Radiografía parcial pos María de Puerto Rico

“La privatización de la educación era parte del plan neoliberal por Puerto Rico.”

San Juan, PR

13 de noviembre – Nunca antes en la historia de Puerto Rico la barbarie del colonialismo había quedado tan expuesta como ahora tras el paso del huracán María. Cuando el presidente Barack Obama firmó la ley PROMESA que el Congreso estadounidense creó en junio de 2016 para cobrarle al pueblo boricua una deuda ilegítima de $74 mil millones, nunca imaginó que las condiciones del archipiélago desembocaran en el enorme caos en que ahora se encuentra. Condiciones propensas para implantar sus criminales medidas neoliberales. Es como si le sirvieran al imperio su colonia en bandeja de plata para que disponga como mejor le convenga sin mayor reparo.

¿Cuáles son estas condiciones?

Un país casi totalmente paralizado. En una macro visión y en términos económicos, se puede decir que la producción es casi cero. Sin electricidad, dependiendo de costosos generadores eléctricos que funcionan a base de diésel, son muy pocas las industrias manufactureras – farmacéuticas y de componentes electrónicos especializados sobre todo – que han recobrado alguna normalidad.

Señalando además la realidad del estado colonial, está el hecho de que éstas son grandes compañías foráneas las cuales envían las ganancias a sus dueños fuera de Puerto Rico y que – como buenos capitalistas – no tienen ningún interés en el bienestar del pueblo. Sin embargo, el persistente miedo de los arrodillados gobernantes criollos es que se vayan de la isla todas estas compañías y con ellas su artificial base económica manufacturera.

Esto además está agravado por la reciente propuesta de un proyecto del congreso estadounidense de imponer un 20 por ciento de arbitrio a las mercancías producidas por sus compañías radicadas en Puerto Rico. Si se aprueba, significará el pasaje de ida de estas manufactureras.

La gran mayoría de los pequeños negocios puertorriqueñas/os ha tenido que cerrar temporalmente y quizás permanentemente por no poder costear la enorme carga económica que implica la electricidad por generadores. Una pequeña fábrica de hielo – mercancía en alta demanda ahora – informaba recientemente en un programa radial, que pronto tendría que irse a la bancarrota por no poder seguir costeando el inmenso costo de diésel, $1000 diarios.

Brigada solidaria

Esta escritora estuvo recientemente en Puerto Rico como parte de una brigada solidaria del Partido Workers World-Mundo Obrero, junto a los camaradas Cornelious Moody, Mike Wilson y Joe Piette. Una de las tardes fuimos a dar un paseo por el Viejo San Juan, lugar histórico representativo de la isla, donde se encuentran numerosos establecimientos de negocios, restaurantes, café-teatros, tiendas.

Normalmente se encuentra lleno tanto de boricuas como de turistas. Ahora, calle tras calle lo que hay es una sucesión de puertas cerradas con candados. Algunas tiendas pequeñas abiertas a oscuras, otras con el pestilente, ruidoso y contaminador generador eléctrico tratando sus dueñas/os de sobrevivir esta catástrofe. Mientras caminaba, era difícil no pensar en la letra de la canción de nuestro Rafael Hernández “Lamento Borincano”: qué será de Borinquen…

Hay ahora lo que se podría llamar una “economía de emergencia”. Una marea de contratistas – verdaderas aves rapaces – arriba a la isla en busca de los codiciados dólares de FEMA. Hoteles lujosos cuyos propietarios son en su mayoría estadounidenses, hacen su agosto alojando personal de FEMA, militares y contratistas. Es obsceno el despliegue de corrupción a todos los niveles gubernamentales, tanto de PR como de EUA.

A espaldas del pueblo, valiéndose de la falta de comunicación por la ausencia de telefonía celular y de electricidad para seguir las noticias en televisión o radio, el gobierno de “Ricky Roselló” firma contratos a diestra y siniestra, avalados por una serie de órdenes ejecutivas que fácilmente le pueden otorgar el título de “dictador”. Y eso que la propaganda para su candidatura a gobernador era la “transparencia”.

Ryan Zinke y Whitefish

Uno de estos contratos, pese a las descargas de culpa de uno y otro lado – gobierno de PR y FEMA – es el tan cacareado de la firma Whitefish. ¡Una desconocida firma de Montana con solo dos personas, creada hace solo dos años, cobra $300 millones para restablecer la inmensa red de electricidad de la isla! Resulta revelador que Ryan Zinke, el secretario del interior de Trump es también de Montana y aunque niega su papel en la otorgación del contrato, hay una gran sospecha de su influencia en el trato.

Luego de críticas a nivel local e internacional donde se pinta al gobierno de Puerto Rico como el hazmerreír mundial, Roselló mandó a cancelar el contrato. Ahora la investigación está en manos del FBI y del congreso de EUA.

Pero ese no es el único contrato leonino. Por $200 millones se firmó otro para que junto a Whitefish levantaran el servicio eléctrico: Cobra Energy, subsidiaria de la empresa Mammoth Energy Services, con sede en Oklahoma.

Mientras tanto, a más de 50 días del paso de María, más del 70 por ciento del país sigue sin electricidad.

