Charlottesville: Momento clave en la lucha unida contra el fascismo

14 de agosto de 2017

La siguiente es una declaración del Partido Workers World – Mundo Obrero, que envió a muchas/os de sus miembros a Charlottesville, Virginia, para derrotar a los nazis y al Klan que marcharon allí.

La salida a la luz del día de un movimiento abiertamente fascista en Estados Unidos, como sucedió el 11 y 12 de agosto en Charlottesville, Virginia, confirma al menos tres cosas sobre el estado de este país.

En primer lugar, la manipulación de los medios de comunicación y las maniobras financieras por parte de una importante sección de extrema derecha de la clase multimillonaria para posicionar a uno de los suyos en la Casa Blanca ha envalentonado a la escoria más racista, antiinmigrante, anti musulmana, antisemita, misógina, supremacista y asesina de esta decadente sociedad capitalista.

En segundo lugar, el movimiento progresista que ha crecido en defensa de los derechos de las/os trabajadores, las comunidades oprimidas negra, latina y originaria, las mujeres, las personas LGBTQ y las/os inmigrantes, rechaza ser intimidado por estos matones fuertemente armados. Las/os que protestaban contra los nazis y KKK lucharon con un valor increíble en Charlottesville.

Y tercero, la policía y otras fuerzas represivas de esta “democracia” capitalista no son protección contra la ultra-derecha. De hecho, permitieron que los fanáticos armados llevaran a cabo un desfile de antorchas tipo Nazi y Klan a través de la ciudad, algo que habría sido impensable hace apenas unos años. El movimiento progresista necesita seguir siendo autosuficiente, combativo y unido.

Los fascistas eran casi exclusivamente hombres blancos. Las/os contra-manifestantes representaban un frente unido en la acción de un amplio espectro de personas, predominantemente jóvenes, de todos los grupos demográficos de este país. Fue un atisbo inspirador del tipo de unidad y solidaridad que se necesita para vencer a los intolerantes y los plutócratas, poner fin a la violencia diaria contra las/os oprimidos, y provocar un cambio social revolucionario.

Aquellos de la clase gobernante que ven su reputación dañada, están horrorizados por lo que pasó, pero no por las razones correctas. Quieren seguir explotando y dominando la mayor parte del mundo, pero detrás de un velo de “democracia” y “derechos humanos”.

Ellos se incomodaron cuando por primera vez Trump comentó públicamente sobre el ataque asesino de uno de los fascistas que lanzó su automóvil contra una densa multitud de manifestantes, matando a la activista Heather Heyer e hiriendo a decenas más. El racista gobernante no pudo ni siquiera intentar mencionar a los grupos responsables, diciendo que condenaba “a muchos lados, a muchos lados”. Tres días después de la atrocidad, finalmente lo obligaron a ir por segunda vez a las cámaras y leer de un guión en el que los racistas y los nazis fueron nombrados.

Los acontecimientos en Charlottesville serán recordados por mucho tiempo como un momento clave en el movimiento en desarrollo para derribar las murallas de la supremacía blanca y todas las formas de intolerancia y unir a las fuerzas populares que luchan por un mundo mejor. La gente está mostrando con sus acciones que sólo tomando la lucha por la justicia en sus propias manos, sin confianza en los órganos del poder estatal, pueden lograr progreso.

El 14 de agosto, jóvenes de Durham, Carolina del Norte, derribaron una estatua confederada con sus propias manos, expresando su furia por el asesinato en Charlottesville.

¡Viva la lucha independiente de este nuevo movimiento progresista contra los fascistas, la policía y el establecimiento capitalista!

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