Las verdaderas razones de la hostilidad de Washington
Por Deirdre Griswold Cuando las tropas estadounidenses llegaron
a Corea del sur a finales de la Segunda Guerra Mundial, los estrategas del
imperialismo estadounidense vieron a la península como una vía
hacia la eventual dominación del territorio asiático. Estos no le
pusieron mucha atención al ejército revolucionario de coreanos,
organizado por Kim Il Sung, que llegó desde el norte junto a tropas
soviéticas y comenzaron a desarmar y remover la estructura de poder que
se había formado durante la dominación colonial
japonesa. Estados Unidos no tomó en serio la gran revolución
social que había comenzado en Corea. Pero el ejército de
liberación encabezado por Kim, urgía al pueblo a que derrocaran no
solo a los oficiales que colaboraron con el Japón, sino también a
los propietarios de las tierras y a los capitalistas quienes les habían
explotado y oprimido y quienes habían sido la base de la clase interna en
la cual el imperialismo japonés había confiado por muchas
décadas. La reforma agraria en el norte comenzada en 1946,
alivió la gran pobreza de los campesinos e inspiró el sentimiento
revolucionario en el sur. Al comenzar la Guerra Fría, la
administración de Truman comenzó a caracterizar a Kim Il Sung y
sus partidarios como títeres de la Unión Soviética, la cual
había entrado a la guerra contra el Japón después de haber
vencido al ejército de Hitler en Europa. Washington pensó que una
vez que las tropas soviéticas salieran del norte de Corea, los Estados
Unidos podrían poner a toda el área, incluyendo a China, bajo su
“esfera de influencia.” Pero la revolución
continuó en el norte de Corea y en la vecina China. Para 1948, el sur de
Corea, dominado ya por los Estados Unidos, declaró la formación de
un gobierno aparte, haciendo así oficial la división del
país en el paralelo 38. En respuesta, las fuerzas revolucionarias
lideradas por Kim Il Sung, establecieron la República Democrática
Popular de Corea en el norte. (RDPC) Las tropas soviéticas
inmediatamente comenzaron a salir del norte, el cual desde entonces ha tenido
que defenderse por si solo. Algunas de las tropas estado unidenses salieron del
sur, pero muchos se quedaron como “consejeros” para la dictadura del
Syngman Rhee, un derechista brutal que había vivido por décadas en
los Estados Unidos antes de haber sido titulado líder de Corea del sur
por Washington. Represión y guerra Rhee había
comenzado un régimen de terror en contra de todos los progresistas,
incluyendo a muchos que habían sido luchadores heroicos en contra del
colonialismo japonés, mientras él esperaba en Washington el fin de
la guerra. Comenzando en 1950, las fuerzas estadounidenses regresaron a
Corea para apoyar la tambaleante dictadura de Rhee. Una horrible guerra en
contra de la RDPC se llevó a cabo por tres años en la cual
millones de coreanos murieron. Cuando el cese al fuego fue finalmente declarado,
el imperialismo estadounidense, a pesar de sus enormes ventajas en
tecnología militar y potencia industrial, había fallado en su
objetivo—el de derrocar al régimen socialista en el norte—y
así el país quedó dividido. La guerra nunca
terminó oficialmente. Washington ha rehusado siquiera discutir un tratado
de paz con la RDPC. Casi 40.000 tropas estadounidenses han continuado la
ocupación del sur desde entonces, y el movimiento para sacarlos ha
crecido enormemente. Hoy, la Unión Soviética -el primer
estado de los trabajadores y por más de siete décadas el blanco
principal, primero del imperialismo de los Nazis alemanes y luego de las
amenazas nucleares y la subversión política y económica de
los EEUU - ya no existe. Su desaparición fue un trauma grande y una
pérdida material para todos los países que intentan evitar las
garras del imperialismo. Pero la revolución liderada por Kim Il
Sung y su Partido de los Trabajadores de Corea ha comprobado su viabilidad. La
República Democrática Popular de Corea bajo el liderato de Kim
Jong Il sigue desafiando a los gobernantes en Wash ington y no va a someterse al
imperio de los EEUU. La administración de Bush está
aprendiendo ahora por la vía dura lo que administraciones anteriores de
los EEUU, Demócratas y Republicanas, habían apren dido sobre la
RDPC. No va a rendirse por amenazas. Las amenazas sola mente hacen al pueblo
coreano y a sus líderes duplicar sus esfuerzos para defender su
soberanía y su sistema socialista. La cuestión hoy
según Washington, es el desarrollo de armas nucleares por la
RDPC. El derecho de existir de la RDPC Desde el punto de
vista coreano sin embargo, la cuestión es la hostilidad permanente de los
Estados Unidos luego de más de medio siglo de la guerra de 1950 - 1953, y
su derecho a mantener una defensa fuerte contra una potencia nuclear que ha
insultado a sus líderes y declarado abiertamente su intención de
destruir su sistema. Está reconocido por la mayoría del
mundo hoy que el colapso de la URSS fue interpretado por un grupo extremadamente
agresivo en la clase dominante de los EEUU como una luz verde para la
expansión global imperialista. Los llamados neoconservadores, quienes han
formulado muchas de las políticas de la administración de Bush,
establecieron sus planes para la dominación mundial hace más de
una década. Sus planes militares estaban enfocados principalmente
