Guerra arancelaria de Trump ataca trabajadoras/es

La administración de Trump impuso aranceles a las 12:01 a.m. del 6 de julio a productos chinos con un valor de $34 mil millones. El gobierno chino respondió de inmediato con sus propios aranceles sobre la carne de cerdo, la soja y los automóviles de EUA.

“Las acciones equivocadas de EUA han violado descaradamente las reglas de la Organización Mundial del Comercio, atacaron la sostenibilidad económica mundial y obstaculizaron la recuperación de la economía mundial”, dijo Lu Kang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, en una conferencia de prensa. “Será desastroso para las corporaciones multinacionales, las pequeñas y medianas empresas y las/os consumidores corrientes en todo el mundo”.

El Ministerio de Comercio de China afirmó que Estados Unidos “ha lanzado la mayor guerra comercial en la historia económica hasta ahora.” (New York Times, 6 de julio).

Trump está amenazando con imponer aranceles sobre bienes que actualmente son importados cada año de China por un valor de $450 mil millones. También ha impuesto aranceles a los bienes importados de México y Canadá, así como de la Unión Europea. Un arancel es básicamente un impuesto a los bienes importados en un país.

Trump argumenta que los aranceles sobre el acero y el aluminio son necesarios para reforzar la producción estadounidense y “proteger la seguridad nacional estadounidense”, ya que los metales son necesarios en la producción de armas. También argumenta que los aranceles “protegerán” y generarán empleos a las/os trabajadores en estas industrias.

Lo que es indiscutible es que los precios subirán para las/os trabajadores. El acero y el aluminio se utilizan para crear una gran cantidad de productos básicos, desde latas para alimentos hasta edificios y puentes, y el acero y el aluminio serán más caros con los aranceles. La guerra arancelaria de Trump ha condenado a las/os trabajadores estadounidenses con precios más altos, lo que afecta particularmente a las/os jubilados y a quienes tienen ingresos fijos, sin importar el impacto en general a la economía.

Pero una mirada más cercana a los aranceles, así como a la tecnología de fabricación, muestra cómo las/os trabajadores estadounidenses también serán golpeadas/os por la pérdida de empleos.

Aranceles y tecnología afectan trabajadoras/es

Si bien los aranceles podrían ser un impulso para los fabricantes de acero y aluminio, otras compañías que utilizan estos metales – que eran más baratos cuando se importaban – perderán y tendrán que recortar empleos.

La tarifa de Trump para el acero y el aluminio afectará con mayor fuerza las importaciones procedentes de Canadá, principal proveedor de EUA en 2017, especialmente en la industria automotriz estadounidense. Un estudio del 2004 de la Asociación de Transporte Fronterizo muestra que 257.000 empleos en Michigan y $13 mil millones en producción anual dependen de los enlaces de producción entre Detroit y la ciudad fronteriza de Windsor en Ontario.

La General Motors declaró el 28 de junio que una nueva ola de aranceles sobre sus productos podría conducir a “menos inversión, menos empleos y salarios más bajos”. Las/os trabajadores encontrarían que los precios de los automóviles aumentarían sustancialmente, y el costo de los automóviles menos costosos sería el más elevado. Las/os trabajadores perderán puestos de trabajo ya que los precios más altos conducen a una reducción en las ventas.

El Mercatus Center, un compañía de investigación de mercados de la Universidad George Mason, señala: “Como resultado de los nuevos impuestos a la importación de acero, el fabricante de clavos más grande de los Estados Unidos está a punto de cerrar. La compañía Mid-Continent Nail, con sede en Missouri, ya ha despedido al 12 por ciento de su fuerza de trabajo. “Mid-Continent representa una pequeña parte de la economía de EUA, pero su dilema muestra cómo una guerra arancelaria puede impactar a las/os trabajadores aquí.

Históricamente, la tarifa de Smoot-Hawley, que entró en vigor en 1930 y ciertamente contribuyó a la severidad de la Gran Depresión, redujo el comercio internacional en más del 60 por ciento. El economista Paul Krugman estima que los nuevos aranceles de los Estados Unidos y las respuestas a ellos podrían reducir el comercio internacional en un 70 por ciento. Eso significa que los 10 millones de trabajadoras/es de Estados Unidos que participan en el comercio internacional podrían enfrentar grandes pérdidas de empleos como resultado. (New York Times, 17 de junio)

Incluso si los aranceles aplicados a los competidores extranjeros aumentan las ganancias de las empresas de acero y aluminio con sede en los EUA, no hay evidencia de que estas empresas contraten a más trabajadoras/es.

