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Honduras: La derecha hace maniobras para prevenir la restauración de Zelaya

Por Berta Joubert-Ceci

Nov. 9—“Con Mel o sin Mel, no hay elecciones y quien va adelante es la Resistencia. Vamos a los barrios. ... nuestra única salida es la Resistencia porque unida jamás será vencida. Mi lucha viene desde el 54 y ahora podemos hablar y decir que somos revolucionarios. ....Ahora podemos mandar al diablo esta Constitución que no sirve. Hasta la victoria compañeros, no se me rajen, vamos para adelante ¡Ahora o nunca! ¡Hasta la victoria final”

Dionisia Sánchez, la Abuela de la Resistencia y ejemplo de la férrea voluntad de lucha del pueblo hondureño, dijo estas palabras el 9 de noviembre, luego de que la Resistencia se reuniera y decidiera no participar en las elecciones generales del 29 de noviembre aunque el Presidente Manuel Zelaya fuera restituido.

Al momento de la redacción de este artículo, no se había logrado ninguna resolución a la peligrosa crisis en Honduras. El gobierno usurpador de Roberto Micheletti continúa aferrándose al poder a toda costa a pesar de haber firmado el 30 de octubre, el Acuerdo Tegucigalpa-San José, el cual habría restituido al Presidente Zelaya antes de las elecciones.

Micheletti unilateralmente anunció el 5 de noviembre la formación de un “Gobierno de Reconciliación” presidido por Micheletti y sin Zelaya. Este cuerpo gubernamental fue propuesto por el acuerdo como un gobierno unitario que habría incluido tanto a representantes de Zelaya como de los golpistas. Después de esta acción, el Presidente Zelaya públicamente anunció la terminación del acuerdo y el fin de cualquier posibilidad de diálogo con el gobierno de facto.

Micheletti hizo su anuncio aún antes de que el Congreso Nacional decidiera sobre la reinstauración de Zelaya. Leal a los golpistas, el congreso ha dilatado el voto con muchas excusas, en una maniobra obvia de retardar el regreso de Zelaya al poder. Estas acciones escamoteadoras, fueron observadas por la “Comisión de Verificación” presente en Tegucigalpa, una formación ordenada por el acuerdo que tendría el deber de asegurarse de que el acuerdo se llevara a cabo.

Hilda Solís, Secretaria del Departamento del Trabajo en EEUU, era parte de esta comisión.

Reacción de la Resistencia

La Resistencia, que durante los últimos días ha estado protestando diariamente frente al Congreso Nacional, se reunió para decidir su posición sobre las elecciones. El 9 de noviembre publicó un comunicado declarando que rechaza al proceso electoral y que la “la participación en tal proceso le daría legitimidad al régimen golpista o a su sucesor que se instalaría fraudulentamente el 27 de enero de 2010.

Rehúsan participar aún si el Presidente Zelaya fuera restituido porque “20 días o menos es un lapso muy corto para desmontar el fraude electoral que se fraguó para asegurar que uno de los representantes de la oligarquía golpista sea impuesto para darle continuidad a su proyecto antidemocrático y represor”.

También culparon a los Estados Unidos de complicidad con los golpistas. A la misma vez, la Resistencia reafirmó continuar su lucha para restituir a Zelaya y por una nueva constitución.

El candidato independiente a la presidencia en representación de la Resistencia, Carlos H. Reyes, abandonó la carrera por las mismas razones.

¿Qué hay detrás de las elecciones?

Es revelador que inmediatamente después de la firma del acuerdo y antes de que ocurriera cualquier progreso substancial, tanto la Secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton y su enviado, Thomas Shannon, aceptaron el acuerdo como un hecho consumado. Hugo Llorens, embajador en Tegucigalpa, también hizo un llamado internacional para el reconocimiento de las elecciones del 29 de noviembre. Hasta esta fecha, Estados Unidos está casi completamente aislado sobre esta posición.