para el control exclusivo de la riqueza petrolera del Medio Oriente -la primera
guerra contra Irak coincidió con el colapso de la URSS - pero
también esperaban prevalecer sobre lo que llamaron las “naciones
incontrolables” que rehusaron conformarse a un mundo dominado por las
corporaciones y los bancos de los EEUU. Cuba, y la RDPC, desconectadas del
intercambio comercial y tecnológico con el bloque soviético
supuestamente iban a caer. Ya han pasado 15 años. Ni Cuba ni la
RDPC han caído. La RDPC ha experimentado años de duro
sufrimiento mientras enfrenta la posibilidad de una renovada agresión
militar de los EEUU. Pero su estructura política, basada en un partido
político de la clase trabajadora y forjada en una lucha revolucionaria de
las masas, no se ha fracturado. Uno de los lamentos de Washington,
repetido con frecuencia, es que no puede interpretar bien lo que está
pasando dentro de la RDPC. En otras palabras, el imperialismo no puede encontrar
una base social con la cual agitar y derrocar el liderato y el sistema. Entonces
describe a la RDPC como el “reino ermitaño” y otras etiquetas
despectivas. En su discurso del Estado de la Unión de enero de
2002, el Presidente George W. Bush incluyó a la RDPC en un imaginado
“eje del mal”, junto con Irak e Irán. Un año
después, EEUU lanzó una invasión contra Irak para derrocar
a su gobierno y erigir un régimen títere. La RDPC
tomó esto muy en serio. “Nosotros consideramos que el
discurso de Bush del Estado de la Unión fue una declaración de
guerra contra la RDPC”, dijo el embajador de la RDPC ante la ONU, Pak Gil
Yon a Mundo Obrero (Workers World) en ese momento. (Workers World, 28 de marzo
de 2002) El embajador también llamó la atención sobre
el Informe de la Política Nuclear publicado por el Pentágono en
enero 2002, en el cual se proponía el uso de armas nucleares contra siete
países, incluyendo la RDPC. “Éste es un suceso muy
grave,” subrayó el embajador, diciendo que eso canceló
previos acuerdos entre los dos países. Desde hace muchos
años, los Estados Unidos han amenazado a la RDPC con su cantidad enorme
de armas nucleares. El Pentágono tenía armas con base en tierra en
Corea de Sur. También tenía submarinos, bombarderos y proyectiles
intercontinentales, todos equipados con armas nucleares que podían
utilizarse contra Corea de Norte. El Pentágono alega que ha sacado
todas sus armas nucleares de Corea de Sur, pero no hay una verificación
independiente que lo compruebe. Mientras tanto, mantiene su “sombrilla
nuclear” amenazando a la región. En su entrevista con MO, el
embajador Pak repitió su aseveración de que el discurso de Bush
fue “una declaración de guerra,” y añadió que
“serán tomadas todas las medidas necesarias para defender la
soberanía del país”. Desde entonces, la
administración de Bush ha continuado su diatriba contra la RDPC,
aún mientras comete terribles crímenes de guerra en Irak y
Afganistán. En abril, Bush intensificó su retórica,
llamando al líder coreano Kim Jung Il un “tirano” y alegando
que el comportamiento de la RDPC justificó los planes estadounidenses de
gastar billones de dólares para poner en el espacio un sistema
“anti-proyectiles”. Así que no debe ser ninguna
sorpresa que la RDPC haya anunciado su propio programa de desarrollar armas
nucleares como fuerza disuasoria a cualquier ataque por parte de los Estados
Unidos. Está demandando que la cuestión más amplia de la
desnuclearización de la península sea discutida para resolver
pacíficamente la situación. La administración de Bush
esperaba hacer de la cuestión de las armas nucleares de la RDPC, un mayor
blanco de la crítica en las reuniones recientes de la ONU sobre la
no-proliferación nuclear, y quiere que la ONU imponga sanciones contra
Corea del Norte. Pero los delegados provenientes de todas las partes del mundo
están mucho más preocupados por las miles de armas nucleares que
el Pentágono ha rehusado desmantelar y las cuales que están
mantenidas en un estado de alerta máxima. El analista Peter G.
Cohen escribe: “La administración de Bush ha estado pidiendo fondos
para el desarrollo de armas nuevas y para mejorar la fiabilidad de las
más viejas. Las armas nucleares son todavía un elemento central en
la política de defensa de Bush.” (Common Dreams, 19 de
mayo) Incluso el guerrerista Robert McNamara, escribió en la
edición actual de la revista Foreign Policy (Política extranjera),
“Yo caracterizaría la política estadounidense actual en
cuanto a las armas nucleares como inmoral, ilegal, innecesaria militarmente, y
extremadamente peligrosa.” En cuanto a las sanciones
económicas, Corea de sur está enviando ahora 200.000 toneladas de
fertilizantes al norte para ayudarle con su recuperación agrícola.
Tres barcos de la RDPC atracaron en los puertos de Corea del sur a mediados de
mayo por primera vez en 21 años. La última vez que barcos del
norte habían llegado al sur, fue para entregar cemento, arroz, y otras
provisiones de socorro para sus compatriotas sureños después que
un tsunami hubo devastado la región. Hasta ahora, los peligrosos
esfuerzos de la administración de Bush para intimidar, aislar y
estrangular económicamente a la RDPC, dando como pretexto los esfuerzos
justificables de ese país para defenderse de la amenaza abierta de
agresión por el poder nuclear número uno del mundo, han sido en
vano.
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