Fórmula capitalista mata bebés

EDITORIAL WW-MO 10 de julio de 2018

En el transcurso de una semana en julio, los monopolios de las fórmulas para bebés expusieron que el impulso para obtener ganancias capitalistas mata infantes, y la pandilla de Trump mostró cómo un régimen imperialista sirve – o intenta hacerlo – a estos monopolios por cualquier medio despiadado que pueda. Bueno es que hayan fracasado.

Los monopolios capitalistas luchan por ganancias por encima de todos los demás objetivos. La administración de Donald Trump no solo ayuda y fomenta estos crímenes, sino que lo hace de una manera tan evidente que es imposible ignorarlo.

Un estudio de 2016 de The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, descubrió que la lactancia podría evitar 80.000 muertes infantiles al año en todo el mundo. Eso significa que Nestlé, con sede en Suiza, y Abbott Laboratories, con sede en los Estados Unidos, entre otros, ya han contribuido a millones de muertes de niñas/os a escala mundial. Abbott fue un gran contribuyente a la ceremonia de inauguración de Donald Trump.

Estas compañías han matado a millones de bebés durante décadas mediante la promoción agresiva de su fórmula para bebés. Aunque saben que es una mentira, afirman que su producto es más saludable que la leche materna. También implican en su publicidad que amamantar es lo que hacen las mujeres pobres porque no saben nada.

Ninguna fórmula hasta la fecha es más nutritiva que la leche materna, pero esa no es la causa de las muertes. El principal problema es que en los países donde es difícil obtener agua potable, mezclar la fórmula seca con agua local puede provocar diarrea u otras enfermedades que matan a los bebés. La leche materna también proporciona inmunidad a las enfermedades a través de los anticuerpos pasados ​​de madre a hija/o.

Incluso si el agua local es potable y la refrigeración está disponible, la fórmula puede costar más dinero que lo que disponen las personas. Para rendir la fórmula, la persona que cuida al bebé siente la tentación de agregar más agua, y la fórmula diluida es inadecuada para alimentar al bebé. Esto también ocurre en familias pobres en países más ricos.

Consciente de estos problemas, la Organización Mundial de la Salud ha tratado de limitar el uso de la fórmula, especialmente en los países más pobres de todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud promueve la lactancia materna como una medida de salud para salvar las vidas de los bebés y mejorar su nutrición.

Nestlé, Abbott Laboratories y otros, en su incesante búsqueda de ganancias, están tratando de expandir el mercado mundial de $11,5 mil millones en fórmula para bebés. Están desesperados porque en los países más ricos, especialmente en los Estados Unidos, más madres, por diversas razones, eligen amamantar y comprar menos fórmula. Esto lleva a la publicidad agresiva y falsa de las compañías.

Consciente de esta creciente agresividad, la OMS intentó llegar a un acuerdo sobre una resolución estándar para promover la lactancia materna en los países miembros y continuar limitando la publicidad falsa de los monopolios de fórmula. Ecuador estaba preparado para presentar la resolución.

Fue entonces cuando el imperialismo estadounidense intervino, amenazando a Ecuador con sanciones si presentaba la resolución. Cuando Ecuador retrocedió -después de todo, a ningún país pequeño le gusta estar en las miras de Washington- Estados Unidos amenazó a cualquier otro país que intentara presentarlo.

Eso significa que la administración Trump estaba usando el peso económico y diplomático del imperialismo estadounidense para promover políticas que matan a los bebés.

Rusia finalmente introdujo la medida. Y pasó. Después del alboroto en las agencias de salud a nivel mundial, EUA incluso se vio obligado a votar a favor de la resolución.

Una pequeña victoria y una gran lección.

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