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La juventud paga por la destrucción ambiental del capitalismo

Por David Hoskins

El presupuesto presentado por la administración del Presidente Bush para el año 2008 pide una cifra extraordinaria de $2.900 mil millones de dólares.

Algún/a observador/a razonable podría esperar que un presupuesto tan grande pudiera proveer suficientes recursos económicos para financiar los tipos de programas que podrían beneficiar a jóvenes trabajador@s y estudiantes: una educación superior universal y la cancelación de las deudas de préstamos estudiantiles, el entrenamiento para empleos y programas para puestos públicos que empleen a jóvenes en la construcción de tránsito de masa y viviendas a bajos precios.

En su vez, el presupuesto de Bush está diseñado para financiar el aumento del conflicto en el Medio Oriente. Tal presupuesto provee al Pentágono de $100 mil millones de dólares para las guerras en Irak y en Afganistán este año, además de los $70 mil millones ya aceptados por el Congreso, más $141,7 mil millones para estas guerras el próximo año—todo para pagar por la muerte y la destrucción para destruir la oposición a la súper explotación del área por las grandes compañías petroleras estadounidenses y británicas.

El presupuesto total del Pentágono para el año 2008, que también incluye gastos para sistemas de armas extremadamente caras y el despliegue de soldados alrededor del mundo, llegaría a $624,6 mil millones de dólares.

Matando a la gente tanto rápida como lentamente

El impacto humano inmediato de la guerra en Irak es obvio. Más 3.100 soldados estadounidenses han muerto hasta ahora en Irak. Las cifras de civiles iraquíes víctimas de la violencia han sido reportadas en un exceso de 60.000 personas. El promedio de la edad de los soldados estadounidenses muertos en Irak es de menos de 27 años.

La guerra en Irak no solo afecta a l@s jóvenes, absorbiendo recursos y enviándoles a morir. También tiene graves consecuencias ambientales para las personas que tendrán más tiempo para vivir en este planeta.

El uso del Uranio Reducido, del fósforo blanco, del MK77 Mod 5 NAPALM y otras armas ilegales usadas en Irak, tienen un efecto inmediato devastador sobre la salud de soldados y civiles. El Club Sierra de Canadá advirtió en el año 1999 que “las consecuencias ambientales resultantes de los residuos dejados por las armas derivadas del Uranio Reducido se dejará sentir por miles de años ya que los productos de este al disolverse, se transforman continuamente en substancias peligrosas radioactivas en la cadena de disolución del uranio.”

La economía de los Estados Unidos desde hace mucho tiempo fue estructurada deliberadamente para depender del petróleo por medio de un acuerdo entre las compañías de caucho, petróleo y las automovilísticas para sofocar la calidad del tránsito de masa. (El libro “Fast Food Nation” de Eric Schlosser da los detalles).

Según la Asociación para la Información sobre la Energía, el consumo de petróleo por los Estados Unidos sobrepasa los 20,8 millones de barriles al día. Este es un ejemplo perfecto de cómo, bajo el capitalismo, el crecimiento económico a corto plazo predomina sobre el desarrollo sustentable a largo plazo debido a la búsqueda de ganancias.

La mayoría de l@s trabajador@s en los Estados Unidos no tiene acceso a una transportación segura pública y se ven obligad@s a comprar automóviles para llegar a sus trabajos, para comprar, para tener una vida social. Esto tiene consecuencias en los bolsillos de l@s jóvenes trabajador@s al mantenerse los precios de la gasolina sobre los $2 dólares por galón. El medioambiente también sufre ya que el incremento en los viajes se traga casi 9,2 millones de barriles de petróleo al día.

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático se reunió en París a comienzos de febrero y pronunció un muy esperado reporte que finalmente confirmó, con muchos datos científicos, que la actividad humana es el factor principal tras el calentamiento global ambiental. El Panel predijo que las temperaturas continuarán ascendiendo tanto como 7,2 grados Fahrenheit para finales del siglo.

El calentamiento global está causado cuando la concentración de gases de efecto invernadero como por ejemplo el bióxido de carbono (CO2), sube y comienza a formar una cobija retenedora del calor alrededor del planeta. Más de la mitad del CO2 en la atmósfera proviene de la quema de combustibles fósiles - petróleo, carbón y gas natural. La deforestación es otro factor contribuyente al aumento de CO2 porque los árboles lo absorben y producen oxígeno.

Degradación ambiental y ganancias

La historia del capitalismo está llena de ejemplos de la indiferencia por el medioambiente natural y las vidas de l@s trabajador@s jóvenes. La revolución industrial vio la creación de tecnologías maravillosas y estableció la base material para la ascendencia del capitalismo alrededor del mundo. Dado que los capitalistas utilizaron esas tecnologías para maximizar sus ganancias, el resultado fue una contaminación extensa.

Manchester en Inglaterra durante el siglo XIX fue un ejemplo de cómo la implementación de la tecnología por parte del capitalismo causó la ruina desde el principio. No había lugar en ese pueblo industrial para jardines o espacios verdes. El aire se llenó de un humo espeso que contaminó los pulmones, la ropa y las casas de l@s trabajador@s forzados a vivir en la ciudad.

Un 57 por ciento de l@s niñ@s murió antes de llegar a los cinco años. La expectativa de vida para l@s pobres era apenas de 17 años. Un reporte gubernamental publicado en el 1842 no dejó duda alguna que muchas de las muertes resultaron como consecuencia de una degradación ambiental severa. El cofundador del socialismo científico, Federico Engels, escribió sobre este asalto contra l@s trabajador@s y el medioambiente en su libro del 1845 “La Condición de la Clase Trabajadora en Inglaterra”.

