de Investigación Económica han sido deshonestas sobre el verdadero nivel de desempleo.

Esta encuesta de Gallup también muestra las disparidades racistas que se han agravado por la crisis económica. Revela que la tasa de subempleo entre afroamericanos/as y latinos/as, está a un 27 y 29 por ciento respectivamente, en comparación con el subempleo entre blancos/as que está en 17 por ciento. No había nada revelado sobre los/as trabajadores/as inmigrantes, pero otros estudios han mostrado un aumento drástico en el subempleo de los/as trabajadores/as indocumentados/as, especialmente en la industria de la construcción.

Según las agencias del gobierno, el nivel de lo que se denomina “tasa total de desempleo”, una medida llamada U-6, es solamente el 16,5 por ciento, no el 20 por ciento revelado en la encuesta Gallup.

Peor aún, es importante saber que el número oficial del gobierno de “desempleo total” incluye no sólo a trabajadores/as que están desempleados/as y a quienes se ven obligados/as a trabajar a tiempo parcial en vez de a tiempo completo, sino que también incluye a quienes han abandonado la fuerza laboral porque desanimados/as, han dejado de buscar trabajos.

Según AOL News en línea, “Lo sorprendente de los números de Gallup es que las encuestas ni siquiera incluyen a la gente sin empleo por tanto tiempo que ya no son contados en la fuerza laboral”. En el mes de enero, según el gobierno, 1.1 millones de trabajadores fueron clasificados oficialmente como “trabajadores desalentados”.

Por ende, la encuesta de Gallup en sí es imprecisa puesto que si el número oficial del gobierno de 1,1 millones de trabajadores/as que han dejado de buscar trabajo se añade a los 30 millones compilado por Gallup, el número aumentaría.

4,4 millones trabajadores/as desanimados/as

Sin embargo, el encubrimiento del gobierno es aún más amplio de lo que se desprende de la encuesta Gallup. El Instituto de Política Económica (EPI por las siglas en inglés), cuyo ex jefe, Jared Bernstein, es el economista en jefe y asesor de política económica al vice president Joseph Biden, dice: “Desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, la fuerza de trabajo — las personas que están trabajando o buscando trabajo — ha disminuido 700.000 trabajadores, aunque la población en edad laboral ha aumentado 3,7 millones de personas. La reducida fuerza laboral es un reflejo del desaliento con el mercado laboral, ya que los empleos se han vuelto escasos; por lo tanto, muchas personas que buscaban trabajo han dejado de hacerlo”.

Así, según el EPI, casi 4,5 millones de trabajadores/as han abandonado la fuerza laboral, no los/as 1,1 millones contabilizados por el gobierno. Y entre quienes la han abandonado, una proporción alta de manera drástica son jóvenes. La tasa de participación de los/as trabajadores/as de 16-24 años de edad ha disminuido de 59,1 por ciento a un 54,7 por ciento en los 25 meses desde que comenzó la recesión, lo que representa una pérdida de 1,3 millones de trabajadores/as jóvenes. En la encuesta de Gallup, las personas entre 18 y 29 tuvieron el nivel de subempleo más alto, un 31 por ciento.

En el otro extremo de la escala por edad, las personas mayores de 55 años han aumentado su participación en la fuerza laboral porque no pueden permitirse el lujo de jubilarse. En sus últimos años se encuentran trabajando, a menudo obligados/as a competir con jóvenes por trabajos mal remunerados.

Bajo las condiciones “normales” de explotación capitalista — es decir, entre las crisis de alta y baja, cuando los trabajos están más disponibles — la juventud, y especialmente los/as jóvenes negros/as, latinos/as, asiáticos/as y nativos/as, tienen el nivel más alto de desempleo y los salarios más bajos. Ahora que hay una crisis capitalista, la crisis para los/as jóvenes se ha aumentado.

El discurso de “recuperación” para los/as trabajadores/as de todas las edades es un mito. La recuperación es sólo es para los jefes más grandes y ricos.

El discurso sobre una disminución de los despidos se contradijo a finales de febrero por el anuncio de un aumento en las nuevas solicitudes de subsidios por desempleo.

Aumentan solicitudes de seguro por desempleo y caen las ventas de casas

En su informe sobre las solicitudes de desempleo del 25 de febrero, el Departamento del Trabajo dijo que las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo aumentaron en 22.000, para un total de 496.000. Los analistas de Wall Street esperaban una disminución con un total de 455.000.

El promedio de cuatro semanas de las solicitudes por desempleo aumentó 6.000, a un total de 473.750. El promedio había caído considerablemente durante el verano y el otoño de su pico en la primavera pasada de alrededor de 650.000 personas. Este año, la mejoría se ha estancado. El promedio de cuatro semanas ha aumentado en alrededor de 30.000 en el último mes. Está ahora muy por encima del nivel de 425.000 que muchos economistas dijeron que iba a señalar la contratación neta. Es un comentario sobre el capitalismo estadounidense el hecho de que el despido de 425.000 trabajadores/as en una semana sea considerado una señal “positiva” de la contratación neta.