Los avances tecnológicos en la fabricación significa que menos trabajadoras/es pueden producir más bienes, y el uso de la tecnología continúa reforzando esa tendencia. De acuerdo con la Sociedad Americana de Ingeniería Mecánica (ASME por siglas en inglés): “En 2015, la producción manufacturera por trabajador/a fue de $482.242; por el contrario, cada trabajador/a en 2000 produjo $336.847 en dólares de 2015. En 1976, la producción ajustada a la inflación fue de solo $276.525”. (Tinyurl.com/y9fy9f7r)

ASME señala que, con el aumento de la automatización de las fábricas, entre 2000 y 2016, las/os trabajadores estadounidenses perdieron 5 millones de empleos, incluso cuando la producción manufacturera creció.

Entonces, si los aranceles pudieran eliminar todos los déficits comerciales de manufactura con otros países, eso aún no se acercaría a la pérdida de empleos perdidos por la tecnología.

Necesaria acción independiente de trabajadoras/es

En Bretaña, que enfrenta un arancel del 25 por ciento sobre su acero, el sindicato de trabajadores siderúrgicos – que se llama Community (Comunidad) – señaló que aunque estos aranceles ofrecerán a las empresas siderúrgicas estadounidenses cierta protección en un momento en que hay una superproducción del acero a nivel mundial, pondrá en peligro los empleos de las/os trabajadores.

Roy Rickhuss, el secretario general de Community, dijo: “Esta noticia es muy preocupante para la industria siderúrgica del Reino Unido. Donald Trump está poniendo en riesgo puestos de trabajo en ambos lados del Atlántico”. (Community-tu.org)

El sindicato United Steelworkers representa a trabajadoras/es tanto en los Estados Unidos como en Canadá. Su presidente Leo Gerard generalmente apoya las políticas comerciales de Trump, pero quiere que Canadá quede exenta. En la actualidad, Trump se opone a las exenciones, por lo que algunas/os miembros del USW, es decir, las/os trabajadores de los EUA dedicados a la producción de acero, se beneficiarían de las políticas tarifarias, mientras que las/os trabajadores de Canadá no.

El gobierno estadounidense está en proceso de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El TLCAN ha regulado el comercio entre Canadá, México y los EUA desde el 1 de enero de 1994. Este comercio asciende a $600 mil millones al año. El TLCAN le dio una apertura a la agricultura estadounidense que le permitió aniquilar a millones de agricultoras/es mexicanos, a la vez que le brindó a los fabricantes estadounidenses un acceso más fácil a las/os trabajadores de bajos salarios. También intensificó la dominación estadounidense de la más pequeña economía canadiense.

A pesar de las ventajas del flujo fácil de bienes y servicios para los capitalistas en ambos lados de la frontera, Trump ha amenazado con alejarse del TLC si no se reconfigura para favorecer aún más a los EUA.

En lugar de exigir exenciones de los aranceles que afectan a algunos de sus miembros, los sindicatos deben defender los intereses de todas/os los trabajadores. Como escribió el fundador del Partido Workers World-Mundo Obrero Sam Marcy en 1993 sobre el papel de los sindicatos: “Seguir (con la política comercial de los EUA) es convertirse en un socio silencioso del papel devastador del capital financiero de EUA en el exterior y en aquí en EUA. … El objetivo real del sindicalismo debería ser forjar un acuerdo de solidaridad entre los sindicatos” internacionalmente. (tinyurl.com/y9jynjrh)

En las palabras del himno de las/os trabajadores “Solidaridad para siempre”:

“Cuando la inspiración del sindicato a través de la sangre de los obreros corra,

No habrá ningún poder mayor en ningún lugar bajo el sol;

Sin embargo, qué fuerza en la tierra es más débil que la débil fuerza de uno,

Pero el sindicato nos hace fuertes”.

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