Crisis pensionariaáÖ÷G&ò&ö&òV×&W6&–
Por Milt Neidenberg
Usted va a su banco para sacar dinero. El
cajero le dice: “Usted no tiene dinero en su cuenta.” Usted
creía que tenía dinero en su cuenta. Pero no es así. El
banco tomó tu dinero para invertirlo o para pagar deudas. O simplemente
lo querían para ellos. Eso es lo que le está pasando a millones de
trabajador@s quienes lograron pensiones algunas veces en las negociaciones de
contratos, muchas veces por medio de arduas luchas en las líneas de
protestas y en las huelgas.
Gigantescas empresas, como la United Airlines,
US Airways, Bethlehem Steel, North west, Delta, Delphi, y cientos de otras
compañías se han declarado en bancarrota y no han pagado las
pensiones de jubilación que habían sido logradas bajo contratos
legales. Los millonarios que se tornaron en multimillonarios—y que por
supuesto gozan de pensiones y seguros de salud además de sus salarios
exorbitantes, los bonos y las opciones para comprar acciones—le
están robando a l@s trabajador@s.
Un titular en la portada de la
revista Time en su edición del 31 de octubre del 2005 leía:
“El gran robo de la jubilación”. Los titulares intermedios
decían “Millones de americanos que piensan que van a jubilarse con
beneficios se llevarán una fea sorpresa. Cómo las corporaciones
están robando los bolsillos del pueblo con ayuda del
Congreso.”
El artículo del Time fue una importante
revelación que relató conmovedores recuen tos de trabajador@s y
jubilad@s que perdieron sus pensiones. “Desde el año 2001 hasta el
2004,” este dijo que “casi 200 corporaciones pertenecientes a las
lista de Fortune 1000 anularon o congelaron los planes de beneficios y desde el
1985 más de 5 millones de trabajador@s ya no tienen cobertura en el
sector privado.”
La crisis pensionaria se mostró en un
diagrama—“Pensiones en Peligro”—mostrando que desde 1985
la cifra de planes de pensiones patrocinadas por las empresas ha disminuido de
112.200 a 29.700. Desde el 2004 estos planes empre sariales han tenido un
déficit de fondos en un total de más de $450 mil millones de
dólares, y esta cantidad sigue subiendo. Cuando se agregan los planes de
pensiones de las empresas multi-patron ales esta cifra aumenta a más de
$600 mil millones. En el sector público, los fondos de jubilación
de est@s trabajador@s en los Estados Unidos están en un déficit de
$7 mil millones.
El gobierno capitalista supuestamente tenía que
garantizar estos beneficios, los cuales han sido logrados con el sudor y la
sangre de l@s trabajador@s que crearon el valor y las ganancias de las grandes
corporaciones. En el 1974, luego de los abusos de las pensiones de l@s
trabajador@s por parte de las corporaciones en las décadas de los sesenta
y los setenta, el Congreso aprobó el Acta de Seguridad de Ingreso de
Jubilación de los Empleados, (ERISA por las siglas en inglés),
junto a la formación de la Corporación para la Garantía de
los Beneficios de Jubilación (PBGC por sus siglas en
inglés).
ERISA, una agencia semi gubernamental y PBGC estaban
supuestas a supervisar y asegurarle a l@s trabaja dor@s que sus pensiones de
jubilación estarían seguras.
El Presidente Gerald Ford,
quien firmó la legislación en el Día del Trabajo de 1974,
prometió que “Esta legislación aliviará los temores y
la ansiedad de las personas que están en las líneas de
producción o en las minas, o en otras partes, y que ahora saben que sus
inversiones en los fondos de pensiones privados estarán mejor
protegidas.”
Sin embargo, el Congreso escribió el acta ERISA
de forma tan vaga que durante la década de los años ochenta, la
alta gerencia pudo meter sus manos en las pensiones y remover fondos que
habían sido guardados para la jubilación de l@s trabajador@s. Esto
fue una bonanza para los ladrones corporativos, los especuladores y los
conglomerados de Wall Street, quienes pudieron robar millones y miles de
millones de dólares de los planes de jubilación para comprar las
corporaciones que se encontraban en problemas financieros. Aunque el Congreso ha
forzado un impuesto de venta sobre el dinero que ha sido sacado de las pensiones
y ha reescrito algunas de las reglas, esto fue solo un castigo leve. El robo
todavía continúa.
Después de tres décadas de
supervisión bajo ERISA, los planes de jubilación que las empresas
están deshaciendo tienen tan poco valor que el estatus financiero de la
PBGC, la agencia encargada de salvaguardar las pensiones, se está
deteriorando rápidamente. En el año 2000 la agencia estaba
operando con un excedente de $10 mil millones. Para el 2004, éste se
convirtió en un déficit de $23 mil millones. Para finales del
año en curso podría llegar a $30 mil millones.
Según
el Director Ejecutivo de la PBGC, Bradley D. Belt, quien recientemente
anunció su renuncia, “La agencia tiene activos 350 casos de
bancarrota.” Belt le dijo al Congreso el cual está debatiendo ERISA
que, “37 de estos casos tienen reclamos por fondos escasos en la suma de
$100 millones o más, incluyendo a seis con más de $500
millones.”