Además, la venta de viviendas nuevas cayó 11,2 por ciento en enero, la caída más grande en más de 50 años. Una caída en las ventas de casas nuevas significa más desempleo para trabajadores/as en la construcción.

Una de las razones para esta caída es el número masivo de ejecuciones de hipoteca que especuladores y aún algunos compradores individuales tratan de aprovechar para comprar casas a precios de ganga al escoger entre las millones de casas disponibles por ejecuciones hipotecarias. Pero a pesar de eso, la venta de casas bajó un 7,2 por ciento en enero.

Se esperan cientos de miles más de ejecuciones de hipoteca por la dificultad de los/as trabajadores/as desempleados/as que no pueden seguir pagando sus hipotecas, y hasta los/as que están empleados/as están “bajo el agua”, es decir, que deben mucho más de lo que valen sus casas en el mercado.

Los bancos y prestamistas no ajustarán los préstamos, no suspenderán los pagos de los/as desempleados/as, y están tratando despiadadamente de exprimir cada centavo de los/as dueños/as de casa. Más millones de ejecuciones de hipoteca vendrán a menos que el pueblo se una y demande que se acaben las ejecuciones de hipoteca y desalojos.

Para los/as más de 30 millones de personas sin trabajo o con trabajos a tiempo parcial, sin un plan de cuidado de salud, sin pensión, sin beneficies, sin vacaciones, y con la insoportable presión económica de tratar de sostenerse, la sola idea de que la economía haya ido “recuperándose” por seis meses, debe parecer como una cruel broma.

¿Quiénes comprarán la mercancía?

Una pregunta que hace falta preguntarse es: ¿qué impulsó a la organización Gallup a emprender una encuesta tan extensa? Las cifras contradictorias que están emergiendo de las oficinas del gobierno y de la administración de Obama probablemente han puesto nerviosos a sectores de la clase dominante. Los consejeros de inversiones, pronosticadores económicos corporativos, hasta los consejeros de política económica, tienen mucho interés en conseguir información confiable sobre la economía. La clase dominante no puede depender solamente de las agencias del gobierno, las cuales están destinadas a exponer inadecuadamente la severidad de la situación por razones políticas.

Uno de los pocos detalles hecho público en la reciente encuesta Gallup fue cuánto menos estaba siendo gastado en el mercado por los/as trabajadores/as subempleados/as comparado con quienes están empleados/as. La discrepancia entre un promedio de $75 al día de los/as empleados/as comparada con $48 al día de los/as subempleados/as, aunque esté exagerada, es un hecho para que esas autoridades contemplen las expectativas de una “recuperación” capitalista.

El público supo muy poco de la encuesta y la mayor parte de la información recopilada fue reservada, sin duda solamente para los ojos de la clase dominante y sus consejeros.

Pero la clase dominante está tambaleándose entre una recuperación y una renovación de la crisis capitalista. Todos saben que la estabilización de la economía capitalista, el paro temporero de la espiral hacia abajo de la crisis económica y financiera, estaba construida sobre el rescate masivo de los bancos y el estímulo a la economía.

Los cálculos convencionales dicen que entre 1,5 a 2 millones de empleos fueron creados o rescatados por el paquete de estímulo de $787 mil millones. El dinero del estímulo debe acabarse a mediados de 2010. El crédito para los/as que compren por primera vez una casa ahora ha sido extendido a quienes anteriormente compraron casa.

El gobierno, los banqueros y los empresarios están esperando a ver qué pasa cuando se acabe el dinero del estímulo y los incentivos. Todos están conteniendo la respiración en la esperanza de que la limitada expansión capitalista continúe.

Pero la clase dominante tiene una contradicción básica en la presente crisis. No se puede mantener una recuperación bajo estas condiciones. Solo una crisis regenerada puede ser el resultado de este paso.

La clase trabajadora, los/as oprimidos/as, las comunidades, los/as estudiantes y jóvenes, y todos/as quienes están siendo victimizados/as por esta crisis capitalista no deben esperar pasivamente por que llegue la salvación de una recuperación económica.

Para ellos/as, la única salida de esta crisis es organizarse y luchar con un programa concreto. Primero en la agenda debe estar una demanda por un programa del gobierno que garantice un empleo con salarios reales con beneficies completos y el derecho libre de trabas, de representación sindical para cada trabajador/a que la necesite.

Los trillones de dólares regalados a los bancos, las corporaciones y al aparato militar pueden pagar tal programa además de garantizar una educación gratuita de calidad para toda la juventud, desde la primaria hasta la universidad.


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