La lucha unida en Smithfield Packing
Unidad de latin@s y afroamerican@s, el medio ambiente y los derechos de l@s obrer@
Por Shafeah M’Bali y Peter Gilbert
La planta empacadora Smithfield es un brillante ejemplo de cómo el
capitalismo crea todo tipo de víctimas de la opresión, pero quienes
una vez ven todo en una perspectiva más amplia, pueden forzar al
débil punto estratégico del sistema y abrir un camino para que much@s
otr@os puedan lograr victorias.
La lucha contra Smithfield ha dado vida a tres diferentes movimientos: uno
exigiendo el derecho de l@s trabajador@s a organizarse en sindicatos y negociar
colectivamente con la compañía, otro es la lucha de resistencia al
envenenamiento ambiental y un tercero compuesto por l@s trabajador@s
inmigrantes y sus aliad@s que luchan contra la represión basada en su
estatus nacional.
La compañía Smithfield Packing es la segunda en tamaño en la
industria de empacamiento de carne en los Estados Unidos y tiene la planta
procesadora de carne de cerdo más grande del mundo en la ciudad de Tar
Heel en Carolina del Norte. L@s trabajador@s de Smithfield, primordialmente
latin@s y africanoamerican@s, cortan y empacan 176.000 cerdos por semana bajo
arduas condiciones de salud y seguridad. Est@s trabajador@s han estado luchando
por establecer un sindicato por 14 años.
La compañía ha incrementado su nivele de crueldad para rechazar los
esfuerzos de l@s trabajador@s. Ha tratado de enfrentar a l@s trabajador@s
mexican@s contra l@s africano-american@s, a las mujeres contra los hombres y a
l@s jóvenes contra l@s más viej@s. Ha intentado intimidar a l@s
trabajador@s latin@ con amenazas de dejar que el gobierno les deporte.
Suciedad, peligro y discriminación
Aunque fuera de Carolina del Norte sus fuerza trabajadora está
sindicalizada, en este estado sureño Smithfield ha luchado vigorosamente
para prevenir que sus emplead@s formen un sindicato. Las elecciones que se
dieron en 1994 y en 1997 para sindicalizarse, se perdieron inicialmente. Pero
un juez de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (JNRL), dictó una
decisión que revocaba los resultados. La decisión acusó a
Smithfield con múltiples violaciones de las leyes laborales federales,
violaciones que destruyeron las condiciones para la celebración de unas
elecciones libres y justas.
Desde la apertura de la planta, l@s trabajador@s han estado luchando por el
derecho a organizarse y a negociar colectivamente enfrentando criminales y
algunas veces violentas represiones por la compañía que a veces ha
tenido la ayuda del estado.
Además de las dificultades al organizar un sindicato en el sur,
especialmente con una fuerza laboral multinacional, l@s trabajadores se han
enfrentado a espías, deportaciones y las amenazas de cierre de la planta,
arrestos falsos, ataques de la policía e insultos racistas.
En el año 2006, después de haberse encontrado culpable de una larga
lista de políticas ilegales contra los sindicatos en previas elecciones,
Smithfield ahora está pidiendo nuevas elecciones. Habiendo experimentado
amenazas, despidos ilegales y ataques físicos en elecciones anteriores,
l@s trabajador@s ahora están exigiendo el reconocimiento inmediato del
sindicato.
Como dijo Ronnie Simmons, un trabajador: “Si la compañía tiene
otras elecciones, de nuevo tratará de intimidarnos y violar nuestros
derechos y tendremos que esperar otros diez años para que el caso se
resuelva en las cortes. Necesitamos ayuda ahora y necesitamos que nuestras
voces se escuchen y sean respetadas ahora. Hemos estado luchando por demasiado
tiempo. Nuestr@s trabajador@s quieren un sindicato ahora. Ya ha pasado
demasiado tiempo.”
El Acta de Libre Opción para los Empleados, que el senado discutirá
la próxima semana, permitiría a la fuerza laboral organizar un
sindicato sin verse sujeta a elecciones antidemocráticas, como en
Smithfield donde l@s trabajador@s son objeto de ataques y hostigamiento por la
gerencia. Algunos senadores han amenazado con prolongar las discusiones para
prevenir el voto y Bush ha prometido vetarlo.
