Manifestación gigantesca desaira la ‘Revolución Gucci’
Por Fred Goldstein
El pueblo libanés se concentró
en Beirut viniendo desde todas las áreas pobres del país el 6 de
marzo en una masiva demostración antiimperialista y contra el sionismo.
Dio un rechazo contundente a los intentos de la administración de Bush de
aislar a Siria, atacar a Hizbolá y preparar el terreno para extender su
guerra de “cambio de regímenes” en el Medio Oriente hacia
Damasco.
Los organizadores dijeron que un millón de personas
asistieron. Hasta el cálculo aproximado más moderado de la prensa
comercial fue de medio millón de participantes. La toma de las
videocámaras en helicópteros mostró el desbordamiento de la
multitud en la Plaza Riad Solh en Beirut central tan lejos como podía
alcanzar la vista. La participación en la manifestación
incluyó cerca de la cuarta parte de la población entera del
Líbano, la cual se estima en 4,4 millones de personas.
Una
manifestación de tales proporciones en los EEUU sería de
aproximadamente 50 a 60 millones de personas.
Dos grúas enormes
sostenían mantas que decían: “Gracias a Siria” y
“No a la injerencia extranjera.” La manifestación fue una
respuesta a las demandas de la administración de Bush, de sus aliados y
títeres de que Siria saque sus tropas del Líbano y que se desarme
a Hizbolá.
La agencia Reuters el 8 de marzo, refiriéndose al
discurso del líder del Hizbolá Sheik Hassan Nasrallah,
reportó que “Nasrallah dijo que nadie en el Líbano
tenía miedo de los EEUU, cuyas tropas se fueron en 1984”, pocos
meses después de que un carrobomba matara a 241 miembros de la
infantería de marina en sus cuarteles generales en Beirut.
“Nosotros los hemos derrotado en el pasado y si vienen de nuevo los
derrotaremos otra vez”, dijo, según reportes.
Otras pancartas
en la manifestación, según Prensa Asociada, decían
“Siria y el Líbano, hermanos para siempre”, “Amé
rica es la fuente del terrorismo”, “Todos nuestros desastres se
originan en Amé rica”, y “No a la intervención
americana-sionista, Sí a la hermandad entre el Líbano y
Siria”.
Nasrallah contestó a la administración de
Bush, la cual ha estado intentando desha cerse del gobierno actual del
Líbano, aduciendo que es un títere de Siria. Señalando a la
multitud en la plaza dijo: “Pido a nuestros socios en el país o a
aquellos que nos están mirando desde lejos: ¿Son estos cientos de
miles de personas títeres y agentes a sueldo de los sirios y de las
agencias de espionaje?” (Prensa Asociada, 8 de
marzo)
Hizbolá, una organización de liberación
nacional
Hizbolá es una organización de la
población chiíta, la cual es el sector más pobre de la
sociedad libanesa y fue tradicionalmente excluida y víctima de
discriminación. Provee servicios sociales, tiene diputados en el
parlamento y mantiene su propia fuerza armada de 20.000
efectivos.
Organizada en 1984 de grupos dispersos que luchaban resistiendo
a la ocupación israelí, creó una organización armada
de resistencia nacional que combatió la ocupación israelí
del sur del Líbano y finalmente expulsó a los israelitas en 2000.
Por esto es venerada no solamente en el Líbano sino a través del
mundo árabe.
Es la fuerza política más grande, mejor
organizada y disciplinada en el Líbano y está considerada
popularmente como una organización de liberación nacional,
esencial para mantener fuera a los ex ocupantes sionistas. Los EEUU le han dado
la etiqueta de “organización terrorista” y han demandado que
se desarme.
Siria ha apoyado al Hizbolá así como a otras
organizaciones que luchan por la liberación de Palestina y en contra de
la ocupación israelí. Siria envió tropas al Líbano
en 1976 a pedido del gobierno del Líbano para separar los combatientes
durante una guerra civil. Se volvió parte de una Fuerza de
Disuasión autorizada en reuniones cumbres árabes ese
año.
La guerra civil, fomentada por el imperialismo francés
y estadounidense y por Tel Aviv, duró hasta 1989, cuando fue resuelta
bajo la protección de tropas sirias. Un acuerdo nacional fue creado, el
Acuerdo Taif de 1989.
La actual administración de Bush, en
combinación con el imperialismo francés y con el apoyo de la
monarquía feudo-capitalista de Arabia Saudita y el régimen
capitalista y obediente de Hosni Mubarak en Egipto, lanzó una ofensiva
para atacar y aislar a Siria después del asesinato del ex primer ministro
del Líbano, Rafia al-Hariri, en febrero de este año. Los EEUU y
las fuerzas reaccionarias del Líbano intentaron culpar a Siria por el
asesinato y tomaron la iniciativa política de demandar el retiro de las
fuerzas sirias del Líbano.
