Parásitos del planeta

No debería sorprender a ningún trabajador/a que los ricos se están haciendo más ricos, mientras que la mayoría de las personas en todo el mundo están cada vez más pobres.  Sin embargo, las últimas estadísticas sobre la concentración mundial de la riqueza en manos de unos pocos no dejan de impresionar.

Un informe titulado “Working for the Few” (Trabajando para pocos), emitido el 20 de enero por Oxfam, una organización en contra de la pobreza con sede en Bretaña, declara que las 85 personas más ricas del mundo poseen un total de 1,7 billones de dólares, lo que equivale a la riqueza acumulada por las 3,5 mil millones de personas más pobres del mundo — la mitad de la población mundial.  Además, casi la mitad de la riqueza del planeta — la gigantesca cifra de $110 billones dólares — es propiedad del 1% más rico.

Artículos en este periódico han declarado que los súper ricos se beneficiaron de la reciente crisis financiera mundial, mientras que las masas de los pueblos del mundo se empobrecieron.  Oxfam también toma nota de este hecho y señala que los multimillonarios del mundo obtuvieron el 95 por ciento del crecimiento después de la crisis, una tendencia que dice es especialmente cierta en los Estados Unidos.  Workers World/Mundo Obrero ha tomado nota de las gigantescas ganancias corporativas captadas durante “la recuperación sin empleo” en los Estados Unidos y el empobrecimiento de la clase obrera aquí, ya que millones siguen sin empleo o subempleados/as y necesitan cupones de alimentos y otros beneficios sociales para sobrevivir.

¿Qué pueden hacer las/os activistas políticos mientras luchan junto a las/os trabajadores y oprimidos en nuestras ciudades en este período?  Nos unimos a todas/os quienes exijan impuestos corporativos más altos, más programas del gobierno incluyendo seguro por desempleo y cupones de alimentos, salarios más altos, derechos de negociación colectiva y otros derechos económicos y beneficios sociales para la mayoría del pueblo.

Sin embargo, decimos que la lucha tiene que ir más allá y golpear con fuerza al sistema capitalista.  La desigualdad económica y social es inherente a este sistema, con raíces en la propiedad privada de los medios de producción.

La explotación de la clase trabajadora multinacional por los patronos también es intrínseca al capitalismo.  Como la meta de toda producción es conseguir ganancias y llenar los bolsillos de los patronos, a las/os trabajadores se les paga solo una fracción del valor que producen. La labor de la clase trabajadora ha creado toda la riqueza de los capitalistas.  Los propietarios no han creado nada.

Mientras los capitalistas acumulan más riqueza a partir de la explotación y súper explotación de su fuerza de trabajo, reinvierten el dinero, compran empresas y se expanden, siempre en busca de aumentar sus riquezas sobre las espaldas de quienes lo producen todo.

De hecho, en su feroz guerra contra la clase trabajadora aquí y en todo el mundo, los patronos  de las empresas están tratando de destruir los sindicatos y reducir los salarios, mientras luchan contra la subida del sueldo mínimo, buscando siempre la mano de obra más barata por el mundo para maximizar las ganancias y aumentar aún más su riqueza.

No importa cuánta riqueza acumule la clase capitalista, la riqueza no se filtrará a las/os trabajadores.  De hecho, como lo demuestra el estudio de la Oxfam, la fenomenal riqueza concentrada en manos de unos pocos, no ha ayudado a la mayoría de los pueblos del mundo.  Aún más, han perdido terreno.  El desempleo, el hambre, la falta de vivienda y otros indicadores inhumanos del capitalismo están en aumento por todo el mundo.

WW/MO quiere deshacerse de este sistema de explotación.  Decimos que es la hora de levantar el nivel de la lucha y apuntar contra el capitalismo con el fin de acabar con la desigualdad, la injusticia, la opresión y el empobrecimiento para siempre.

Solo el socialismo puede llevar a la sociedad hacia adelante, cuando los medios de producción sean transferidos desde la propiedad de unos pocos a las manos colectivas de la clase trabajadora multinacional.  Entonces, todos los frutos de nuestro trabajo se utilizarían para el bien de la humanidad — para la vivienda, el cuidado de salud, la educación, la alimentación nutritiva y todo lo demás.

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