Mientras el capitalismo avanzó hasta llegar a la etapa del imperialismo moderno, con sus divisiones territoriales del mundo entre los poderes capitalistas, ocurrieron también frecuentes guerras.

La Primera y la Segunda Guerra Mundial resultaron en el rediseño de los mapas de África, Medio Oriente y Asia por los poderes coloniales/imperialistas. Después, EEUU libró guerras despiadadas contra los movimientos de liberación nacional liderados por comunistas en Vietnam y Corea. Y la primera Guerra del Golfo se volvió en precursor de la actual ocupación de Irak.

El Pentágono dice que 617.000 soldados de los EEUU murieron en combate durante el siglo XX. La mayoría eran jóvenes y reclutados de la clase trabajadora; muchos también eran oprimidos por razón de su nacionalidad.

Una de las más grandes amenazas al medioambiente surgió de la Segunda Guerra Mundial por el desarrollo y uso de armas nucleares por parte del gobierno de los EEUU. El bombardeo de Hiroshima y Nagasaki provocó la muerte de cerca de 215.000 civiles japoneses. Una lluvia negra cayó en algunas áreas después de la explosión, trayendo materiales radioactivos y creando una fuente secundaria de veneno radioactivo. Cánceres y leucemias resultaron como producto de la radiación al igual que deformidades al momento del nacimiento además de partos de mortinatos.

El histórico uso de armas nucleares por parte de los EEUU y las amenazas recientes de guerra permanente bajo la doctrina de Bush ha hecho necesario que países como la República Democrática Popular de Corea desarrollen tecnología nuclear para su propia defensa.

La negativa por parte del imperialismo estadounidense de confrontar las causas básicas del calentamiento global es el ejemplo más reciente del mal empleo de la tecnología moderna por parte de la clase dominante.

El manejo irresponsable del ambiente enfatiza la urgencia de que l@s trabajador@s y el pueblo oprimido controlen los medios productivos para que se pueda cambiar la dirección de la tecnología hacia la cobertura de las necesidades humanas.

El socialismo: un modelo sostenible

No hay nada inherentemente malo para el medioambiente sobre los avances científicos y tecnológicos ocurridos desde la revolución industrial. De hecho, Cuba socialista señala brillantemente cómo el control de l@s trabajador@s puede resultar en una implementación más sostenible de las invenciones modernas.

Cuba ha señalado el paso a la vanguardia de la conservación y del desarrollo sostenible a pesar del brutal bloqueo estadounidense de su país. La nación isleña ha hecho increíbles avances en técnicas agrícolas, construcción de viviendas y conservación de energía.

Uno de los logros más impresionantes de Cuba es el desarrollo de la agricultura orgánica, a partir de comienzos de los años 90. Combina exitosamente fertilizantes producidos orgánicamente y técnicas de rotación de cultivos con bio-pesticidas modernos que usan formulaciones microbiales no-tóxicas para controlar las plagas y aumentar la nutrición de la tierra.

Los jardines dedicados a los vegetales en los vecindarios de las ciudades han reducido la transportación que se necesita para llevar alimentos a las zonas urbanas. En La Habana, por ejemplo, se han desarrollado 50.000 jardines comunitarios para proveer comida a la población de la ciudad.

Cuba redujo su dependencia del petróleo usado en el transporte al equipar los autobuses públicos con percheros para bicicletas y distribuir más de un millón de bicicletas hechas en China al pueblo cubano. La experimentación con materiales de construcción más naturales como el bambú para la construcción de casas de estilo moderno, fue desarrollada como respuesta a la preocupación sobre la cantidad de emisiones de efecto invernadero que resultaba de los métodos tradicionales de construcción.

Cuba ha integrado también la educación sobre el medioambiente en su currículo nacional mientras implementa programas especiales de conservación para las zonas montañosas del país.

El camino hacia adelante

L@s jóvenes y estudiantes de los Estados Unidos han estado en la vanguardia de la conservación del medioambiente. No es insólito que trabajador@s jóvenes que tienen toda su vida por delante, much@s de los cuales enfrentan la cuestión de empezar una familia, mirarían los futuros peligros planteados por la contaminación con un sentido de indignación moral.

L@s estudiantes desempeñaron un rol clave en el establecimiento del primer Día de la Tierra en 1970 y hoy en día l@s jóvenes están involucrad@s en una variedad de cuestiones ambientales. Pero hace falta un ingrediente clave. Ese ingrediente es la conciencia de clase.

La degradación ambiental ocurre porque el control sobre la tecnología la tienen los capitalistas. Por ello no es sorprendente que la clase trabajadora multinacional sea la que sufre el peor daño ambiental resultado de ese control.

Es importante que la acción ambiental militante no esté separada del movimiento revolucionario amplio para el poder de la clase trabajadora. La campaña para necesidades como el aire puro, agua potable y zonas costeñas sostenibles debe estar vinculada con las demandas económicas más amplias de los trabajador@s por viviendas a bajo costo, educación, cuidado de salud, y trabajos bien remunerados.

La única manera en que l@s trabajador@s pueden lograr asegurarse estas demandas es organizar un movimiento político para tomar el poder, lo cual se les ha negado bajo la plutocracia que los capitalistas llaman democracia.

L@s trabajador@s jóvenes y l@s estudiantes deben tratar de colocarse en la vanguardia de este movimiento revolucionario de la clase trabajadora para lograr la justicia social y ambiental.

El escritor es un organizador de FIST - Fight Imperialism, Stand Together (Luchemos Contra el Imperialismo y Unámonos - grupo de jóvenes.

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