Venezuela se moviliza contra el imperialismo y el sabotaje eléctrico

10 de marzo – El día 9 de marzo se llenaron las calles de Caracas, Venezuela con miles de personas celebrando el Día del Antiimperialismo Bolivariano. Es una movilización que se ha organizado cada año en esta fecha empezando en 2015, cuando el presidente de Estados Unidos Barack Obama declaró a Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria.”

El pueblo bolivariano también se movilizaba en respuesta al sabotaje del sistema eléctrico del país. El día jueves 7 de marzo empezó una serie de ataques, principalmente de carácter cibernéticas, contra la planta eléctrica de El Guri que suministra a casi todo el país.

En su discurso ante la marcha antiimperialista, el presidente constitucional Nicolás Maduro denunció que la responsabilidad del apagón caía sobre la oposición, ya fracasado su golpe de estado, y sus dirigentes en los Estados Unidos.

Al mismo tiempo, el autoproclamado “presidente interino” de Venezuela, Juan Guaidó, advirtió de forma indirecta que habrían nuevos y ampliados sabotajes. “Debemos anunciar con responsabilidad que se transformará en una crisis por la gasolina,” dijo hablando desde un megáfono en la concentración opositora.

A la hora de escribir, el servicio eléctrico se está restaurando paulatinamente en las zonas afectadas. Según varios oficiales del gobierno, se ha trabajado constantemente desde el comienzo de los ataques para restaurar el servicio y “normalizar la situación.”

Una de las claves de la estrategia golpista ha sido el uso coordinado de los medios de comunicación internacionales, que hasta ahora han seguido el guión injerencista del asesor de seguridad nacional John Bolton, el senador de Florida Marco Rubio y el enviado especial para Venezuela Elliott Abrams, que decían que las fuerzas del gobierno quemaron camiones llenos de ayuda. Pero el día marzo 10 el New York Times sacó un reporte donde se detalló cómo fueron en realidad las fuerzas opositoras que quemaron el camión en la frontera con Colombia. (tinyurl.com/y5ykjd9e)

Ya debería ser obvio que en su obsesión con conquistar Venezuela los dirigentes del golpe dirán cualquier cosa para justificar un ataque. No está claro porque el New York Times decidió romper con el gobierno estadounidense, pero muestra cómo el imperialismo ha propagado mentiras, usando a los medios de comunicación como parte integral de su ataque contra Venezuela.

La nueva estrategia de cambio de régimen

Ya un mes y medio después de la autoproclamación de Juan Guaidó, sigue Nicolás Maduro en el palacio de Miraflores y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) sigue en la defensa de la constitución.

El día 23 de febrero se intentó ingresar camiones llenas de supuesta “ayuda humanitaria” que según Nicolás Maduro “ni ayuda, ni humanitaria era”. A pesar de dos días de ataques violentos en la frontera con Colombia, la oposición no logró entrar a los camiones.

Venezuela se defendió ese día porque el poder popular se movilizó contra el imperialismo. La FANB en la frontera luchaba junto a los colectivos chavistas y las milicias civiles. La consciencia y la organización del pueblo chavista pudo evitar la ruptura de la FANB que buscaban los Estados Unidos y su lacayo Juan Guaidó.

La oposición venezolana sufrió un derrote importante el 23 de febrero, mucho más importante que no poder entrar a los camiones, cosa que nunca fue su objetivo principal. Buscaban, mediante provocaciones violentas y manipulación de los imágenes, fabricar un pretexto para la intervención militar de una coalición internacional.

¿Quién habría formado parte de esta coalición? Por una parte se buscaba el apoyo de los países que forman la OTAN (que intervino en ex-Yugoslavia en 1999 y luego en Libia en 2011): Estados Unidos, Reino Unido y otros países europeos. Por otra sería el Grupo de Lima, con la importante excepción de México que rompió con el resto del grupo. Este es un grupo de gobiernos latinoamericanos de derecha, varias de las cuales sufrieron golpes estadounidenses recientes (Honduras en 2009 o Brasil en 2016).

Pero después de la heróica demostración de fuerza por parte de la revolución bolivariana, la Unión Europea salió en contra de la intervención militar, como también lo hizo el Grupo de Lima. Si los Estados Unidos quiere enviar tropas, lo tendrá que hacer sin el apoyo de ninguna organización internacional.

Todo esto dificulta una invasión militar abierta. Entonces, ¿cómo han cambiado los planes del imperialismo en Venezuela? El ataque contra el sistema eléctrico indica que se aplicará una estrategia de desgaste y desestabilización.

Seguirán los ataques económicos desde los Estados Unidos, que ya amenaza con sancionar a terceros países que negocian con Venezuela. Los sabotajes y los ataques cibernéticos también seguirán, y probablemente se ampliarán a otras industrias.

Otra posibilidad es la guerra sucia, crear grupos rebeldes y suministrarlos con armas, para presionar al gobierno y colapsar los programas sociales. Ya cuenta la oposición con sus grupos “guarimberos” como base para esto.

En ambos casos, la guerra económica es la clave. La estrategia desestabilizadora del imperialismo se basa principalmente en “hacer gritar a la economía.” Romper el control que sigue ejerciendo la oligarquía venezolana sobre la economía debe ser la prioridad junto a seguir construyendo la organización popular en el país.

Fracturas en la clase gobernante de EUA

Es importante el dato de que fue el presidente Obama quien primero clasificó a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional, declaración que justificaba las sanciones unilaterales. La actual política injerencista contra Venezuela es producto directo de la política de Obama.

Históricamente, las diferencias entres los dos partidos estadounidenses desaparecen en cuanto a la política externa. Solo falta ver cómo los líderes del partido Demócrata como Nancy Pelosi aceptan sin preguntas las mentiras sobre Venezuela que difunden Rubio y Bolton.

Esta unidad entre los dos partidos de la clase gobernante sirve para proteger al sistema imperialista, asegurando que EUA tomará acción para asegurar las condiciones que se requieren. Pelosi podría haber desmentido la narrativa sobre Venezuela, y frustrar al gobierno de Trump en el proceso, pero los líderes Demócratas siempre ponen los intereses del imperialismo encima de todo.

Ahora, como resultado del fracaso de la maniobra golpista de febrero 23, se están produciendo fracturas en esa unidad. La decisión del New York Times de romper con las mentiras de Abrams, Rubio y Bolton es la señal más reciente de estas tensiones.

Desde el inicio del intento de golpe de estado algunos oficiales electos como Ilhan Omar, representativa del estado de Minnesota, han declarado públicamente su oposición al golpe de estado. Por eso, y por su solidaridad con Palestina, los líderes del partido Demócrata han atacado ferozmente a Omar.

Venezuela sigue bajo una amenaza imperialista, en forma de sabotaje y ataques económicos. Hace falta que el movimiento progresista en Estados Unidos se aproveche de las rupturas que se están produciendo en la clase gobernante para intensificar la campaña antiimperialista y acabar con las sanciones.

(AUTOR DE LA FOTO: Partido Socialista Unido de Venezuela)

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