El Líbano
¿Una ‘Operación Cóndor’ en el Medio Oriente?
Por Bill Cecil
¿Está el régimen de Bush pagándole a escuadrones de muerte
para asesinar a manifestantes en el Líbano? Por lo menos 6 libaneses
murieron en enero durante ataques de pandillas derechistas contra estudiantes
en la Universidad Árabe de Beirut y contra trabajadores en huelga.
¿Es esta la respuesta de Washington al movimiento de masa popular y
democrático que ha movilizado a millones de libaneses en contra del
régimen —respaldado por Estados Unidos—del Primer Ministro
Fuad Siniora?
El 10 de enero, el “British Daily Telegraph”, reveló que la
CIA “ha sido autorizada para tomar acción encubierta en contra de
Hizbolá como parte de una plan secreto de George Bush para ayudar al
gobierno libanés.” Los “hallazgos” de Bush dirigen a la
“CIA y a otras agencias de inteligencia estadounidense a financiar a
grupos contra Hizbolá en el Líbano y pagar a activistas que apoyan al
gobierno de Siniora.”
Se reportó que el plan fue formulado en Washington antes de las Navidades
luego de conversaciones entre el consejero diputado de seguridad nacional
Elliot Abrams y el príncipe de Arabia Saudita, Bandar Ibn Sultan. Esto
sucedió después de que dos millones de personas—casi la mitad
de la población del Líbano—protestaran en Beirut el 10 de
diciembre para exigir más derechos de pronunciamiento para los partidos
opositores al gobierno.
Abrams fue asistente al secretario de estado para asuntos interamericanos bajo
Reagan, en la década de los años ochenta cuando escuadrones de muerte
entrenados por los Estados Unidos asesinaron a miles en El Salvador, Honduras y
Guatemala. Abrams también dispuso el financiamiento saudita para
operaciones terroristas en contra de Nicaragua después de que la Enmienda
Boland cortara la ayuda directa de los Estados Unidos para los contras.
¿‘Democracia’ o gobierno secreto?
Detalles de la existencia del plan para el Líbano son “conocidos
solamente por un pequeño círculo de oficiales de la Casa Blanca,
oficiales de inteligencia y miembros del Congreso.” Reportó
Telegraph. Vaya la democracia en los Estados Unidos, “El hecho de que los
resultados sean secretos significa que el envolvimiento de los Estados Unidos
en esas actividades puede ser negado oficialmente.”
En diciembre el diario “Toronto Globe and Mail”, reportó que
Estados Unidos estaba secretamente reforzando las Fuerzas Internas de Seguridad
(FIS) del Líbano, una fuerza paramilitar controlada directamente por
Siniora. Las armas adquiridas en Europa Oriental estaban siendo enviadas al
Líbano vía los Emiratos Árabes Unidos. El Pentágono
está también enviando equipos directamente a las FIS.
En su reporte sobre el Estado de la Unión del 23 de enero, Bush acusó
a los “terroristas de Hizbolá quienes están respaldados por
Irán y Siria” de “buscar la manera de socavar al gobierno
legítimamente electo del Líbano.” Bush no es más honesto
sobre el Líbano que lo que fue sobre Irak.
Hizbolá frustró la invasión israelita
Hizbolá no es una organización terrorista. Es un partido
político que goza del apoyo amplio no sólo de chiítas, el grupo
más grande y más pobre del Líbano, sino de much@s cristian@s,
drus@s y sunitas también. Dirigió la lucha para la liberación
contra la ocupación brutal de Israel financiada por los Estados Unidos,
sacándoles del Sur del Líbano en el año 2000.
En julio de 2006 fuerzas lideradas por Hizbolá repelieron el intento de
Israel, ayudado por los EEUU, de reconquistar el Sur de Líbano. Más
de 1000 civiles libaneses —mujeres, niños y hombres- murieron y
miles más quedaron mutilad@s por municiones hechas en los EEUU durante el
ataque israelí el verano pasado.
La infancia libanesa aún sigue muriendo o siendo mutilada por los 1,4
fragmentos de bombas de racimo que todavía están esparcidos en el
suelo del sur del Líbano. El 29 de enero, el régimen de Bush
admitió al Congreso que el uso por Israel de esas bombas de racimo
“puede haber violado las reglas de los EEUU”. El mismo día, el
periódico “Jerusalem Post” reportó que Israel planea
comprar miles de “bombas inteligentes” —Municiones de Ataque
Conjunto Directo- a la corporación Boeing.
En un discurso el 7 de diciembre, el Secretario General de Hizbolá Sayid
Hassan Nasrallah reveló evidencia de que oficiales en el gobierno de
Siniora habían pedido a los EEUU que le diera permiso a Israel para atacar
el sur del Líbano, donde la mayoría abrumadora del pueblo apoya la
oposición. En un episodio escandaloso, el ISF del Líbano le
sirvió té a las tropas invasoras israelíes.
El trabajo de Hizbolá no es solamente militar. Construye hospitales,
clínicas, escuelas y bibliotecas y proporciona servicios sociales para los
sectores más pobres y más oprimidos del Líbano. Ha proporcionado
fondos de asistencia a cientos de miles de hogares libaneses que fueron
destrozados por bombas y cohetes israelitas.