Una ‘Revolución
Gucci’
Los medios capitalistas han hecho de las demostraciones
en la Plaza de los Mártires una causa célebre, demostraciones que
fueron organizadas al estilo de las manifestaciones proimperialistas en Serbia,
Georgia y Ucrania llamadas la “Revolución Cedro”.
Estas
demostraciones, minúsculas en comparación con la organizada por
Hizbolá, tenían un carácter tan obviamente reaccionario que
eran una vergüenza hasta para los mismos medios capitalistas que las
cubrían.
Por ejemplo, la BBC en su noticiero del 3 de marzo dijo
que a “la Revolución Cedro” se la estaba refiriendo como la
“mini Ucrania”. La describieron de la forma siguiente:
“Algunas personas aquí jocosamente llaman el fenómeno
“la Revolución Gucci” - no porque rechacen las
demostraciones, sino porque muchos de los que ondean la bandera libanesa en las
calles no parecen manifestantes”.
“Hay mujeres jóvenes
con faldas estrechas y tacones altos, llevando carteras caras de piel, lo mismo
que hombres vestidos con chalecos elegantes o con zapatos tenis de
marca.
“Y en una escena inolvidable, una mujer envejeciente, con su
pelo muy arreglado, estaba al lado de su ayudante doméstica de Sri Lanka,
diciéndole que ondeara la bandera, enseñándole las palabras
árabes de las consignas…
“Pero lo que ha sido
fascinante observar es cómo las clases medias y altas libanesas han
despertado de su acostumbrado letargo por el asesinato de
Hariri”.
Un despacho de Reuters del 8 de marzo también
reportaba de igual manera. Describía a un campamento levantado en la
Plaza de los Mártires de las fuerzas que repetían las demandas
imperialistas del retiro de las tropas sirias, “como una casa donde l@s
manifestantes, la mayoría con apariencia occidental, estudiantes de clase
media, estudiaban, comían, dormían e incluso trabajaban en sus
laptops.” “Organizaciones extranjeras” les prov eían
las tiendas de campaña, fraza das, y agua mineral.
Estas
organizaciones extranjeras son muy conocidas en Ucrania y en otros lugares donde
ciertas ONG’s proveen una cubierta para la subversión
imperialista.
Estas fuerzas reaccionarias han respondidas a la ofensiva
contra Siria y contra Hizbolá lanzada por los carniceros ocupantes de
Irak en Washington y los ex colonialistas en París que anteriormente
gobernaron el Líbano y Siria.
Su base social permanece
principalmente en las fuerzas políticas druces y cristianas maronitas.
Estas fuerzas fueron descritas por Fadi Agha, el consejero internacional del
presidente del Líbano Emil Lahoud, en una entrevista: “Yo
agregaría que muchos de los líderes de la supuesta
Revolución Cedro (término inventado en Washington) son los que
condujeron al Líbano a 17 años de conflicto civil. … Estos
son las mismas cabe cillas, señores sectarios y oportunistas que nos
condujeron anteriormente a la ruina”. (CounterPunch 5/6 de
marzo)
Tres elecciones, tres ocupaciones
En una
declaración ultrajantemente arrogante, el presidente de los EEUU, George
W. Bush ha demandado que “Todas las fuerzas militares sirias y personal de
inteligencia deben salir antes de los comicios del Líbano [en mayo-F.G.]
para que esos comicios sean justos y libres”. (Reuters, 8 de
marzo)
Pero un millón de personas ha rechazado los sentimientos de
Bush, votando con sus pies al marchar en la Plaza Riyad Solh. Ell@s dejaron muy
claro que están opuest@s a los intentos imperialistas de dividir a los
pueblos sirio y libanés y preparar el escenario para una guerra civil en
el Líbano, el derrocamiento del gobierno en Siria, o ambos
escenarios.
La hipocresía de Bush de demandar un fin a la presencia
de fuerzas extranjeras para poder celebrar “elecciones libres y
justas”, es inconcebible. Los EEUU acaban de organizar una
elección en Irak bajo los fusiles de 150.000 tropas, después de
matar más de 100.000 civiles iraquíes, encarcelando y matando a
miles de combatientes de la resistencia, gobernando el país desde el
cuartel militar y la embajada de los EEUU.
El año pasado,
Washington condujo una elección en Afganistán después de
bombardear al país despiadadamente, enviando tropas de ocupación y
presionando a Alemania y a otros poderes imperialistas de la OTAN para ocupar la
capital y las regiones circundantes. Las elecciones en la Franja Oeste y en
Gaza se llevaron a cabo bajo los fusiles del ejército israelí en
el fondo, armado hasta los dientes por el Pentágono.
