‘Un movimiento imparable’ para dar fin a la pena de muerte
Por Minnie Bruce Pratt Montgomery, Ala.
Lisa Thomas subió las escalinatas del Capitolio de Alabama el 25 de julio,
completando así su jornada a pie, a lo largo de la ruta histórica de
la marcha por los derechos civiles del 1965 desde Selma. Thomas, una activista
quien tiene un comedor para los pobres en Brewton en el estado de Alabama,
protestaba la inminente ejecución de Darryl Grayson.
Grayson estuvo en una celda del corredor de la muerte en Alabama durante 27
años, más que casi todos de los 195 hombres que están allí,
excepto cinco. Condenado a muerte, con acusaciones de violación sexual,
él ha estado pidiendo una prueba de DNA desde el año 2002, diciendo
que por el hecho de haber estado bajo la influencia del alcohol, no recuerda
haber cometido el crimen. El Innocence Project, una organización sin fines
de lucro que representa a los prisioneros condenados a muerte, también ha
tomado el caso de Grayson.
Thomas fue recibida por unas 60 personas solidarias, incluyendo a Esther Brown,
directora ejecutiva del Proyecto Hope to Abolísh the Death Penalty in
Alabama.
Brown, quien cuando joven en el Berlín dominado por Hitler fue activista
contra los Nazis, dijo que Grayson “ha recibido la justicia para el pobre
y la gente de raza negra de Alabama” por parte de un jurado totalmente
blanco.
Ella enfatizó que Grayson, un hombre africano-americano, fue intimidado
por los agentes policiales blancos que lo interrogaron para que confesara.
(Opelika-Auburn News)
L@s orador@s instaron al Gobernador Bob Riley a que detuviera la ejecución
y autorice la prueba del DNA. También condenaron la extrema desigualdad en
el sistema judicial y de prisión en Alabama, los cuales la Reverenda
Elizabeth O’Neill, pastora de la Iglesia Presbiteriana Immanuel,
describió como “la vía entre la pobreza y la
prisión.”
Alabama es el único estado que no provee abogad@s para l@s prisioner@s
condenad@s a muerte luego de su condena. Es el último entre todos los
estados en proveer ayuda legal para las personas de bajos ingresos o indigentes
en asuntos no criminales. L@s prisioner@s han demandado al estado por una
variedad de condiciones y acciones horrendas incluyendo tortura física,
sobrepoblación, falta de tratamiento para enfermedades mentales,
segregación y maltrato de l@s prisioner@s con VIH.
Además el estado tiene una larga historia, muy conocida por el caso de los
Hermanos Scottsboro en la década de los años treinta, de utilizar
acusaciones de violaciones sexuales para condenar a los hombres de raza negra a
la pena de muerte.
L@s manifestantes que se reunieron para demandar justicia para Darryl Grayson
incluían a miembros de la familia Grayson; el activista en pro de los
derechos civiles y senador por el estado de Alabama Hank Sanders de Selma; Faya
Toure, fundadora de la organización 21st. Century Youth; el presidente de
la célula de la NAACP en Alabama, Edward Vaughan y el ex prisionero
Reverendo Kenneth Glasgow, presidente del Alabama NAACP Prison Project.
Much@s de l@s asistentes eran parte del Alabama Arise, una coalición de
más de 150 organizaciones religiosas, comunitarias y cívicas que
luchan contra el racismo, la pobreza y la pena de muerte. Fueron leídos
mensajes de solidaridad de la Iglesia Metodista Unida y de l@s sobrevivientes
de los huracanes Katrina y Rita que ahora viven en Mobile.
El 26 de julio, Grayson fue ejecutado con inyección letal. L@s orador@s
durante la protesta llamaron esta ejecución “un asesinato por el
estado”, y hablaron sobre cómo durante su tiempo en la prisión,
Grayson se había convertido en poeta, periodista y mentor para otros en la
celda de los condenados a muerte. Los prisioneros en la prisión de alta
seguridad, Colman Prison en Atmore, donde la celda de los condenados a muerte
está localizada, mostraron su respeto y solidaridad con Grayson el 25 y 26
de julio, vistiéndose de blanco y no participando en ningún deporte
durante las horas de ejercicios. (helenl.wordpress.com)
Durante la protesta, Diane McNaron, una cantante, y miembra de Birmingham Peace
Project, afirmó el significado de la vida de Grayson. Ella habló de
cómo él representó a “otros hermanos y hermanas
africanos-americanos que han sobrepasado la esclavitud, los linchamientos y la
segregación” para lanzar el movimiento por los derechos civiles de
la década de los años sesenta. Ella dijo que Grayson tomó su
lugar en esa historia como parte de un “movimiento imparable que
dará fin a la pena de muere.”
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