Myanmar: La geopolítica de Washington y el Estrecho de Malaca
Por Sara Flounders
Para intentar entender la preocupación de George W. Bush por el pueblo de
Myanmar se necesita mirar mas allá de sus declaraciones ante la Asamblea
Nacional de la ONU, en la que dice entre otras cosas, que “los americanos
están indignados por la situación en Birmania,” y que el
intento de imponer nuevas sanciones económicas es solo porque él
“desea un cambio pacífico en Birmania.”
¿Cómo es posible para la administración de Bush estar del mismo
lado que la lucha popular o progresista, y a la vez amenazar al planeta con una
Tercera Guerra Mundial y conducir guerras criminales de ocupación que han
costado más de un millón de vidas iraquíes y afganas?
Lo que apenas ha recibido atención en la prensa capitalista de los Estados
Unidos es la posición geopolítica de Myanmar y sus ricos recursos.
Una base estadounidense en Myanmar se considerada vital para el control de las
vías marítimas estratégicamente importantes en el
Pacífico.
Debemos recordar que el gobierno de los Estados Unidos activamente apoya, arma
y defiende a las dictaduras de países cercanos como Tailandia y
Pakistán. El récord del imperialismo estadounidense de derrocar
gobiernos populares y democráticos en Irán, el Congo, Chile, Guyana y
muchos otros muestran que Washington nunca ha promovido un cambio
democrático excepto cuando es una cubierta para una intervención
directa.
Estrecho de Malaca—punto de estrangulamiento de Asia
El ochenta por ciento del petróleo enviado a la economía creciente de
China pasa por el Estrecho de Malaca, la ruta marítima más corta para
el comercio de petróleo que viaja desde África Occidental y el Golfo
Pérsico hacia los océanos al sur de China. El petróleo es
también esencial para las economías e industrias del Japón,
Malasia, Corea del Sur y otros países orientales.
La punta más al sur de Myanmar está estratégicamente situada en
la entrada occidental del Estrecho de Malaca. Esta vía marítima en
forma de embudo, la cual se reduce a 1,5 millas de ancho entre Indonesia y
Malasia, une a los océanos Índico y Pacífico. Más de la
mitad de los tanques petroleros en el mundo toman esa ruta.
Según F. William Engdahl, autor del libro “Un siglo de guerra: Las
políticas Petroleras Anglo-americanas y el Nuevo Orden Mundial” y la
página electrónica www.engdahl.oilgeopolitics.net, más de 12
millones de barriles de petróleo pasan por esta estrecha vía
diariamente en súper tanques petroleros.
Engdahl explica que el Pentágono ha estado tratando de militarizar esta
región desde el 11 de septiembre del 2001. El Pentágono afirma que
esta movida es esencial para la defensa contra ataques terroristas y piratas.
Esto también daría al Pentágono un control unilateral de la
principal ruta de suministro de energía para China.
En noviembre del 2003, la Agencia de Noticias de Xinhua, citó al
Presidente Hu Jintao advirtiendo que China necesita desarrollar una estrategia
porque algunos países grandes están intentando “tomar el
control del canal de transportación de Malaca.”
El periódico Wall Street Journal del 7 de octubre de 2005, explicó el
creciente temor de China. “Estados Unidos es la única potencia con
suficiente fuerza naval para imponer un bloqueo de la vía de 900
kilómetros que limita con Malasia, Singapur e Indonesia.”
Según el diario Enegy Bulletin del 3 de octubre, el gobierno chino
está tan preocupado sobre la vulnerabilidad de China si Estados Unidos
toma el control o bloquea el estrecho, que ahora está construyendo un
oleoducto estratégico de China-Myanmar de gas natural y petróleo de
2,300 kilómetros, que cruza Myanmar desde la profundidad de las aguas de
Myanmar en el puerto de Sittwe en la Bahía de Bengala hasta Kunming en la
provincia china de Yunnan, donde se construirá una refinería de
petróleo. Esto permitirá a China evitar completamente el Estrecho de
Malaca.
Es importante notar que las sanciones contra Myanmar que Estados Unidos
está tratando de imponer por medio del Consejo de Seguridad de la ONU,
bloquearían una “nueva” construcción de un oleoducto. Sin
embargo, las grandes inversiones de las corporaciones petroleras Chevron y
Total S. A. estarían libres de todas las sanciones o restricciones de la
ONU y la Unión Europea porque sus contratos con Myanmar se consideran
tratos “antiguos”.