En realidad, los déficites son peores de lo que se
está reportando públicamente. La Agencia de Contabilidad Guberna
mental (Government Accounting Office, GAO) reportó este año:
“El déficit acumulado del PBGC es demasiado grande, y los planes
simplemente no tienen dinero suficiente para sostener las promesas a largo plazo
que muchos empleadores han hecho a sus trabajadores”.
Un editorial
del periódico empresarial Wall Street Journal del 27 de junio titulado
“Aterrizaje forzoso de pensiones”, criticó al Congreso, cuyos
negociadores de la Cámara de Representantes y del Senado están
“ocupados discutiendo otro arreglo legislativo”. Este vocero del
capitalismo financiero-que no le tiene ninguna simpatía a la clase
obrera-está advirtiendo al gobierno: “Si sigue la tendencia
corriente, esto se puede volver en un fiasco al mismo nivel del colapso de los
bancos de ahorro y préstamo”.
Ellos se referían al
rescate que costó decenas de miles de millones en fondos pagados por l@s
trabajador@s y contribuyentes en los años 1980 y 1990 cuando otro
asegurador gubernamental, la Corporación Federal Aseguradora de Bancos de
Ahorros y Préstamos (FSLIC por las siglas en inglés) se
hundió durante una crisis de bienes raíces. Si el gobierno va a
pagar la deuda si el PBGC colapsa, aún no se sabe. Sin una lucha amplia,
las pensiones pueden desaparecer como el dinosaurio.
Aserrando para
destruir la unidad
El foco de una potencial lucha de clases
está emergiendo en la industria automotriz.
El 8 de octubre de
1995, Delphi, el fabricante de repuestos para autos más grande de los
EEUU, presentó una petición de protección de quiebra con un
déficit de $11 mil millones en sus fondos de pensiones. En 1999, la
General Motors se separó de Delphi, su abastecedor principal. El
déficit en los fondos de pensiones de la GM estimado por la PBGC es de un
increíble $31 mil millones.
La Ford Motor Company tiene un
déficit en sus fondos de pensiones de $12,3 mil millones. La
Daimler-Chrysler está creando confrontaciones entre los sindicatos
locales que representan a sus trabajador@s para lograr grandes
concesiones.
Las Tres Grandes (Ford, GM y Daimler-Chrysler) y Delphi
tienen planes para cerrar o vender sus fábricas y reestructurar sus
corporaciones, despedir a miles de trabajador@s, reducir los salarios y
beneficios, y emplear a trabajador@s temporales. Delphi está demandando
un recorte salarial de $27 a $12 la hora para l@s trabajador@s sindicalizad@s
que aún quedan. Estas corporaciones transnacionales están tratando
violentamente de dividir a l@s trabajador@s sindicalizad@s y se están
preparando para una confrontación en 2007 cuando expira el contracto con
el Sindicato de Trabajadores de la industria Automotriz (UAW), el sindicato
principal.
Recientemente la General Motors anunció el resultado de
un plan masivo de compra que incluyó a Delphi. De l@s 131.000
trabajador@s de la GM y de Delphi que les fueron ofrecido, aproximadamente
35.000 aceptaron alguna forma de jubilación temprana. De ell@s, alrededor
de dos terceras partes eran emplead@s de la GM.
La estrategia corporativa
era la de dividir a l@s jubilad@s de l@s trabajador@s activ@s. La compra fue una
manera de debilitar la decisión expresada por l@s trabajador@s de Delphi
cuando votaron en más de un 95 por ciento autorizando una
huelga.
La táctica de dividir para conquistar será
enfrentada con resistencia. L@s jubilad@s tienen gran interés en el
resultado de las negociaciones contractuales del 2007: hacer cumplir las
promesas de jubilación que hizo la GM en la compra. Están
preocupad@s y se unirán a l@s trabajador@s de producción para
hacer de la crisis de pensiones una lucha generalizada.
Hay grupos de base
que están uniéndose para asumir estos desafíos
monumentales. Los Soldados de la Soli daridad es uno de los grupos que tiene un
record maravilloso en la etapa formativa de esta crisis épica. Su nombre
es una expresión elocuente de lo que se necesita: un ejército de
trabajador@s listo para combatir en solidaridad con trabajador@s, sindicalizad@s
o no, y sus comunidades a través de todo el espectro de la crisis de
pensiones, que es en el fondo, una crisis del capitalismo. El imperio del mundo
financiero está contando con una guerra sin fin para resolver estos
problemas, agravándo aún más las muchas crisis
aquí.
Fueron los trabajadores de base de la industria automotriz
quienes tomaron el imperio de la GM a fines de los años 1930. La UAW fue
forjada en las ocupaciones de fábricas en Flint en el estado de Michigan.
La resistencia organizada comenzó con unos pocos y creció en un
ejército de muchos. ¿Sucederá otra vez?
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