Mundo Obrero
PÁGINA PRINCIPAL : :  ARCHIVO : 2012 : 2011 : 2010 : 2009 : 2008 : 2007 : 2006 : 2005
Correspondencia sobre artículos en Workers World/Mundo Obrero pueden ser enviadas a:
[email protected]

Después de más de una década de lucha

Agricultores africano-americanos ganan indemnización

Por Abayomi Azikiwe Editor de Pan-African News Wire

El 18 de febrero, el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA por las siglas en inglés) anunció la reciente resolución para proporcionar indemnización y recursos a los agricultores africano-americanos. Una organización que representa a los agricultores africano-americanos, la Federación de Cooperativas del Sur / Fondo de Ayuda de Tierra- fundada en 1967, acogió con satisfacción el acuerdo anunciado.

En febrero se celebraron manifestaciones en apoyo a las demandas presentadas por los agricultores africano-americanos que buscan poner fin a la pérdida de tierras y a las políticas racistas de la USDA que han obligado a millones de personas por décadas a abandonar las zonas rurales del sur. Hubo manifestaciones en Washington, DC; Little Rock, Arkansas; Memphis, Tennessee; Jackson, Mississippi; Montgomery, Alabama; Columbus, Georgia; Columbia, Carolina del Sur; y en Richmond, Virginia.

Los agricultores exigían una solución al acuerdo judicial de 1999 que debía proporcionar una compensación por las décadas de prácticas discriminatorias de la USDA. Sin embargo, la burocracia federal puso enormes obstáculos que impidieron que los agricultores recibieran los fondos de la resolución. Sólo 15.000 de los agricultores africano-americanos fueron capaces de navegar a través del complicado papeleo para cobrar la indemnización que según se informó, era apenas un promedio de $50.000 por familia. La mayoría de los agricultores fueron excluidos, y en el 2008 el Congreso de EEUU reconoció que había problemas y concedió un plazo adicional para que otras 70.000 personas solicitaran la indemnización.

A pesar de este supuesto compromiso de acelerar la tramitación de solicitudes de indemnización, el Congreso recortó unos $1,5 mil millones en financiamiento que el presidente Barack Obama había incluido en el primer presupuesto de la actual administración, diseñados específicamente para los agricultores negros. Obama ha incluido una cantidad similar en el presupuesto para el próximo año fiscal que está en marcha ante el Congreso.

Según el representante Mel Watt, del Partido Demócrata de Carolina del Norte, miembro del Caucus Negro del Congreso, “La cuestión principal ahora, creo, es que no hay dinero asignado al pago de los demandantes”. A pesar del hecho de que el Partido Demócrata controla ambas cámaras del Congreso, no hay ningún compromiso real para abordar los problemas de los agricultores africano-americanos.

En una manifestación fuera de la USDA el 15 de febrero, John Boyd, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Negros, trajo a los legisladores 538 mazorcas de maíz y paquetes de semillas de flores “No-Me-Olvides”, exigiendo que cada miembro/a de la Cámara de Representantes y del Senado incluya la suma de $1,5 miles de millones en el presupuesto de 2010 para la compensación. “Nuestro largo camino a la justicia debe ahora llegar a un feliz término”, dijo Boyd.

Boyd continuó diciendo: “Hemos sufrido muchas dificultades, esperado muchos años y viajado muchas millas. Ahora es el momento para que el Congreso haga su parte y proporcione equidad para los agricultores negros. Miles de agricultores que no pueden estar en Washington mostraron su apoyo al viajar largas distancias a través de la nieve y la lluvia para unirse a nuestras manifestaciones. Estamos aquí para representarlos y hacer que se cumpla el trabajo. “(PRWEB, 15 de feb.)

En una conferencia de prensa del 4 de febrero, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, respondió a una pregunta relacionada con la difícil situación de los agricultores africano-americanos. Gibbs, dijo, “Claramente, es algo importante para él [Obama]. Ha sido un tema trabajado por el gobierno federal durante varias administraciones y que ha durado muchos años. Obviamente, el garantizar que se haga justicia es importante en esta situación”. (PRWEB, 15 de feb.)

La portavoz del fondo, Heather Gray dijo sobre la reciente resolución: “Tras años de negociaciones y preguntas, para los agricultores negros que nunca han podido resolver sus denuncias de discriminación contra el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, por fin hay algo de esperanza. La administración de Obama y los abogados que representan a los agricultores negros han llegado a un acuerdo en la segunda fase de la demanda inicialmente presentada por los agricultores negros contra el USDA en 1999”. (The Federation/LAF, 18 de feb.)

Según el director ejecutivo del Fondo, Ralph Paige: “El acuerdo tan esperado en esta segunda fase de la demanda Pigford es un gran paso adelante. La suma de $1,25 mil millones propuesta por la administración de Obama es un gran adelanto sobre los $100 millones ofrecidos por el Congreso en la Ley Agrícola de 2008. Ahora hay esperanza de que los miles de agricultores negros cuyos casos han estado pendientes puedan recibir el dinero y recompensa por los daños después de décadas de discriminación”.