¿Por qué tanto apuro? ¿Cuáles son los intereses de Washington?

Hay varias firmas de cabildeo estadounidenses que trabajan a favor del gobierno de Micheletti, de la Asociación de Maquiladores Hondureños y del Consejo de Empresas Latinoamericanas, capítulo de Honduras que representan al final, los intereses financieros y geopolíticos de Estados Unidos. Entre estas firmas están Chlopak, Leonard, Schechter & Associates; El Grupo Corman; Orrick, Herrington & Surcliffe LLP; y la Visión Americas. Lanny Davis, ex consejero legal de Bill Clinton y Roger Noriega, ex asistente del secretario de estado para asuntos del hemisferio occidental, trabajan en algunas de estas firmas.

Además de estas firmas, hay una agencia “no gubernamental” muy poderosa. La Millennium Challenge Corporation (Corporación Desafío del Milenio). Su página de internet la describe como “una agencia estadounidense innovadora e independiente de ayuda para el extranjero que está ayudando en la lucha contra la pobreza global. Creada por el congreso de Estados Unidos en enero del 2004 con fuerte ayuda bipartita, la MCC, (siglas en inglés), está cambiando la conversación sobre cómo entregar mejor asistencia inteligente estadounidense enfocándose en políticas buenas, la propiedad del país, y los resultados”.

Se dice en muchos círculos en Honduras que Estados Unidos tiene un candidato preferido, Elvin Santos. Santos era vicepresidente por el Partido Liberal bajo la administración de Zelaya, pero renunció en diciembre pasado para correr para la presidencia. El se opuso al llamado de Zelaya para una Asamblea Constituyente.

Santos es también de la oligarquía, un ingeniero de construcción cuya familia es propietaria de una de las compañías de construcción más grandes del país, Santos y Compañía. Esta compañía firmó un contrato por $7,5 millones con la MCC, (parte de un contrato por $215 millones de la MCC con Honduras), para mejorar la transportación. El contrato era específicamente para la construcción de la carretera CA-5 que une a Tegucigalpa con San Pedro Sula, el área industrial principal del país, y con Puerto Cortés en la costa caribeña en el norte, el más grande y único puerto de aguas profundas en Centroamérica. La Carretera CA-5 también conecta en el sur con el Puerto de Cutuco, en la costa pacífica de El Salvador.

Esta carretera es parte del Corredor Atlántico de la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas, que es el aspecto de transporte del Plan Puebla Panamá. Este plan es un intento más de los EEUU por robar los recursos de los pueblos en Centroamérica, así como de México y Colombia. Se presenta como un proyecto de integración, pero el propósito es facilitar el transporte a través de la región, desde México a Colombia, de productos de EEUU y de mercancías ensambladas o fabricadas en la zona, especialmente en las infames maquiladoras.

Es un conducto para extraer las riquezas de América Latina hacia los EEUU.

¿Quién preside la MCC? Nada menos que Hillary Clinton. También en la junta de MCC están Timothy F. Geithner, Secretario del Tesoro de EEUU y vice-presidente de la junta de MCC, y Alonzo L. Fulgham, administrador interino de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID).

Es evidente que Estados Unidos, al aceptar de antemano el resultado de las elecciones, quiere garantizar la presencia en el gobierno de Honduras de un representante de la oligarquía pro-Estados Unidos que esté interesado en la explotación capitalista de las masas. Incluso si Santos no gana, los otros candidatos golpistas son leales a la misma oligarquía.

Carlos H. Reyes, explica la necesidad de una nueva constitución

El tremendo poder del sector empresarial en Honduras fue explicado por Carlos H. Reyes, durante una larga y esclarecedora conversación cuando esta escritora estuvo en octubre en Honduras con la Delegación EEUU de sindicalistas, activistas comunitarios/as y religiosos en solidaridad con la Resistencia Hondureña. Reyes es el presidente de la Unión STIBYS, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares. Él estaba en su casa recuperándose de una agresión por la policía durante una de las manifestaciones de la resistencia, en la que su muñeca derecha fue severamente fracturada.

