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Carta de un inmigrante

Desprivatizar el tema de la inmigración

“Si la luna suave se desliza por cualquier cornisa sin permiso alguno, por qué el mojado precisa demostrar con visas que no es de Neptuno...”

Ricardo Arjona

Desprivatizar el tema de la inmigración. Una necesidad urgente para avanzar.

Creo que el tema de inmigración tiene muchos enfoques, a casi 700 días de estar en Estados Unidos he tenido la oportunidad de participar en varias actividades junto a varias organizaciones.

Cada una de las organizaciones y distintas personas trabajan duro por los inmigrantes en el amplio contexto de los Derechos Humanos, cada cual a su manera, con su particular visión y valores, con su presupuesto político y económico pero todos en común tienen el deseo de acertar.

Pero la mejor y más grande experiencia y aprendizaje siempre la he encontrado en la calle, en el bus, en la clínica, en el parque, hablando con la gente. Es seguro que la gente sabe mucho más de lo que a veces creemos.

La gente sabe de lo justo y de lo injusto porque cada quien lo ha vivido o sufrido; sabe por qué viene aquí, ha padecido la pobreza o la guerra, o ambas, y están aquí para trasformar esta terrible realidad a su manera y desde sus posibilidades.

Trabajamos o estudiamos duro. Algunos pensamos en regresar a vivir nuestra tierra, sobre todo quienes estamos aquí contra nuestra propia voluntad. Pero quienes toman la decisión de nacionalizarse o hacer su residencia permanente en este país tienen derecho a realizarlo sin ningún tipo de discriminación o racismo, al fin este es un país de inmigrantes.

Las realidades y el qué hacer:

Steven Camarota, autor de una reciente investigación afirma que “La inmigración a Estados Unidos alcanzó un nivel récord entre marzo de 2000 y marzo de 2005 llegando a 7,9 millones de nuevos inmigrantes —entre documentados e indocumentados—la cifra más alta alcanzada en un periodo de cinco años en la historia de esta nación.

Más de la mitad—3,7 millones— de los llegados después de 2000 son inmigrantes sin papeles, subraya el estudio realizado por el Centro de Estudios de Inmigración, con base en datos suministrados por el censo de Estados Unidos. A marzo de 2005 vivían en Estados Unidos 35,2 millones de inmigrantes—documentados e indocumentados—es decir un nivel récord.”

Resultan ridículas las medidas para parar la inmigración; muros tan altos y costosos como inservibles mientras que de cualquier manera la gente seguirá construyendo túneles o ideando otras formas para llegar a su destino.

Pero mientras estemos aquí hay muchos temas por resolver.

El primero es asumir la realidad: Aquí estamos, llegaremos más y por y aquí nos quedaremos hasta alcanzar nuestros objetivos de tal manera que es necesario construir reglas de convivencia lo cual quiere decir Justicia, ser tratados con dignidad como seres humanos. Esto implica un plan en asuntos elementales: trabajo en condiciones dignas, un empleo con salarios justos y sin discriminación; buenos servicios de salud, educación y seguridad social en todos los niveles y en igualdad de condiciones.

El segundo tema es racionalizar la inmigración legal o ilegal. Digo racionalizarla por que el inmigrante siempre existirá, es así la historia de la humanidad.

Lo irracional es el hecho de que millones de personas tengan que salir de sus países de origen contra su voluntad para llegar a otro sitio y ser perseguidos como criminales.

Tenemos la responsabilidad de afrontar y resolver las causas objetivas del fenómeno irracional de la inmigración forzada. Luchar contra la guerra es tarea fundamental para tal propósito y esto no es un asunto tan complicado como se dice, se trata sencillamente de aprender a resolver conflictos sin arrogancia respetando el derecho y la dignidad del otro sin ningún tipo de imposición.

Resolver las terribles desigualdades entre los que tienen y los que no tienen es imprescindible; esto es entre individuos, entre clases sociales y entre países.

Mientras exista hambre, guerra y falta de oportunidades en nuestros países de origen, la emigración será una constante, la variable estará en el número ascendente de quienes deciden abandonar su país y buscar nuevas oportunidades.

La acumulación de riquezas en pocas manos es un crimen y un comportamiento antisocial.

Este es un enfoque que debemos trabajar si queremos tratar con serie dad y responsabilidad el asunto de la inmigración: pobreza y riqueza, guerra, comercio injusto y tratados de libre comercio, autodeterminación de los pueblos y convivencia pacifica. Pero todos estos temas deben ser de dominio popular, es necesario compartirlos, discutirlos en las escuelas, en las iglesias, en los sindicatos y entre todos construir el camino, la propuesta y hacerla realidad con los que gobiernan lo cual será un ejercicio práctico y real de democracia.

Desprivatizar el tema de la inmigración no solamente de los despachos de las corporaciones que se lucran con el miedo, desprivatizarlo también de los despachos gubernamentales o de quienes creen a la comunidad un botín para satisfacer sus intereses o sus egos.

Gerardo Cajamarca Alarcón
Inmigrante colombiano
[email protected]
www.sinaltrainal.org


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