Tres
elecciones bajo tres ocupaciones por opresores imperialistas -y Bush las quiere
ignorar. Sea cual fueran los problemas con la presencia militar de Siria en el
Líbano, lo cierto es que Siria no es un opresor imperialista que obtiene
súper ganancias del Líbano. Cualquiera que sean las ventajas
nacionales que Siria quiera aprovechar por su presencia en el Líbano,
también funciona como un defensor de Hizbolá y de las fuerzas de
liberación nacional en el país y como una barrera a la
agresión por parte del estado colonialista de Israel. Eso es a lo que se
opone la administración de Bush.
De hecho, la demanda de la
administración de Bush de que se retiren las tropas militares sirias bajo
las condiciones de la resolución 1559 de la ONU, pasada en septiembre de
2004, es parte del plan de Washington de desarmar a Hizbolá, disminuyendo
así la resistencia a una intervención estadounidense en la
región y abriendo la puerta a otra agresión de Israel contra el
Líbano.
Bush no ha pronunciado ni una sola palabra sobre la
ocupación de los Altos del Golán de Siria por parte de Israel.
Ese territorio fue tomado en la agresión militar de Israel en 1967 contra
Egipto y Siria, apoyado por Washington. Bush no ha pronunciado ni una sola
palabra sobre el hacer cumplir el montón de resoluciones de la ONU
condenando la ocupación israelí de la Franja Oeste y
Gaza.
Retiro de Siria y soberanía
nacional
Pero Washington de súbito ha enfocado su
atención y se ha vuelto un partidario comprometido de la
resolución 1559 de la ONU. Esto es porque esa es una copia, más
moderada, de la Ley de Respon sabilidad Siria y de la Restauración de la
Soberanía del Líbano de 2003, en la cual el Congreso de los EEUU
demandó no solamente que Siria retire sus tropas del Líbano, sino
que Hizbolá y todas las organizaciones que sean parte de una lucha armada
por la liberación de Palestina y en contra de la agresión de
Israel, sean desarmadas. Severas sanciones fueron impuestas contra Siria por
Washington por medio de esta legislación.
Más
débilmente, la resolución 1559 pide el retiro de Siria y el
desarme de Hizbolá. Según el reporte de Reuters, “Nasrallah
dijo que no tiene problemas con un retiro de Siria según el Acuerdo Taif
de 1989 que terminó con la guerra civil de 1975 - 1990 en el
Líbano, pero no quiere tener nada que ver con una resolución
adoptada en septiembre que pidió el retiro de Siria y el desarme de las
milicias”.
El Acuerdo Taif es un acuerdo entre los dos gobiernos y
pide el retiro militar eventual de Siria que sería negociado entre ellos.
La manifestación masiva en Beirut fue organizada frente a la oficina de
la ONU para establecer que el Líbano está luchando por su
soberanía y que cualquier retiro tiene que ser bajo un acuerdo firmado
entre el gobierno del Líbano y el de Siria y no bajo el mandato y los
términos dictados por Washington, Tel Aviv (silenciosamente),
París u otros imperialistas europeos.
También deja claro que
Hizbolá no aceptará desarmarse bajo órdenes de la ONU. Se
describe repetidamente a Hiz bolá como una milicia terrorista. Pero no es
ni milicia ni terrorista. Es un movi miento armado de liberación nacional
dedicado a luchar contra el imperialismo y el sionismo.
La
administración de Bush está intentando derrocar al gobierno del
Líbano y hacerle firmar un pacto de paz por separado con Israel,
preparando el escenario para un “cambio de régimen” en Siria.
Pero la multitudinaria manifestación en Beirut contra de la interferencia
de los EEUU, Francia e Israel bajo el pretexto de la resolución de la ONU
demuestra que Washington ha hecho el mismo monumental cálculo
erróneo en el Líbano que hizo en Irak. Ignoró totalmente el
papel de las masas anticolonialistas y su determinación y capacidad de
resistencia.
Bush se engañó con las momentáneas
victorias políticas al obtener la ayuda de su socio imperialista menor en
Francia y la colaboración de elementos burgueses en Irak, Egipto y Arabia
Saudita. Pero eso fueron las capas más ricas de la sociedad del Medio
Oriente, las que tienen un interés material en la colaboración de
clase. Ahora, las capas pobres de la sociedad han hablado en el Líbano,
igual que están hablando el idioma de la resistencia en Irak y Palestina.
Bush y el Pentágono están flirteando con un desastre aún
mayor en la región de Siria y Líbano si confunden los gobiernos
con las masas populares.
El movimiento antiguerra debe agregar las
consignas de “Manos de EEUU fuera de Siria”, y “Manos fuera
del Líbano” a la demanda de acabar con las ocupaciones de Irak y
Palestina. Esa es la única manera de proteger los intereses de l@s opri
mid@s y l@s trabajador@s en el Medio Oriente y aquí en los EEUU
también.
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