Hoy Hizbolá está aliado a organizaciones mayormente cristianas como
los partidos Movimiento Cristiano Libre Patriota y el Marada, con el Partido
Demócrata, basado en la comunidad drusa y el Movimiento para la Unidad y
fuerzas izquierdistas como el Movimiento del Pueblo, el Movimiento Popular
Nasserista, el Partido Democrático Popular y el Partido Comunista
Libanés. Juntos, conforman un movimiento amplio para demandar reforma
política y elecciones democráticas tempranas.
Este movimiento ha unido a l@s libaneses cortando las líneas sectarias en
una campaña de protesta que hace recordar el movimiento a favor de los
derechos civiles en los Estados Unidos.
Las clases dominantes en los EEUU, Gran Bretaña, y Francia, por otro lado,
se han unido a las monarquías absolutistas de Jordania, Arabia Saudita, y
el Golfo, al Presidente-por-vida Mubarak de Egipto y al régimen de
apartheid en Tel Aviv para aplastar este movimiento.
En un discurso en el Instituto Herzliya de Israel el 22 de enero, el aspirante
presidencial Demócrata, John Edwards, hizo eco de las amenazas
bélicas de Bush en contra de Hizbolá, Siria, e Irán.
Huelga general en contra de Siniora
El mismo día en que Bush presentó su discurso sobre el estado de la
unión, la mayoría de la fuerza trabajadora del Líbano
participó en una huelga general apoyada por la oposición que
paralizó al país. Estaban protestando el plan de Siniora patrocinado
por Wall Street para privatizar el cuidado de salud, electricidad y
telecomunicaciones, imponer un impuesto de ventas enorme y acabar con
subvenciones para el combustible.
Pistoleros de la abiertamente fascista Fuerzas Libanesas de Samir Geagea, el
Movimiento Futuro del multimillonario especulador en bienes raíces Saad
Hariri, y el mal llamado Partido Socialista Progresista de Walid Jumblatt
abrieron fuego contra huelguistas que bloqueaban los caminos en Beirut, en el
Shouf y en el norte del Líbano. Murieron tres personas y cientos fueron
heridas, pero la huelga no se rompió. En una rueda de prensa, el
líder del Movimiento Patriótico Libre, Michel Aoun, mostró fotos
de pistoleros enmascarados atacando a huelguistas en el norte del
Líbano.
El 25 de enero una conferencia de “donantes internacionales”
convocada en París bajo el auspicio estadounidense y francés,
recaudó $7 mil millones para afianzar el régimen endeudado de
Siniora. El mismo día pandillas de seguidores de Siniora invadieron el
campus de la Universidad Árabe de Beirut y asesinaron a dos estudiantes.
Un hombre chiíta andando en bicicleta por el barrio también fue
matado a balazos por terroristas pagados del PSP de Jumblatt.
Partidarios de la oposición se apresuraron a llegar al campus y corrieron
a los terroristas antes de que el ejército interviniera para despejar las
calles. La Televisora Al Manar, la cuál el régimen de Bush ha
prohibido en los Estados Unidos, diseminó imágenes de francotiradores
en los techos disparando contra los manifestantes.
Lo que está en juego en el Líbano va más allá del deseo de
Washington de apoyar un régimen amigo de banqueros en un país con una
deuda de $45 mil millones. Para la Casa Blanca y el Pentágono, el
Líbano es un instrumento en sus planes para una guerra más amplia en
la región.
El régimen de Bush espera que la ley nueva de hidrocarburos de Irak,
diseñada por contratistas estadounidenses, dé a las corporaciones de
petróleo control sobre las enormes reservas de petróleo de Irak. Si
Estados Unidos bombardea los yacimientos petrolíferos de Irán, el
valor del petróleo de Irak podría doblarse. Pero para hacer que
éste llegue al mercado en el oeste, ese petróleo requiere la
reactivación del viejo oleoducto que pasa por Siria y el Líbano antes
de llegar al Mediterráneo.
Es improbable que la Resistencia Iraquí permita a las corporaciones
estadounidenses despachar petróleo por el puerto sureño de Basra.
Para saquear Irak, el Gran Petróleo necesita imponer regímenes
subordinados en Siria y el Líbano. Como muestra el movimiento popular que
se ha alzado en el Líbano, no es muy probable que eso ocurra.
En un discurso el 30 de enero a cientos de miles de musulmanes reunid@s en el
sur de Beirut para celebrar el festival chiíta de Ashura, Nasrallah
advirtió que un objetivo de los Estados Unidos es incitar guerra civil
sectaria en el Líbano, Palestina e Irak.
“George Bush quiere castigarles porque han triunfado y, en la época
estadounidense, no está permitido levantar la cabeza.” Pero
añadió “Somos un pueblo que rechaza la humillación y la
desgracia. El Líbano ha sido y será siempre el panteón de los
invasores.”
Bill Cecil estuvo en el Líbano en noviembre y diciembre reportando
sobre el creciente movimiento popular.
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