Para forzar a que la compañía reconozca al sindicato, l@s
trabajador@s están forjando un movimiento más permanente en vez de
seguir las estrategias sindicales más tradicionales. Simultáneamente
están aplicando presión política y de la comunidad en la
compañía, mientras están luchando para obtener avances
asequibles dentro de la planta.
El 15 de enero, cuando l@s trabajador@ rehusaron presentarse en sus puestos
para honrar la memoria del Dr. Martin Luther King y a la vez demandar el
día como feriado, la producción disminuyó en 9000 cerdos. El
noviembre pasado, como respuesta al despido de trabajador@s inmigrantes,
cientos de trabajador@s cesaron por dos días, y ganaron concesiones de la
compañía incluyendo el reempleo de l@s obrer@s despedid@s.
Luchando contra
el racismo ambiental
Esta enorme fábrica de Smithfield tiene un gran impacto en la calidad del
aire y del agua de la parte este de Carolina del Norte. Y aunque Smithfield
sigue intentando intimidar por su tamaño, el movimiento en pro de la
justicia ambiental del estado de Carolina del Norte está resistiendo
fuertemente. La planta succiona 2 millones de galones de agua a diario del
acuífero y devuelve alrededor de 3 millones de agua residual en el
Río Cape Fear. Actualmente está presionando al estado para que le
permita usar más agua.
Lisa Sorg escribió, “En los años 90, el Departamento del
Ambiente y Recursos Naturales de Carolina del Norte (DENR por las siglas en
inglés) multó a Smithfield, basada en Virginia, con $60.000 por
violaciones ambientales, incluso altos niveles de bacteria fecal coliforme y
cloruros en los desperdicios; en 2002, el DENR multó a la
compañía por una suma de más de $10.000 por haber comprado
cerdos en fincas prohibidas.
“Sin embargo, a la misma vez que Smithfield ha comenzado a mejorar en
este aspecto, está pidiendo al DENR que elimine protecciones ambientales
esenciales del permiso para los desperdicios de agua en su fábrica en Tar
Heel que está por renovar. En el matadero de cerdos más grande del
mundo, Smithfield quiere que el DENR levante los límites contra el retiro
de agua del acuífero, elimine requisitos para el sistema de manejo
ambiental (controles internos que monitorean el funcionamiento ambiental) y
revoque la prohibición contra la compra de cerdos de fincas establecidas
después del 1 de diciembre de 2002, que todavía utilicen lagunas de
aguas residuales”. (Weekly Independent)
Los contratos de Smithfield controlan un 90 por ciento de las instalaciones de
la producción industrial de cerdos, noventa por ciento de las cuales
están ubicadas en la parte este de Carolina del Norte, una región que
virtualmente es el área más subdesarrollada del estado con los
porcentajes más altos de población de gente negra.
Los puercos producen cuatro veces más desperdicios que los seres humanos.
Con 10 millones de puercos, y un alcantarillado construido sólo de huecos
en la tierra forrados de barro (conocidos eufemísticamente como lagunas),
la pestilencia en el aire y en el agua se ha vuelto en una cuestión de
mayor importancia contra la cual está luchando el movimiento por la
justicia ambiental en Carolina del Norte.
Ese movimiento, basado principalmente en la comunidad africana-americana, ha
estado trabajando con legisladores del estado para producir una propuesta de
ley que prohíba todas las lagunas y campos de rociar; establecer un fondo
de $50 millones para ayudar a los agricultores a obtener tecnología limpia
para poder reemplazar el antiguo sistema de lagunas y campos de rociar; crear
un fondo de $10 millones para ayudar a las comunidades que han sido afectadas
por la industria para que reparen sus pozos; y elegir una comisión de
justicia ambiental que incluyera a miembros de la comunidad para monitorear los
problemas relativos a los puercos.
La representante Carolyn Justice del Condado Pender se ha reunido con el
movimiento de justicia ambiental, activistas tradicionales para el ambiente, y
los agricultores, para escribir esta ley, H1115. De todas las legislaciones
presentadas hasta la fecha sobre esta cuestión, es la más abarcadora
en la consideración que da a esta comunidad. Esta es la primera vez en 10
años que el movimiento para justicia ambiental, los grupos ambientalistas
tradicionales y los agricultores han hablado en unísono.