Una historia de discriminación

y pérdida de tierras

La difícil situación de los agricultores africano-americanos no es en absoluto un fenómeno nuevo y las reclamaciones contra el gobierno federal no se originaron con la demanda presentada durante la década de 1990. Este problema se deriva de la herencia de esclavitud, del fracaso de la reconstrucción y de las continuadas prácticas discriminatorias de la USDA y los bancos.

Aunque el movimiento abolicionista luchó por décadas para terminar con la esclavitud, tomaría una Guerra Civil sangrienta que duró cuatro años para colapsar esta institución arraigada en la explotación y opresión extrema de cuatro millones de personas de descendencia africana. La cuestión de cuáles provisiones serían otorgadas a los/as ex-esclavos/as, y también para los/as llamados/as africanos/as libres, fue discutida durante la guerra pero no fue dispuesta formalmente.

En 1862 algunos comandantes del ejército de la Unión comenzaron a dividir las plantaciones en las zonas liberadas del sur y proveyeron arreglos para pequeños agricultores africanos.

En 1865 la primera Ley de la Agencia de Hombres Liberados desarrolló planes para la venta de terrenos de 40 acres a los ex-esclavos a precios baratos. Estos terrenos hubieran sido de las plantaciones evacuadas y de las zonas que no estaban pobladas durante este período.

No obstante, a finales del 1865, el presidente Andrew Jackson paró estas iniciativas por el ejército de la Unión de repartir terrenos a los ex-esclavos. Otro acuerdo que fue establecido en 1866 también promulgó propuestas para la redistribución de tierras, pero a estas acciones les faltaba un mecanismo efectivo para su ejecución y consecuentemente apenas fueron implementadas.

Con la falta del compromiso por parte del gobierno para la redistribución de tierras en el sur, la adquisición de ranchos por africano-americanos tuvo lugar mayormente de forma individual. Muchos africano-americanos pudieron conseguir tierra como resultado de las terribles condiciones económicas prevalecientes en el sur después de la Guerra Civil.

En un estudio de Bruce J. Reynolds en 2002 titulado “Agricultores negros en América, 1865-2000: la búsqueda de la agricultura independiente y el rol de las cooperativas”, dice Reynolds que “W.E.B. DuBois estimó el progreso de la pertenencia de tierras por agricultores negros en el siglo 19 de la siguiente manera: 3 millones de acres en 1875, 8 millones en 1890, y 12 millones en 1900. El Censo de Agricultura muestra un aumento continuo del número de agricultores que eran dueños de tierra en el sur del 1880 al 1890 y otra vez en 1900, pero no distingue entre dueños blancos y no blancos hasta el 1900. Las cifras del censo muestran que el 1920 fue el año con el máximo número de dueños no blancos de tierras agrícola en el sur. En términos de la cantidad de acres en propiedad, el censo muestra que el 1910 fue el año máximo en el sur. Más de 12,8 millones de acres eran propiedad completa o parcialmente respectivamente, de 175.290 y 43.177 agricultores no blancos”.

Sin embargo el ascenso de organizaciones terroristas como el Ku Klux Klan y el abandono de la reconstrucción por el gobierno federal dejaron a los agricultores africano-americanos y sus familias vulnerables a las campañas sistemáticas fomentadas por los racistas que forzaron a muchas personas a huir de sus ranchos violentamente y por la implementación de leyes estatales a favor de las élites que habían sido dueñas de esclavos. Este proceso continuaría en el siglo 20, resultando en la pérdida de millones de acres de tierra adquirida por africano-americanos en el sur.

Estos esfuerzos de sacar a los agricultores africano-americanos de sus tierras estaban combinados con la sistemática negación de crédito y por la adquisición por corporaciones de la tierra agrícola que ocurrió durante los últimos años del siglo 20. Más agricultores comenzaron a ver en la agricultura cooperativa una medida de mantener su subsistencia y su acceso a la tierra.

Sin embargo, como señala Reynolds: “La población de agricultores independientes está disminuyendo como resultado de la consolidación de granjas y también por los sistemas de contratación que disminuyen los requisitos de tomar decisiones por los agricultores. Mientras continúe esta tendencia, la utilidad de las cooperativas, así como la capacidad de los agricultores para organizarlas, disminuirán”.

Para el año 1992, el Censo de Agricultura de los Estados Unidos reportó que solo quedaban 18.000 agricultores africano-americanos y que la propiedad de tierras había menguado a 2,3 millones de acres. Desde los primeros años de la década de 1990 las condiciones para los agricultores africano-americanos han empeorado con la creciente crisis económica que ha afectado desproporcionadamente a los grupos nacionalmente oprimidos en los Estados Unidos.

El clamor de los agricultores africano-americanos forma una parte integral de la cuestión de opresión nacional en los Estados Unidos. Está íntimamente ligada a la crisis económica y a su impacto sobre los/as africano-americanos/as, resultando en la pérdida de millones de empleos y en ejecuciones hipotecarias. Consecuentemente, la lucha por la justicia para los agricultores africano-americanos debe incluirse junto a las otras demandas, incluyendo un verdadero programa de empleos para poner a trabajar a las decenas de millones de trabajadores/as que están sufriendo los efectos de la intensificación de la crisis económica en el sistema capitalista mundial.


: :  MUNDO OBRERO : :  NOTICIAS EN INGLES  : :