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Reunión Latinoamericana confronta crisis de hambruna

Por Berta Joubert-Ceci

Con el tema de “Soberanía y Seguridad Alimentaria: Alimentos para la Vida,” delegaciones de 15 países se reunieron en Managua, Nicaragua, el 7 de mayo para discutir y planear estrategias para enfrentar la seria crisis de hambre que afecta a los pueblos de América Latina y el Caribe.

Esta reunión presidencial fue resultado de otra reunión de emergencia convocada el 23 de abril por cuatro de los cinco miembros del ALBA llevada a cabo en Caracas, Venezuela. Durante esa reunión los presidentes Evo Morales de Bolivia, Daniel Ortega de Nicaragua, y el Vicepresidente Carlos Lage de Cuba se reunieron con el Presidente de Venezuela Hugo Chávez para firmar un acuerdo especial que desarrollaría sectores agrícolas e industriales para incrementar la producción de granos como el arroz y el maíz, granos con contenido de aceite, carne y leche. Según Prensa Latina, “El acuerdo firmado por los miembros del ALBA también favorece la formación de una cadena comercial de alimentos e incluye un compromiso mutuo para crear una fundación con $100 millones de dólares como capital inicial para permitir la implementación de los programas y planes de la iniciativa.”

Sin embargo, ya que la esencia del ALBA es la integración y el bienestar de todos los pueblos de América Latina y el Caribe, una reunión cumbre más extensa era necesaria para discutir la actual crisis alimenticia.

A la reunión del 7 de mayo en Managua acudieron delegaciones de Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Honduras, Haití, San Vicente y Las Granadinas, Cuba, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Belice, Panamá, República Dominicana, México y Nicaragua. También hubo representantes de la Organización de Agricultura y Alimentos de la ONU, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de Alimentos para el Mundo de la ONU, UNICEF, PARLACEN, (Parlamento Centroamericano) y PARLATINO, (el Parlamento Latinoamericano).

Las declaraciones de apertura por cada uno de los países fueron dirigidas a la preocupación y a propuestas sobre la crisis y también señalaron las políticas de los países imperialistas como las culpables de la catástrofe. La cadena de televisión TeleSUR cubrió la sesión.

Ralph Gonsalves, el Primer Ministro de San Vicente y Las Granadinas, declaró muy elocuentemente la necesidad de incluir la pesca en las discusiones sobre la agricultura y alimentos, afirmando que los pequeños países islas como el suyo no tienen el espacio para criar ganado y dependen más de pequeños animales y productos marítimos, pero que la situación climática está afectando la pesca porque los peces tienden a irse a más profundidad del océano. Concluyó, “Yo no veo que los americanos o los europeos nos estén ayudando, de hecho, muchas veces cuando ellos traen programas de diversificación, producción agrícola, etc., ellos perpetúan el fraude entre la gente, (pues) ellos aumentan sus expectativas y es muy poco lo que traen.”

El Vicepresidente Esteban Lazo de Cuba resumió lo que es la base real de la crisis actual: “La esencia de la crisis no está en los fenómenos más recientes, sino en la desigual e injusta distribución de la riqueza a nivel global, y en el intolerable modelo económico neoliberal, impuesto con irresponsabilidad y fanatismo durante los últimos 20 años.”

El Presidente Ortega, quien presidió la reunión, expuso la crisis del hambre a través de hechos: “La información de las organizaciones internacionales nos dice que cada 5 segundos un niño menor de 10 años muere a causa de desnutrición, de hambre. Cada minuto que estamos hablando aquí, intercambiando ideas sobre este problema, 12 niños mueren. ¡Y cada hora, 720 niños menores de 10 años mueren de hambre!”

La declaración final firmada por 12 países rechazó las subvenciones en los países desarrollados y el intercambio comercial injusto que afecta a los países no desarrollados. También rechazaron el uso de alimentos para la producción de biocombustibles. Se propuso un plan de acción detallado para ayudar a fortalecer las economías de los países y la producción de alimentos en una forma sostenible. La propuesta de México, que ofreció ser el anfitrión de una conferencia de delegaciones de alto rango sobre la tecnología a final de este mes fue aceptada.

