Agentes del FBI asesinan a líder musulmán de Michigan

Por Abayomi Azikiwe
Editor, Red de Noticias Panafricana
Detroit

Un conocido líder musulmán africano-americano de Detroit fue asesinado por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) el 28 de octubre en un almacén en Dearborn. El imán Luqman Ameen Abdullah de 53 años de edad, quien encabezaba la mezquita Masjid Al-Haqq en el oeste de la ciudad, fue asesinado durante una serie de redadas por agentes federales y oficiales de la policía que resultó en el arresto de 11 personas.

Los reportajes de la prensa corporativa sobre el asesinato del imán Abdullah y el arresto de los otros describen el hecho como una “operación antiterrorista”, aunque las denuncias de crimen, que eran la base para las redadas, no hacían alusión a violaciones de la ley federal o a actos de terrorismo.

Una declaración conjunta del FBI y la oficina de la Fiscalía General de Estados Unidos dice que “los 11 acusados son miembros de un grupo que presuntamente ha estado envuelto en actividades violentas por un período de muchos años y se sabe que están armados”.

Sin embargo, muchas personas que conocían al imán Abdullah y a los miembros de la mezquita Masjid Al-Haqq dicen que el grupo trabajó arduamente en las comunidades oprimidas que rodean al templo para eliminar las desgracias sociales que han resultado de muchos años de explotación y descuido.

El templo mismo fue víctima de la crisis económica que sigue empeorando en Detroit. El 20 de enero la Masjid Al-Haqq fue desalojada del edificio donde residía por muchos años como resultado de una retoma del lugar por falta de pago de impuestos. El templo fue trasladado a una casa en Clairmount, la cual también fue objeto de las redadas del 28 de octubre.

Dawud Walid, director ejecutivo del Consejo sobre las Relaciones Musulmana-Americanas (CRAM), capítulo de Michigan, dijo sobre el imán Abdullah que “Yo lo considero un imán respetado en la comunidad musulmana”.

Walid continuó diciendo que “no tenemos ninguna información sobre actividades ilegales en el templo”. Walid dijo sobre el imán Abdullah que “él daría todo por su gente. La congregación que él lideraba era muy pobre. El alimentó a mucha gente cristiana en su comunidad. Ayudó y asistió a muchos jóvenes con problemas. Gente que vivía con hambre iban a verle y él les dejaba dormir en el templo. Él les refugiaba del mal tiempo”. (Detroit News, 29 de octubre)

El líder del CRAM, dijo, “Ellos no tienen ningún nexo con el terrorismo nacional o internacionalmente. ¿Qué tiene que ver el Islam con estos cargos? ¿Por qué la religión ha sido involucrada?

Reviviendo el Cointelpro

No sólo el FBI y la prensa capitalista están utilizando la farsa del “extremismo islámico”, sino que también están intentando conectar los movimientos revolucionarios que surgieron durante los años sesenta con el arresto de los miembros de la Masjid Al-Haqq y la muerte del imán Abdullah.

Debido a la cercana relación entre el imán Jamil Abdullah al-Amin, anteriormente conocido como H. Rap Brown y el imán Abdullah durante años anteriores, el papel del Comité Coordinador de Estudiantes para la no Violencia (SNCC por las siglas en inglés)) y el Partido Panteras Negras (BPP), han sido evocados en la cobertura de las noticias sobre los asaltos del FBI y la policía. El imán Al-Amin fue organizador del SNCC y luego sirvió como presidente nacional del grupo sobre derechos civiles y poder negro (BPP) en 1967-68.

Al-Amin, quien actualmente está sirviendo una sentencia de por vida en Georgia luego de haber sido condenado por la muerte de un asistente del alguacil y herir a otro en Atlanta en el 2000, también brevemente tuvo la posición de Ministro de Justicia en el Partido de las Panteras Negras durante el año 1968. El imán Al-Amin sirvió como presidente del SNNC durante el período de extrema represión en contra de la organización, en 1967-68.

Al-Amin siempre ha mantenido su inocencia sobre la muerte de los oficiales en Atlanta y por muchos años ha tratado de ganar una apelación en este caso. Reportes del sistema de prisión en Georgia donde él está detenido indican que él ha sido hostigado y puesto en aislamiento en numerosas ocasiones.

El SNCC fue culpado en parte por el FBI y la prensa capitalista durante los años de 1967-68, de las rebeliones urbanas que brotaron en más de 200 ciudades. El Partido de las Panteras Negras iba a sufrir el peso de las operaciones del Programa de Contra Inteligencia (Cointelpro), que estaban dirigidas en contra de la comunidad africana-americana.

Más de dos docenas de miembros del BPP fueron asesinados entre 1968 y 1971 cuando el ex director del FBI Edgar Hoover calificó a la organización como la amenaza más peligrosa para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Cientos de panteras y otros/as revolucionarios/as de esa época fueron arrestados/as y falsamente incriminados/as. Muchos/as otros/as fueron forzados/as al exilio o a la vida clandestina dentro de los Estados Unidos.

