La ocupación estadounidense está provocando un desastre humanitario en Irak
Por Sara Flounders
Nota: Gracias a la traducción del inglés por Beatriz Morales
Bastos para Rebelión (Revisada por el equipo de Mundo Obrero)
Si se sacara a la luz todas las dimensiones que tiene el horror que la
ocupación estadounidense ha creado en Irak y se les hiciera frente, la
indignación mundial llegaría a tal extremo que la ocupación no
continuaría.
Una gran cantidad de informes que han sido ampliamente ignorados por la prensa
corporativa, o que los han mencionado sólo de pasada, confirman un nivel
sin precedente de destrucción de las infraestructuras esenciales, de
pérdida de vidas y de desplazamiento generalizado de personas.
Hay más de cuatro millones de refugiad@s iraquíes y más de un
millón de muertes. El 70% de la población infantil no va a la
escuela. Con todo, estos informes y estadísticas no empiezan a contar la
historia de destrucción y violencia ocasionadas por la ocupación
estadounidense.
Irak, que era un país moderno e industrializado antes de la primera guerra
de los Estados Unidos en 1991, se encuentra ahora bajo la ocupación
estadounidense y se enfrenta a una catástrofe y a una desintegración
nacional. Su sistema de salud pública, que antes fue internacionalmente
elogiado además de ser gratuito, se encuentra hoy en una situación
caótica. Su milenario patrimonio cultural ha sido saqueado y
destrozado.
Durante los 12 años de sanciones impuestas por Estados Unidos, desde
agosto de 1990 hasta marzo de 2003, que crearon una enorme hambruna, toda la
población de Irak seguía estando alfabetizada y se luchaba por
mantener el suministro de agua potable y de electricidad, y unas raciones
alimenticias básicas para su población de 25 millones de
personas.
Ahora, según Oxfam y una red de 80 agencias de ayuda, 8 millones de
personas, esto es, casi una tercera parte de la población, necesita ayuda
de emergencia.
El movimiento contra la guerra aquí en los EEUU debe centrar su
atención en los informes que exponen la terrible violencia de la
ocupación estadounidense. Si no, los medios de comunicación
corporativos serán capaces de “dar la vuelta a la tortilla”
acerca de quién es el responsable de la violencia actual en Irak. Estos
medios echan sistemáticamente la culpa del horror que se está
desarrollando, al pueblo iraquí y no al ejército estadounidense de
ocupación.
Los medios dominantes generalmente están dando una amplia cobertura diaria
a los sones de tambor procedentes de los políticos estadounidenses, tanto
republicanos como demócratas, que se frotan las manos y describen el caos
y la violencia que seguirá a la retirada del ejército estadounidense.
Este tema constantemente repetido se entreteje con la cobertura de los ataques
sectarios y aparentemente sin sentido contra civiles por parte de
“fuerzas terroristas”. En cada artículo de noticias se
describe al ejército estadounidense como uno tratando de acabar con la
“violencia sectaria” e intentando desesperadamente de traer orden y
seguridad.
Resistencia a la violenta ocupación
Lo que los medios buscan centrándose constantemente en los tumultos y en
la aparentemente indiscriminada violencia, supuestamente cometida por milicias
iraquíes contendientes, es ocultar la violencia total de la
ocupación. También distorsionan quién es la resistencia y
cuáles son las principales acciones en las que están comprometidos
los luchadores de la resistencia. Según el informe del Brookings
Institution —Irak Index, 23 de agosto—los ataques de la resistencia
de todo tipo durante el año pasado, incluyendo bombas en las carreteras,
ataques con misiles, ataques suicidas y coches-bombas, aumentaron de 4.000 a
5.000 al mes, o lo que es lo mismo, a más de 150 ataques al día.
El informe contiene una gráfica que demuestra que la inmensa mayoría
de los ataques de la resistencia son ataques contra el ejército
estadounidense y las fuerzas de seguridad iraquíes, no contra civiles.
Según esta gráfica, el objetivo del 80 al 85% de los ataques son la
ocupación y sus colaboradores.
Sin embargo, para el ejército imperialista de ocupación, toda la
población iraquí se ha convertido en enemiga y es tratada con una
represión brutal y absoluta provocando una destrucción
generalizada
El último envío de tropas estadounidenses ha aumentado
(“surge”) el número de éstas en Irak a 170.000.
También hay más de 200.000 “contratistas privados” o
mercenarios. Según Jeremy Scahill, autor de “The Mercenary
Revolution” [“La revolución mercenaria”], estos
mercenarios no responden a ninguna autoridad o ley. Las autoridades de la
ocupación estadounidense han garantizado a estos mercenarios una inmunidad
total ante cualquier acusación, bien por parte de las leyes iraquíes
o de las leyes militares estadounidenses. Los contratistas pueden interrogar o
torturar a prisioneros, hacer labores de inteligencia y matar al azar.
La revista médica británica The Lancet ha publicado dos estudios
sobre las muertes debidas a la invasión de Irak y a su continua
ocupación. Los estudios de 2004 y 2006 calcularon el número de
muertes causadas por la ocupación, tanto directa como indirectamente. El
informe de The Lancet de 2006 informó que el cálculo más
correcto del estudio era que desde junio de 2006, habían muerto 655.000
iraquíes más de lo que se podría haber esperado en una
situación en ausencia de una guerra.
Desde entonces han pasado otros 14 meses de caos y violencia aún mayores
que pueden haber aumentado el número de muertos hasta cerca de un
millón.