Otras reuniones sobre la cuestión están ocurriendo en América Latina. La Agencia Cubana de Noticias (ACN) reportó que más de 100 representantes de 30 países latinoamericanos y del Caribe participaron en una conferencia sobre la malnutrición juvenil en Santiago de Chile el 6 de mayo. Los días 16 y 17 de mayo, la Quinta Cumbre entre la Unión Europea, Latinoamérica y el Caribe (EU-LAC) tendrá lugar en Lima, Perú. Los temas principales serán “Pobreza, desigualdad e inclusión” y “Desarrollo sostenible: el ambiente, cambio climático y energía”. Al terminar la cumbre presidencial del 7 de mayo, fue decidido que la crisis alimentaria fuera discutida en la EU-LAC y en todas las otras reuniones internacionales que se celebren en el futuro próximo.

Imperialistas se reúnen a puertas cerradas

Nueve días antes de la cumbre de Managua, el 28 de abril, la Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentación, Josette Sheeran y el Presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick se unieron a puertas cerradas en Berna, Suiza, con el Secretario-General de la ONU Ban Ki-moon y ejecutivos de 27 agencias de la ONU para discutir los crecientes precios y las sublevaciones en 37 países provocadas por el hambre extrema.

Según la ACN, Ban exigió $2,5 mil millones en ayuda para combatir la crisis mundial de hambre durante una conferencia de prensa en Berna el 22 de abril.

¿Cuál fue la solución de Zoellick para la crisis alimentaria? Demostrando su verdadero interés de clase, él propuso que no se limite la exportación de productos de petróleo.

¿Cómo pueden los imperialistas resolver una crisis que ellos mismos crearon? Como dijo Vía Campesina, una organización de pueblos indígenas, pequeñ@s agricultor@s y campesin@s de todas las partes del mundo, en un documento titulado “Una respuesta a la Crisis Mundial de Alimentos” (www.viacampesina.org), las políticas neoliberales han destruido la capacidad de los países de alimentarse a sí mismos.

Aunque mencionan a los biocombustibles y al calentamiento global que afecta a las cosechas como causas de la crisis alimentaria, ven la falta de la soberanía alimentaria como la causa principal: “Esta crisis también es el resultado de muchos años de políticas destructivas que socavaron las producciones nacionales de alimentos, y obligaron a los campesinos/as a producir cultivos comerciales para compañías multinacionales y a comprar sus alimentos de las mismas multinacionales (o a otras...) en el mercado mundial.

El artículo muestra como ejemplo a México, el cual, después del TLC-AN, se convirtió, de ser un país exportador de maíz en uno dependiente del 30 por ciento de su maíz del importe desde los EEUU. Ahora que la producción de maíz en los EEUU está siendo dedicada más y más a la producción de combustible, hay menos disponible para México. También menciona el caso de Indonesia, que en 1992 produjo soya suficiente para satisfacer el consumo doméstico para las comidas básicas de ese país. Después de abrir sus puertas a las políticas neoliberales, la soya barata de los EEUU inundó su mercado, forzando una reducción en la producción nacional. Un sesenta por ciento es actualmente importado de los EEUU y los precios se han duplicado.

Por esto, sin la capacidad de producir sus propios alimentos como resultado de las recetas neoliberales, combinados con los severos cambios climáticos, los países pobres son víctimas de la especulación del mercado de alimentos y la conversión de productos alimenticios en biocombustibles. Mientras que el consumo de alimentos representa entre 10 y 20 por ciento del ingreso personal en la mayoría de los países desarrollados, en el Tercer Mundo es entre un 60 hasta un 80 por ciento. Y los productos más afectados por la crisis actual son las comidas básicas de las mesas de los pobres, como por ejemplo el arroz y el maíz.

