MÃtin de protesta contra los grupos racistas defiende a inmigrantes mexican@s
Por Ruth Vela Baldwin Park,
California Históricamente en los Estados Unidos los
indígenas, la gente de color y los pobres han tenido que cargar con el
peso de ser los chivos expiatorios para la clase gobernante. L@s
trabajador@s inmigrantes son pintad@s continuamente por la prensa capitalista
como seres menos humanos en un esfuerzo de crear una ambivalencia en el
público sobre los estándares infrahumanos de la situación
bajo las que viven y trabajan. Como si esto fuera poco, una ola reciente de
histeria contra l@s inmigrantes ha cubierto al país entero y se
está manifestando en forma de grupos de vigilantes racistas como el grupo
“Minute men” de Arizona y otros grupos “comunitarios”
igualmente peligrosos. En California, uno de esos grupos, que se hace
llamar, “Save our State” (Salve nuestro Estado) afirma que
“los californianos están cansados de ver como sus comunidades se
tornan en letrina del tercer mundo como resultado de la masiva invasión
de ilegales.” “Save our State” y otro llamado,
“Amigos de los Patrulleros de la Frontera” están conectados
con el grupo de Arizona Minutemen. El 14 de mayo en Baldwin Park, no muy
distante del este de Los Ángeles, una movilización racista fue
convocada por el grupo Save our State para protestar contra un monumento en la
estación Metro-Link de Baldwin Park. El monumento hace referencia al robo
de las tierras mexicanas e indígenas por los Estados Unidos. Los racistas
están exigiendo que la ciudad de Baldwin Park “voluntariamente
remueva estos pasajes ofensivos antes del primero de julio, previo el fin de
semana en celebración de la independencia americana.” Ellos
han amenazado con tomar “otros pasos para asegurarse que los pasajes sean
removidos.” ¿Quiénes son los inmigrantes,
peregrinos? Como respuesta, muchos grupos comunitarios e individuos en
Baldwin Park - Mecha, el Comité en Defensa de los Trabajadores
Inmigrantes/IAC-LA, la organización FIST de San Diego y otros grupos en
el sur de California se reunieron frente al monumento una hora antes de comenzar
la protesta racista. Al comienzo varias cuadras separaban a los dos
grupos, y cuando un grupo de manifestantes en su mayoría jóvenes
se preparaban a confrontar a los 30 racistas, la policía local les
obstruyó el paso. Después de un rato de altercados y amenazas de
la policía de arrestar a los manifestantes anti-racistas, l@s
jóvenes, un@ por un@ y de dos en dos, y después en mayor
número, pudieron usar las calles laterales para evadir la policía
y acercarse a los racistas. Al moverse los miembros de FIST y otros
jóvenes por las calles laterales, la gente de la comunidad desde sus
balcones y patios se les unían. En pocos minutos los racistas fueron
forzados a una esquina mientras que l@s jóvenes ocupaban las otras
tres. Gritos de ira mezclados a consignas que decían,
“¿quiénes son los inmigrantes, peregrinos?” y
“¿de quien es la tierra?”, “!nuestra!” se
podían escuchar desde el monumento. Todavía protegidos por
la policía, los racistas insultaban a los manifestantes. Mientras tanto,
las amenazas de arresto a l@s jóvenes desde los altavoces de los
helicópteros, se ahogaban con el ruido de la multitud que crecía.
La tensión creció al igual que el número de policías
que luchaban por mantener a los jóvenes en las aceras. Aún
así, los manifestantes en vez de retroceder llenaron las calles, casi
hasta rodear a los racistas. Después de dos horas de enfrenta
miento, los racistas y sus protectores policiales tiraron la toalla. Con el rabo
entre las patas y sus cabezas cabizbajas en muestra de derrota, ellos se
retiraron con el sonido a sus espaldas de los cantos de victoria contra el
racismo y los coros que anunciaban el mensaje de la comunidad de Baldwin Park
que decía. “!No regresen!” Aunque se sintió
fabuloso el ganar esta batalla, la arrogancia de los racistas y sus aliados
policiales sirven como recordatorio de que todavía tenemos que ganar la
guerra contre este sistema que crea opresión y división. Debemos
tomar la bandera de la lucha de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes y
comprometernos a la lucha contra el imperialismo, para que así podamos
realmente “salvar el estado” de nuestra clase obrera de las garras
de la malagradecida, racista y parasítica burguesía.
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