El almirante Muller habla sobre cercar a China
El 18 de octubre, el nuevo presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor
(Joint Chiefs of Staff), el Admirante Michael Mullen, describió los planes
del Pentágono de mirar más allá de la deteriorante posición
de las fuerzas militares estadounidenses en Irak y Afganistán para
“reenfocar la atención del ejército más allá de las
guerras actuales y prepararse para otros desafíos, especialmente a lo
largo del borde del Pacífico y en África.”
Mullen, hablando durante una conferencia de prensa con el Secretario de Defensa
Robert Gates en el Pentágono, describió también la necesidad de
estar preparado para una guerra de alta intensidad contra “adversarios
más grandes.” Mullen dijo, “yo reconozco que el presupuesto
militar es ahora más alto que nunca” pero “yo lo vería en
el futuro como uno básico.”
La nueva estrategia del Pentágono de “posicionamiento
adelantado” demanda el establecimiento de puestos donde las fuerzas
estadounidenses puedan guardar sus equipos y desde los cuales puedan entrar y
salir a su voluntad. Por temor a la ira de sus propias poblaciones y del clima
anti-estadounidense, todos los países de la región inicialmente le
negaron al Pentágono el derecho de sentar bases.
Escondiéndose detrás de ‘la ayuda humanitaria’
La flota del Pacífico de los Estados Unidos regresó al sur de Asia al
proveer ayuda de emergencia durante los acontecimientos producidos por el
tsunami en diciembre del 2004 en Indonesia.
Usando como cobertura la ayuda, la marina estadounidense también
regresó a la gigantesca base de U-Tapao en el Golfo de Siam en Tailandia.
Esta había sido una de las importantes bases de Estados Unidos durante la
Guerra de Vietnam, desde la cual el Pentágono lanzó el 80 por ciento
de sus ataques aéreos en contra de Vietnam del Norte.
Después que la emergencia del tsunami pasó, el gobierno electo en
Tailandia quiso que la marina de Estados Unidos se retirara. En septiembre del
2006, un golpe militar, apoyado por Estados Unidos, derrocó al gobierno,
abolió el parlamento, revocó la constitución y estableció
una dictadura militar. Esto se consideró un retroceso gigantesco para la
democracia en la región.
A diferencia de la respuesta de la prensa capitalista a las actuales medidas
militares y censura en Myanmar, apenas hubo entonces mención sobre el
golpe militar o la suspensión total de noticias en Tailandia. Soldados
armados rodeaban las salas de redacción en las estaciones de
televisión y más de 400 estaciones de radio en el norte y noreste de
Tailandia fueron cerradas. La dictadura incluso obstruyó la difusión
de la BBC, la CNN y otras cadenas noticieras del occidente.
En aquel entonces no hubo queja alguna de parte de la administración de
Bush ni llamados para sanciones internacionales. El Departamento de Estado de
EEUU simplemente expresó la esperanza de que se organizaran elecciones de
nuevo en un futuro cercano.
Uno de los primeros actos de la dictadura fue permitir a la marina de Estados
Unidos el uso de la base U-Tapao.
Al mismo tiempo, el grupo del portaaviones Abraham Lincoln Carrier Strike Group
NINE (CSG-9) se instaló en Banda Aceh, la Base Aérea Sultan Iskandar
Muda de Indonesia a la entrada del Estrecho de Malaca, frente a Myanmar. Los
barcos de la marina llegaron para proveer ayuda por el tsunami. El
ejército de los Estados Unidos dijo que no podía predecir cuando
podrían sacar a sus “recursos” de la región.
La flota U.S. Navy Fleet USS Gary hizo la primera visita estadounidense al
empobrecido y subdesarrollado país de Camboya en más de 30 años,
llegando a la Base Naal Ream ceca de Sihanoukville. La marina EEUU está
expandiendo la base para que Ream pueda recibir más barcos de guerra y
más personal de la marina. Se está construyendo en la isla camboyana
de Koh Tang en el Golfo de Tailandia una base para la inteligencia
estadounidense.
Auque la dictadura militar en Myanmar ha cumplido con muchas demandas de los
imperialistas para obtener más acceso a sus recursos naturales
anteriormente nacionalizados, es un régimen represivo e inestable que
entiende que hay una historia de 150 años de oposición al
colonialismo y especialmente al imperialismo británico. Temiendo por su
propia supervivencia, el régimen no ha querido permitir la bases
estadounidenses. Esto ha frustrado los planes del Pentágono para la
región.
Aunque las corporaciones Chevron, y la francesa Total S.A. han sacado enormes
ganancias de las concesiones de gas en Yadana en Myanmar, están
interesadas en derrocar al régimen si así pudiesen asegurar un acceso
todavía más amplio y en términos más lucrativos.
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