Entonces no es de extrañar que haya habido levantamiento de masas en México, Indonesia, Yemen, las Filipinas, Camboya, Marruecos, Senegal, Uzbekistán, Guinea, Mauritania, Egipto, Camerún, Bangladesh, Burkina Faso, la Costa de Marfil, Perú, Bolivia y Haití.

Haití merece atención especial porque es uno de los países más pobres del mundo donde la avaricia genocida de las corporaciones transnacionales queda obscena y patentemente clara. Ochenta por ciento de la población vive debajo del nivel de pobreza y 54 por ciento vive en la miseria extrema. Según el Servicio Paz y Justicia en América Latina, “Hace veinte años Haití producía el 95 por ciento del arroz que era consumido por su población; hoy en día importa de los Estados Unidos el 80 por ciento de ese producto.” (www.srpajamericalatina.org)

El hambre extrema en Haití ha forzado a la gente a darle de comer a sus hijos galletas llamadas “Pica” hechas de lodo, un remedio venenoso contra el hambre. En Cité-Soleil, las galletas son hechas de un lodo amarillo de la meseta central del país, mezcladas con sal y aceite. ¡Cuesta $5 fabricar 100 galletas, pero aún a ese precio, much@s haitian@s no tienen lo suficiente para comprar una galleta hecha de lodo! Puede llenar la barriga de un/a niñ@ pero el lodo también conlleva parásitos y substancias potencialmente letales.

Cuba y Venezuela han ido a ayudar al pueblo haitiano. Entre otras acciones, Venezuela ha enviado más de 600 toneladas de alimentos el 13 de abril, y 50 camiones para la agricultura. Cuba ha estado proveyendo cuidado médico a l@s más pobres, quienes que no tenían acceso a servicio médicos. Desde hace cinco años, 400 médic@s cuban@s han estado trabajando en Haití; y 600 estudiantes haitian@s estudian medicina en Cuba. Según el presidente de Haití René Préval, para el pueblo haitiano “después de Dios, están los doctores cubanos.”

El pueblo muere de hambre mientras las corporaciones prosperan

En un comunicado de prensa el 14 de abril, la gigante corporación estadounidense de alimentos Cargill, reportó “ganancias netas de $1.03 mil millones en el tercer trimestre del 2008 que terminó el 29 de febrero, una subida del 86 por ciento de los $553 millones en el mismo período de hace un año. Las ganancias en los primeros nueve meses sumaron $2.9 mil millones, un incremento del 69 por ciento de los $1.71 mil millones de hace un año.” (www.cargill.com)

El comunicado continúa: “Cargill registró un fuerte tercer trimestre consecutivo en un año en el cual las dimensiones de cambio en la agricultura global son llamativas,” dijo Greg Page, el presidente y principal ejecutivo de Cargill. “La demanda por alimentos en las economías subdesarrolladas y por energía mundialmente, está estimulando la demanda por productos agrícolas, a la vez que el dinero para invertir ha entrado en los mercados de bienes de consumo. En relación a la demanda, los abastos mundiales de cereales hoy en día están en su nivel más bajo en 35 años. Los precios están subiendo a niveles sin precedente y los mercados están extraordinariamente volátiles.”

Monsanto, otra compañía estadounidense, también reportó ganancias enormes. En un comunicado del 6 de mayo, la compañía dijo: “Como compañía tecnológica de agricultura, tenemos una oportunidad única porque nuestra tecnología crea valía para nuestros clientes agricultores no importa cuál cosecha siembren, dónde vendan sus granos, o a qué precio sea vendido ese grano en el mercado de bienes de consumo. . . Las robustas ganancias de Monsanto continúan siendo reflejadas en los dividendos. Monsanto ha incrementado sus dividendos seis veces — un aumento de 200 por ciento — desde 2001.” (www.monsanto.com)

Monsanto es la corporación más culpable de la producción de semillas transgénicas que han inundado y destruido la agricultura en países del Tercer Mundo, haciéndolos dependientes de las semillas y productos de Monsanto.


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