Latinoamericanos/as desafían EE.UU., respaldan Ecuador en materia de asilo WikiLeaks

Ecuador, con el apoyo de gran parte de Latinoamérica, está en lo que podría ser un enfrentamiento a largo plazo con el imperialismo británico sobre el destino del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

En lo que fue una acción heroica, Ecuador le ofreció asilo político a Assange. El gobierno británico, actuando como el viejo imperio, amenazó con violar la soberanía del Ecuador y asaltar su embajada en Londres. Gran parte de Latinoamérica se puso del lado de Ecuador y obligó a Bretaña a retirar sus amenazas.

Detrás de todo ello está el intento del gobierno de Barack Obama de perseguir a cualquier persona que exponga los crímenes del imperialismo estadounidense. Washington, con sus aliados de la OTAN, está tratando de conquistar las partes del antiguo mundo colonial que todavía mantienen cierta independencia o que quieren controlar sus propios recursos.

WikiLeaks expuso los crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak y Afganistán, y muchas de las otras maquinaciones de la política exterior de EE.UU. La organización filtró cientos de miles de mensajes de embajadas estadounidenses en todo el mundo y publicó algunos videos de ataques militares en Irak.

En agosto de 2010, la presión de EE.UU. llevó a Suecia exigir que Assange fuera llevado de Bretaña para hacer frente a una investigación por acusaciones de agresión sexual. Como dice en un comunicado la organización británica, Women Against Rape (Mujeres contra la violación sexual): “Hay una larga tradición del uso de la violación y el asalto sexual para agendas políticas que nada tienen que ver con la seguridad de las mujeres”. (Guardian, 9 de diciembre de 2010)

Nadie puede creer que las autoridades suecas le habrían dado seguimiento a las acusaciones de no haber sido por la presión de EE.UU. para perseguir a Assange y poner un alto a quienes denuncien los crímenes de guerra de Estados Unidos.

Assange teme — y la mayoría de la gente cree que sus temores están justificados — que si va a Suecia para discutir las acusaciones, sería inmediatamente extraditado a Estados Unidos. Entonces EE.UU. lo acusaría de traición por revelar secretos de este país. Él enfrentaría un encarcelamiento prolongado e incluso una posible pena de muerte.

En vista de esto, Assange, un ciudadano australiano que no ha podido salir de Bretaña, pidió asilo en Ecuador el 19 de junio. El presidente de Ecuador Rafael Correa, en un valiente desafío a los deseos evidentes de Washington, le ofreció asilo basado en el riesgo de que se le imponga la pena capital si Assange es juzgado en EE.UU.

Entonces, el gobierno británico no solamente amenazó con que le impedirían salir de Bretaña sino que, según el Embajador de Ecuador, asaltarían la Embajada ecuatoriana.

Como respuesta a este escandaloso desafío a la soberanía del Ecuador, los países de la Alianza Bolivariana para América Latina y de UNASUR, que incluye a Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, se han puesto al lado del Ecuador y en contra de Bretaña — que en este caso también significa desafiar al imperialismo estadounidense.

En un comunicado desde el balcón de la embajada ecuatoriana el 19 de agosto, Assange dijo: “Le pido al presidente Obama que haga lo correcto. Estados Unidos debe renunciar a su caza de brujas contra WikiLeaks. Estados Unidos debe abandonar su investigación por el FBI. Estados Unidos debe prometer que no va a enjuiciar a nuestro personal ni a nuestros/as seguidores/as”.

Assange también elogió al Pfc. B. Manning, un analista de inteligencia del ejército estadounidense, a quien EE.UU. ha acusado de pasar documentos clasificados a WikiLieaks. Manning, que recientemente se identificó como una persona trans-sexual, había sido detenido por más de un año en aislamiento en prisiones militares de Estados Unidos, bajo condiciones que algunas organizaciones consideran equivalentes a la tortura. Assange dijo que Manning es “uno de los prisioneros políticos principales del mundo” y un héroe si hizo lo que le acusan de haber hecho. (Boston Globe, 20 de agosto).

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