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El espiral crediticio: ¿Un descenso cíclico o algo más severo?

Por Jaimeson Champion

La economía global capitalista está mostrando crecientes señales de inestabilidad. Una pregunta que está en la mente de much@s miembr@s de la clase obrera multinacional aquí en Estados Unidos y en todo el mundo es cuán severa será la crisis capitalista que se aproxima.

¿Están l@s trabajador@s enfrentando un proceso cíclico de expansión y contracción de la economía del mismo tipo que se ha visto varias veces durante el camino del desarrollo del capitalismo? O, ¿es éste el preludio a una crisis mucho más severa? ¿La actual inestabilidad en Wall Street irá en rumbo a una caída del mismo tipo de la del año 1987, o será el comienzo de una crisis a gran escala?

Las crisis cíclicas en las economías capitalistas

El ciclo de expansión y contracción es inherente al modo de producción capitalista. En el capitalismo, los períodos de rápida expansión y producción son seguidos de severas caídas y recesiones. Este proceso cíclico resulta de las crisis regulares de sobreproducción.

Como escribió en “Teorías sobre la Plusvalía,” Karl Marx dice, “la sobreproducción está específicamente condicionada por la ley general de producción de capital: producir hasta el límite impuesto por las fuerzas productivas, o sea, explotar la máxima cantidad de trabajo con el capital dado, sin ninguna consideración a los límites actuales del mercado o a las necesidades respaldadas por la capacidad de pagar.”

La sobreproducción conduce a mercados inundados. Los mercados inundados llevan a la caída de ganancias para los capitalistas. Esto causa que los empresarios intensifiquen sus campañas de recorte de salarios y empleos, aumentando el dolor y el sufrimiento de la clase obrera durante los períodos de recesión.

Hoy en Estados Unidos ya se ven señales de una caída cíclica como resultado de una crisis de sobreproducción. Desde el año 2000 al año 2006 el sector de viviendas era el motor principal de una expansión económica en Estados Unidos. La burbuja de producción de viviendas en esos años estaba caracterizada por una elevación sin precedente en la construcción de nueva viviendas.

La rápida expansión en la producción de nueva casas produjo una explosión de ganancias para la clase capitalista. La construcción de nuevas casas es una industria multiplicadora, por lo que la explosión significó un incremento en la venta de mercancías en muchas otras industrias. Este incremento en las ventas de mercancías se vio en todo, desde electrodomésticos hasta camionetas y materiales de construcción usados por los trabajadores de la construcción.

El esfuerzo por aumentar la producción y las ganancias sin tener en cuenta los límites del mercado, o la capacidad de l@s obrer@s de poder pagar los artículos por ell@s mism@s producidos, quedó ilustrado por la proliferación de los famosos préstamos hipotecarios conocidos como préstamos sub-preferenciales que se dieron durante la explosión en el sector de bienes y raíces. Estos préstamos depredadores resultaron ser impagables por millones de familias obreras en todo el país. La imposibilidad de pagos de las mensualidades ha alcanzado unos niveles altos sin precedente.

El mercado de viviendas está saturado con millones de casas sin vender mientras que olas de ejecuciones hipotecarias han devastado comunidades enteras de clase trabajadora. Empleos están siendo eliminados y los salarios están siendo reducidos drásticamente con más intensidad en industrias que varían desde la producción de automóviles hasta las de ventas al detal.

¿Es más severa esta crisis?

Históricamente, la clase dominante capitalista ha bregado con las crisis de sobreproducción incrementando la disponibilidad de moneda en un esfuerzo concertado para subir el nivel de liquidez –acceso más fácil a créditos- en la economía e incrementar así el poder colectivo adquisitivo de l@s consumidor@s. Las respuestas a las crisis capitalistas recientes como la del 1987 y 1997, destacan esta estrategia. Ambas crisis fueron enfrentadas recortando las tasas de interés por la Reserva Federal de los EEUU y otros bancos centrales, inundando así la economía mundial con liquidez y eventualmente estabilizando los mercados.

No sorprende que la clase dominante capitalista haya intentado otra vez hacer la mismo estos últimos meses, desde que las bolsas comenzaran a girar violentamente. Lo que hace esta situación aparentemente más severa es cuán poco efecto las infusiones masivas de liquidez han tenido en términos de estabilizar los mercados.

Por meses, los banqueros de los bancos centrales y los ministros financieros en los EEUU y en países alrededor del mundo se han apurado a inyectar miles tras miles de millones de dólares en liquidez en los mercados. La Reserva Federal de los EEUU ya ha recortado las tasas de interés varias veces.

Hasta ahora, cada intento de frenar la creciente crisis parece que ha fallado. Los índices más importantes de las acciones no se han recuperado, las ejecuciones hipotecarias y las bancarrotas siguen sin disminuir, el dólar sigue cayendo a nuevos e históricos valores bajos, y el precio del petróleo sigue subiendo a niveles sin precedente.

La crisis económica que actualmente se está desarrollando parece contener en sí profundas contradicciones que no ceden fácilmente a una solución por parte de la clase capitalista o de su estado. ¿Qué significa esto para el futuro?

Es importante recordar las palabras que pronunció el revolucionario ruso V.I. Lenin en su discurso al Segundo Congreso de la Internacional Comunista en julio de 1920. Lenin recordó a l@s camaradas que ninguna crisis capitalista se comprobaría jamás como “terminal” sin el trabajo de revolucionari@s comprometid@s dedicad@s a organizar y movilizar a la clase trabajadora.

En su discurso, Lenin dijo, “Camaradas: Hemos llegado a la cuestión de la crisis revolucionaria como base de nuestra acción revolucionaria. Por un lado, los economistas burgueses presentan esta crisis como un simple “disturbio”, según la elegante expresión de los ingleses. Por el otro, los revolucionarios a veces procuran demostrar que la crisis no tiene ninguna solución. Esto es un error. ... la práctica solamente puede servir como verdadera “prueba” en ésta y en similares cuestiones. Por todo el mundo el régimen burgués está atravesando una tremenda crisis revolucionaria. Los partidos revolucionarios ahora deben demostrar con la práctica que tienen suficiente grado de entendimiento, organización, contacto con las masas explotadas, determinación y habilidad de utilizar esta crisis para llevar a cabo con éxito la revolución victoriosa”.

Las palabras de Lenin tienen la misma relevancia hoy, mientras l@s revolucionari@s se preparan ideológicamente para levantamientos en el futuro, que la que tuvo cuando él las pronunció.


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