Según la denuncia del FBI, que consiste de 45 páginas de alegatos sumamente falsos, Abdullah “llama a sus seguidores a un yihad ofensivo” y dice que deben “tener una arma y no deben tener miedo de usar su arma cuando sea necesario”.

No obstante, David Nu’man, quien vive en Detroit y consideraba al imán Abdullah como su amigo, enfatiza que él está muy escéptico en cuanto a lo que dicen sobre el líder musulmán y sus seguidores. “No parece ir con su carácter”. (Detroit News, 29 de octubre).

Ron Scott, uno de los miembros fundadores del capítulo de Detroit del Partido de las Panteras Negras en 1968, habló con la Red de Noticias Panafricana sobre la muerte del imán Abdullah y las detenciones de miembros de la Masjid Al-Haqq.

Scott, ahora el portavoz de la Coalición de Detroit en Contra de la Brutalidad Policiaca y anfitrión del programa local de TV “Para mi gente”, y quien es también anfitrión del programa de radio “Luchando por la justicia” que es emitido cada semana, expresó incredulidad sobre las alegaciones contra Abdullah y los que fueron detenidos.

“Esto refleja una norma de represión que no hemos visto desde hace mucho tiempo”, dijo Scott a la Red de Noticias Panafricanas el 29 de octubre. “Debe haber una investigación independiente sobre las circunstancias alrededor de la muerte del imán Abdullah”.

El Comité de Emergencia de Michigan contra la Guerra e Injusticia (MECAWI) discutió el asesinato del imán Abdullah en su reunión semanal del 28 de octubre en Detroit. Al próximo día, en una llamada a las oficinas del CRAM, un representante de MECAWI le expresó condolencias y solidaridad a la comunidad musulmana.

MECAWI ofreció su apoyo para cualquier protesta organizada para demandar justicia por la muerte del imán Abdullah y las detenciones de otros miembros musulmanes de la Masjid Al-Haqq. Walid, el director ejecutivo que respondió la llamada de MECAWI, expresó su agradecimiento por las condolencias y la preocupación expresada por la organización antiguerra.

Antecedentes de la muerte del imán Abdullah

Desde los ataques del 11 de septiembre del 2001 a las torres gemelas y al Pentágono, la represión contra las comunidades musulmanas, medio-orientales y surasiáticas en los Estados Unidos ha aumentado a un ritmo perturbador. Varias personas han sido atacadas y asesinadas en violencia racista.

Mucha gente más de estas comunidades ha sido encarcelada injustamente y deportada. Varias organizaciones caritativas han sido perseguidas y llevadas a la corte por presuntamente financiar a grupos “terroristas” y algunas han sido forzadas a cerrar por el gobierno estadounidense.

Hasta el CRAM ha sido objetivo de los esfuerzas gubernamentales. Durante el 2007 en Texas, miembros de una organización caritativa islámica fueron enjuiciados por supuestamente haber financiado a Hizbolá en el Líbano.

La conversión a la religión islámica dentro de la comunidad africana-americana ha aumentado significativamente durante las últimas décadas. El gobierno federal ha usado tanto el flagelo de la histeria anti-islámica como el racismo para intensificar el aparato represivo en los Estados Unidos. Este patrón de vigilancia, hostigamiento y arrestos ilegales es utilizado en un esfuerzo desesperado de la agencia de la Seguridad de la Patria y el Pentágono para conseguir apoyo para las guerras continuadas contra Irak, Afganistán y Pakistán.

Además de estas naciones del Medio Oriente y Asia, los países de Sudán y Somalia en el continente africano, que son predominantemente musulmanes, también han sido puntos focales de la intervención imperialista estadounidense durante los últimos años. Muchos de los países en camino de desarrollo que han sido identificados por los imperialistas estadounidenses como objetivos para la desestabilización y ocupación, tienen poblaciones mayoritariamente musulmanas de personas de color.

Por consiguiente, las organizaciones de derechos humanos, derechos civiles y contra la guerra deben ver la corriente ola de represión contra la comunidad musulmana como una que tiene un propósito tanto doméstico como de política exterior. Al satanizar la comunidad musulmana, ya sean musulmanes de descendencia africana, medio-oriental o asiática, le da un mecanismo al aparato represivo del estado para justificar la continuación y la intensificación del envolvimiento militar en el exterior.

Al mismo tiempo, el aumento en la represión contra las comunidades africana-americanas, musulmanas, latinas, y de otras comunidades de la clase trabajadora dentro de los Estados Unidos, está diseñada para impedir la posibilidad de que la gente se organice contra la creciente crisis económica que está afectando desproporcionadamente a la gente oprimida dentro de este país.

No obstante, la lucha contra esta ola de represión puede potencialmente unir a los/as trabajadores/as y los/as oprimidos/as de amplios sectores de los Estados Unidos en una alianza con los países en camino de desarrollo que están bajo la creciente amenaza del imperialismo estadounidense.