Explicó la necesidad urgente de una nueva constitución, y la pasión con la que la Resistencia exige una Asamblea Constituyente quedó muy clara.

Explicó que la actual Constitución se redactó durante la década de 1980, cuando EEUU conducía la guerra contra Guatemala, El Salvador y Nicaragua bajo el liderazgo criminal y vicioso de John Negroponte. El propósito era el de “vender el país” (privatizar), reducir el estado y poner a los militares a cargo de la defensa de la Constitución en lugar del pueblo. En suma, se trataba de una Constitución en beneficio de las empresas y sus accionistas.

Reyes expuso cómo el poder y las riquezas fueron transferidos durante estos años. En 1981, las empresas transnacionales y los terratenientes tenían un 40 por ciento del poder, el estado un 40 por ciento, y el pueblo 20 por ciento. Ahora, 28 años después, las transnacionales tienen un 75 por ciento, el estado 20 por ciento, y el pueblo 5 por ciento. Debido a la reducción de sus ingresos, el estado no puede pagar por servicios básicos para las masas.

Reyes explicó que Honduras es un “paraíso financiero y laboral” debido a los bajos salarios, al aumento del trabajo temporal y la subcontratación con absolutamente ningún beneficio ni seguridad laboral, y a las enormes concesiones a las empresas que realmente controlan el gobierno y gobiernan al país para su propio beneficio. Esto ha resultado en la pauperización de las masas, pero ha sido una experiencia enormemente rentable para las empresas de EEUU.

Es por ello que los planes del Presidente Zelaya para cambiar la Constitución y aumentar el salario mínimo fueron opuestos con tanta vehemencia por la oligarquía hondureña y los EEUU.

EEUU fragua más de lo mismo en América Latina

Los hechos recientes en Honduras han sido un intento de los Estados Unidos para poner un alto en los avances progresistas y populares en Latinoamérica, y en particular contra los países participantes de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Esta es la opinión de la mayoría de los/as presidentes/as de Latinoamérica que se han opuesto al golpe militar de Honduras desde el primer día y quienes consideran que EEUU es responsable de no poner fin al golpe de estado. EEUU es el socio comercial y militar más grande de Honduras.

Este golpe de estado ha fortalecido a las oligarquías derechistas de la región que están asociadas a los EEUU.

El 30 de octubre, un tratado militar fue suscrito entre Colombia y EEUU dándole un completo acceso a los EEUU a ese país, incluyendo a siete bases, entre ellas la enorme base de Palanquero cerca de la capital. No fue hasta el 2 de noviembre, después de la firma del acuerdo, que se dio a conocer el acuerdo, a pesar de que los países latinoamericanos lo habían solicitado. En Panamá, existen conversaciones para la apertura de cuatro bases aéreas y navales al acceso de EEUU.

Muchos consideran que las bases son una amenaza para la paz en la región y un precedente muy peligroso que anuncia la intención de Estados Unidos para librar la guerra contra los países que son “anti-Estados Unidos”, como expone en un documento oficial, el Departamento de la Fuerza Aérea con respecto a la Base Aérea de Palanquero. El documento menciona la “amenaza constante... de los gobiernos anti-EEUU”. (www.centrodealerta.org)

En Paraguay, el presidente Fernando Lugo tuvo que sustituir a los jefes del Ejército, Armada y Fuerza Aérea con personal de su confianza después de rumores de un intento de golpe de estado por la derecha que se opone a las reformas progresistas de Lugo.

Pero Estados Unidos no se da cuenta de que, como dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa, esto no es una época de cambios, sino un cambio de época, refiriéndose al enorme levantamiento de las masas para defender su soberanía y oponiéndose al imperialismo de los EEUU.

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