Agencias de las Naciones Unidas, como el Alto Comisionado de NNUU para los
Refugiados, informan que el 70% de la población iraquí carece de
acceso a agua potable y que el 80% carece de servicios sanitarios efectivos. La
Organización Mundial de la Salud ha constatado un aumento en los casos de
diarrea y cólera debido al agua contaminada.
El informe de la Oxfam afirma que “los servicios de sanidad pública
están generalmente en una situación catastrófica en la capital,
en las principales ciudades y a través de los departamentos”. El 43%
de l@s iraquíes se encuentra ahora sumido en la “pobreza
absoluta”. La tasa de desempleo asciende al 50%. Desde que Estados Unidos
impuso las sanciones a Irak [en agosto de 1990] mucha gente tuvo que depender
de las raciones alimenticias repartidas por el gobierno y desde que empezó
la ocupación su número ha aumentado. Pero la mayoría de l@s
más de dos millones de desplazad@s internos en Irak no pueden conseguir
raciones subvencionadas porque no están registrad@s en sus nuevos
hogares.
Muchas escuelas están cerradas y los edificios han sido ocupados para
alojar a las personas sin hogar. Más del 40% de l@s profesor@s de Irak,
ingenier@s, personal médico y otr@s profesionales esenciales han
abandonado el país desde 2003.
Crisis de refugiad@s y prostitución
Al menos otros dos millones y medio de iraquíes han huido a países
cercanos. Cientos de miles han agotado sus ahorros. Unos 500.000 de l@s
refugiad@s son niñ@s en edad escolar que tiene un acceso limitado a la
educación o carecen totalmente de él.
Los informes afirman que para muchos miles de mujeres, que se han convertido en
cabeza de sus familias, la prostitución se está convirtiendo en uno
de los únicos medios de alimentar a sus familias. El London Independent,
el New York Times, MSNBC y otros medios de comunicación, junto a
Amnistía Internacional, confirman los informes sobre el aumento de la
prostitución infantil y del tráfico de niñ@s iraquíes.
Hana Ibrahim, fundadora del grupo de mujeres iraquíes Women’s Will
en Siria calcula que 50.000 mujeres han sido obligadas a entrar en el
tráfico sexual porque sus maridos y padres han muerto y a ellas se les
prohíbe trabajar legalmente. Una familia tiene pocas opciones para
sobrevivir.
El programa de Amnistía Internacional del Oriente Próximo y norte del
África describe a la cada vez mayor población refugiada como
“una crisis humanitaria que puede acabar con la zona”.
Refugee International informa que entre 40.000 y 50.000 iraquíes más
huyen de sus casas cada mes, lo que convierte a esta crisis de refugiad@s en la
que más rápidamente crece del mundo.
Colaboracionistas incapaces de gobernar
En Irak no existe actualmente un gobierno capaz de organizar o de proporcionar
servicio social alguno: ni seguridad, ni servicios sanitarios, ni escuelas, ni
electricidad o agua potable. Hay sólo un puñado de corruptos
colaboracionistas con los estadounidenses, altos cargos de ministerios
designados que viven en la Zona Verde estadounidense bajo la protección de
los Estados Unidos. No se atreven a aventurarse fuera de la zona. Los
contratistas estadounidenses se han dado cuenta de que no tienen a nadie sobre
el terreno en la administración local que acepte los proyectos
fraudulentos con los que los contratistas inflan los contratos que presentan al
gobierno.
Cuanto más tiempo se queden las tropas estadounidenses en Irak, mayor
será la destrucción y la violencia. La única solución de la
ocupación es tratar de ahogar la resistencia en sangre y fragmentar la
sociedad con tácticas de dividir y vencer. Esta ha sido la postura de
Washington desde los primeros días de los bombardeos de la operación
“Espanto y Pavor”.
La compensación que la ocupación ha exigido al gobierno títere
de Nouri al-Maliki y al Parlamento iraquí incluye firmar la renuncia
completa al control futuro de los recursos petrolíferos de Irak. Estas
exigencias descaradamente coloniales lo único que hacen es aumentar la
determinación de la mayoría de los iraquíes de resistir a la
ocupación por todo los medios posibles.
Más que nunca Irak necesita un movimiento mundial que haga frente a las
interminables excusas estadounidenses para seguir con la ocupación. Un
movimiento que exija que se ponga fin a todos los fondos destinados a esta
guerra criminal. Que exija que el ejército estadounidense salga de Irak y
de la zona. Que exija reparaciones al gobierno soberano de Irak que con toda
seguridad surgirá uno que sustituirá al régimen colaboracionista
de modo que Irak pueda recuperarse del desastre que el imperialismo
estadounidense ha impuesto a su pueblo.
Fuentes utilizadas en este artículo incluyen a:
- The Lancet, Survey 2, 11 de octubre de 2006, “The Human Cost of
the War in Iraq: A Mortality Study, 2002-2006”, por Gilbert Burnham,
Shannon Doocy, Elizabeth Dzeng, Riyadh Lafta y Les Roberts.
- Oxfam, “Rising to the Humanitarian Challenge in Iraq”, julio
de 2007.
- Brookings Institution Report,
www3.brookings.edu/fp/saban/iraq/index.pdf.
- UNHCR, cifras de los refugiados en marzo de 2007.
Enlace con el original:
http://www.workers.org/2007/world/iraq-0906/
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