Casas completamente destrozadas

Luego de ir a las montañas del centro de la isla donde su población sufrió el embate mucho más que las zonas bajas, ver casas completamente destrozadas y a familias enteras más vecinos viviendo como pueden en el único cuarto que María les perdonó el techo, ver que tomaban agua contaminada, con hambre y caminaban por veredas peligrosas donde la corriente de agua se llevó parte del camino, fuimos a Ceiba. A la extensa región donde la marina estadounidense tenía su base más grande fuera de EUA – la Base Roosevelt Roads – hasta que cerró en 2004 luego de la lucha boricua por echar la marina de Vieques, que hacía parte del complejo naval de RR en Ceiba.

Allí en Ceiba, vimos enormes tiendas blancas de campaña con aire acondicionado parecidas a las que se alquilan para graduaciones y otros eventos multitudinarios. Eran los cuarteles de FEMA en la región. Militares por todas partes. Eran quienes no se alojaban en los hoteles lujosos. Seguramente eran soldados rasos. Sin embargo, gozaban de un techo y electricidad, lo que carecen cientos de hogares en la montaña que aún esperan los famosos toldos azules de FEMA.

Mientras, miles de boricuas se dirigen a los EUA en un éxodo sin precedente. Van en busca de trabajo, tratamientos médicos, pero sobre todo, educación para sus hijas e hijos.

En término de solo cuatro horas en el aeropuerto Luis Muñoz Marín de San Juan – aeropuerto privatizado en manos de una compañía mexicana – observé tres vuelos a diferentes ciudades: Atlanta, Orlando y Filadelfia. Cada vuelo tendría aproximadamente 200 pasajeras/os. Familias enteras, incluyendo algunas mascotas. Y esto de sólo una línea aérea. Seiscientas personas en cuatro horas. Se estiman ya cerca de 100.000 boricuas en poco más de un mes. Ya sea temporal o permanentemente, este éxodo es otra crisis tanto económica como política y cultural.

Hay mucho de que hablar: de la Junta de Control Fiscal y cómo busca ampliar sus poderes en la isla; sobre quién verdaderamente está gobernando en PR; sobre los esquemas de corrupción, el desempleo, y muchísimos temas más.

La privatización de la educación

Sin embargo, hay un aspecto que no se puede ignorar en estos momentos. Y es la educación, base del futuro del país y una de las primeras causas de migración.

La educación además nos da una visión de la complejidad de la vida en PR en estos momentos. Brigadas de personas van de sitio en sitio para limpiar – no hay que olvidar que la mayor parte del despeje de los caminos lo ha hecho el mismo pueblo, comunidades, organizaciones que se han ido constituyendo para resolver como pueden los problemas inmediatos. El magisterio también se ha unido a este esfuerzo; sin embargo, maestras y maestros también se encuentran en una batalla campal organizando escuelas y comunidades para defender la educación pública.

La privatización de la educación era parte del plan neoliberal antes de María. El Boston Group ya había recomendado el cierre de 500 escuelas, y 179 ya habían cerrado sus puertas antes del huracán. La secretaria de educación Julia Keleher, una estadounidense nacida en Filadelfia quien cobra más de $20.000 al mes fue contratada realmente para privatizar la educación pública de PR.

El objetivo es abrir escuelas tipo chárter. No es un accidente que la secretaria de educación de EUA, Betsy DeVos – conocida por su empeño privatizador – visitara hace unos días a PR y a las Islas Vírgenes estadounidenses.

Luego de la devastación de planteles por María, padres, madres y maestras/os se han unido a nivel nacional para limpiar escombros y tratar de restituir las escuelas de su comunidad. Decenas de escuelas se hallaban listas para comenzar a recibir estudiantes; sin embargo, la secretaria Keleher prohibía que se abrieran, prohibiendo además el uso de comedores para estudiantes quienes quizás esa fuera la única fuente de nutrición. Ante ese escenario, la Federación de Maestros de Puerto Rico comenzó una campaña de exigir la apertura de los planteles que estuvieran en condiciones aptas.

Las escuelas programadas para no abrir – y cerrarlas luego permanentemente – pertenecen a los sectores más pobres, tanto en la montaña como en la costa. Esas/os estudiantes no tendrían otra escuela cerca donde ir, negándole así la educación al pueblo.

Sin embargo, la Keleher y los entes privatizadores se han dado con un pueblo decidido a defender su educación. Madres y padres junto a maestras/os organizan asambleas donde discuten las acciones a seguir para que abran sus planteles. Temprano en la mañana, para que los medios noticiosos informen en sus programas, organizan piquetes frente a las escuelas exigiendo su apertura. Incluyendo en el Viejo San Juan, donde esta escritora participó en un piquete frente a la Escuela Abraham Lincoln. Esa escuela le sirve a las/os estudiantes del famoso barrio de La Perla.

La escuela se veía en perfecto estado y había sido utilizada como centro comunitario durante los días siguientes al huracán para proveer y coordinar ayudas. Ese mismo día del piquete se estaba usando para preparar almuerzos para que la esposa del gobernador distribuyera en otros lados. Sin embargo, el Departamento de Educación y su secretaria Keleher la querían mantener cerrada e impedirle a las/os niños de La Perla su educación.

Pese a que la secretaria estaba renuente a abrir decenas de escuelas, ha sido la movilización de madres, padres, maestras/os y la comunidad en general que están obligando a que cada día se abran más escuelas.

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