Afroamerica@s y latin@s: debemos estar juntos
Smithfield ha colaborado con la agencia estadounidense de inmigración
conocido como ICE (Immigration Customs Enforcement) desde junio a través
del programa IMAGE donde, según el sindicato, “la compañía
le dio los nombres de l@s organizador@s como una táctica para intimidar a
algun@s trabajador@s y despedir a otr@s.” (Washington Post, 29 enero,
2007)
El 24 de enero, ICE detuvo y deportó a 21 trabajador@s incluyendo
activistas del sindicato y líderes del paro de trabajo que tuvo lugar en
noviembre del año pasado encabezado por trabajador@s latin@s. Much@s otr@s
trabajador@s han sido obligado@s a dejar su trabajo por miedo a ser
deportad@s.
Smithfield ha usado la amenaza de deportación para dividir a l@s
trabajador@s e impedir al éxito del sindicato, pero la lucha para los
derechos de l@s inmigrantes ha unido y empoderado a l@s trabajador@s de
Smithfield. El Primero de Mayo del año pasado, 5.000 trabajador@s, much@s
de ell@s de Smithfield, se manifestaron en Lumberton, NC, un pueblo cercano.
Este año l@s trabajador@s planean marchar de nuevo. (www.maydaymovement.blogspot.com)
Después de que Smithfield despidió a decenas de trabajador@s por
alegados problemas con sus números de seguro social, unos mil trabajador@s
cesaron de trabajar por dos días en una muestra de fuerza y
solidaridad.
A pesar de los ataques repetidos por la compañía en conjunto con ICE,
l@s trabajador@s en Smithfield siguen mostrando su fuerza. Cada viernes,
cientos de trabajador@s — much@s de ell@s latin@s — llevan sus
camisetas amarillas del sindicato para mostrar su solidaridad un@s con otr@s y
su compromiso con la lucha por la justicia.
En el pasado, la compañía ha podido debilitar las esfuerzas de l@s
trabajador@s a organizarse en sindicato al oponer a trabajador@s
afro-american@s y latin@s unos contra otros. Ha diseminado mentiras, rumores, y
estereotipos a cada grupo para fomentar el odio entre los grupos. En el pasado,
la compañía convocaba reuniones separadas para l@s trabajador@s
latin@s y negr@s e un intento de dividirl@s y había segregado la planta
según el tipo de trabajo.
En el pasado, grupos como el Comité para Organizar los Trabajador@s
Agrícolas (FLOC) y l@s Trabajador@s Negr@s por Justicia han auspiciado
programas educativos juntos para permitir que trabajador@s afro-american@s y
latin@s de varios lugares de trabajo aprendan sobre sus comunidades, historias
y luchas.
En Juneteenth, una celebración de la comunidad afro-americana para
conmemorar el fin de la esclavitud en los Estados Unidos, l@s trabajador@s
latin@s aprendieron sobre la herencia de la esclavitud, la segregación y
las leyes que la sostuvieron, y cuestiones actuales en la comunidad negra.
En la misma ocasión, trabajador@s afro-american@s apriendieron sobre los
efectos nocivos económicos y políticos del TLCNA que impulsa al
movimiento de trabajador@s latin@s a cruzar las fronteras nacionales para
encontrar trabajo y dar de comer a sus familias.
Ejemplos de solidaridad y respeto recíprocos también incluyen la
inclusión de FLOC en el Concilio Laboral de Wilson/Down East, el apoyo y
la asistencia a las manifestaciones del sindicato FLOC por miembros del
Concilio Laboral, y los honores dado a Dr. King por trabajador@s latin@s que se
negaron a asistir al trabajo el 15 de enero.
Shafeah M’Bali es co-radactora de La Justicia Habla (Justice Speaks),
la publicación de los Black Workers for Justice (Trabajador@s Negr@s por
la Justicia), basado en Raleigh. Peter Gilbert es un líder de Raleigh FIST
— Luchar contra el Imperialismo, Unámonos — y era un
organizador sindical en Smithfield.
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