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Un debate macabro

¿Cuántas muertes de civiles en Irak desde la invasión?

Por John Catalinotto

Hay evidencia de que un nuevo y extenso estudio de muertes violentas en Irak bajo la ocupación de los EEUU subestima seriamente el número de muertes iraquíes.

El propósito aparente del estudio era minar la confianza en un estudio anterior que reportaba muchas más muertes iraquíes durante el mismo período. Una mirada al impacto político del estudio y a la técnica utilizada así lo revela.

Los investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgaron el 9 de enero que la mejor estimación del número de muertes violentas de civiles iraquíes entre marzo de 2003 y junio de 2006 es de 151.000. Su informe se basa en un cuestionario extenso de hogares iraquíes en 2006 realizado por el ministerio de salud del régimen títere iraquí. El informe fue publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM).

El reporte de la OMS revela su carácter político específicamente mencionando para una comparación, otros dos estimados de muertes violentas en Irak durante el mismo período. El Cálculo de Cuerpos de Irak (CCI), recolectado por un grupo en Bretaña que utiliza principalmente los informes de muertes violentas de los medios de comunicación, puso este número en 48.000. Un estudio de Johns Hopkins, publicado en el Lancet, un periódico médico británico, estimó en 600.000 las muertes violentas en ese período.

Para más simplicidad hemos redondeado los números publicados, que son cálculos aproximados.

Tanto política como numéricamente, el reporte de la OMS es un acomodamiento entre los otros dos. Mientras que es tres veces el número del CCI, es solamente una cuarta parte del número de Johns Hopkins.

Bush minimiza las muertes

El imperialismo estadounidense en general y la administración de Bush en particular quisieran reducir al mínimo la percepción del daño que la ocupación y la guerra estadounidense y británica han hecho. Bush incluso intenta argumentar que la invasión “ayudó de alguna manera” al pueblo iraquí.

Cuando el CCI comenzó a publicar las figuras de muertes iraquíes, Bush y el primer ministro británico Tony Blair atacaron al CCI por estar exagerando. Después, luego que los estimados de Hopkins fueran publicados, en declaraciones públicas sobre Irak Bush comenzó a usar los números del CCI que eran mucho más bajos. Bush también ha intentado culpar a la resistencia o a lo que él describe como “Al Qaeda”, de las muertes civiles.

Pocas personas creen ahora que las muertes violentas calculadas por los reportajes de los medios, que informan de las muertes causadas casi exclusivamente por bombardeos y solamente en las ciudades grandes, pueden ser estimadas correctamente.

Los simpatizantes de la resistencia iraquí y mucha gente que está en contra de la guerra mundialmente han aceptado el estimado de Hopkins como uno razonable. Estos números, basados en una técnica de muestreo estándar, son más creíbles que los del CCI.

Los estimados de Hopkins tienen un impacto político. Agreguemos las muertes desde junio de 2006 a la figura de 600.000 dada en aquel momento y el número estimado es de más de un millón. Este número convierte a la ocupación estadounidense de Irak de una guerra ilegal “normal” en un acto del genocidio. Y ése es el porqué Washington desea desacreditar el estudio de Hopkins.

Si sumamos al millón de muertes las 1,5 millones de muertes del período entre 1990 y 2003 causadas por las sanciones de los EEUU contra Irak, las políticas de Washington han ocasionado la muerte de 2 a 3 millones de iraquíes: niñ@s, civiles y combatientes. Además, la ocupación por parte de los EEUU ha fracasado aún después de 58 meses, de restablecer cualquier semblanza de estabilidad en Irak. El pueblo aún sufre de la falta de cuidado médico, poco acceso a agua potable, alcantarillado inadecuado y escasa electricidad. Las muertes “no violentas” resultantes de estas fuentes ni siquiera han sido incluidas en el total en el reporte de la Organización Mundial de la Salud.

Muchos de los medios de comunicación en los EEUU aceptaron el reporte de la OMS, principalmente para atacar el reporte de Hopkins. Si no existiera el estudio de Hopkins, los mismos medios sin duda alguna hubieran rechazado y atacado un reporte de 151.000 muertes cuando Bush afirmaba que habían sólo 50.000.

Problemas con el estudio de la OMS

El estudio de la OMS entrevistó gente en 1.080 “grupos” y en 10.800 domicilios. Aunque esto era cinco veces más grande que la muestra de Johns Hopkins, ambas muestras, al azar, son lo suficientemente grandes para obtener un resultado preciso bajo condiciones normales. Pero las condiciones estaban lejos de ser normales.

Las condiciones inestables y precarias son en si una prueba del fracaso de la ocupación. Es imposible establecer un estimado universalmente aceptable de la cifra de muertes. El régimen de Irak ni siquiera puede hacer un censo preciso de la población.

Aquí hay tres factores contribuyentes a la inexactitud del estudio y una subestimación de las muertes.

Aproximadamente 115 de los 1080 grupos entrevistados (un 10,6 por ciento) estaban en zonas tan peligrosas que los investigadores del Ministerio de Salud no se arriesgaron a entrar. Estos estaban en las provincias de Anbar y Nineveh y en partes de Bagdad. El estudio de la OMS tuvo que utilizar cifras del CCI en esas zonas como base para estimar las muertes allí. Como la cobertura de los medios noticieros era tan inconsistente en esas provincias, la forma de contar del CCI resultaría en una subestimación de la cifra de muertes.

Quienes hacían las preguntas estaban conectados al gobierno títere, y mucha gente pudo sentir miedo de hablar honestamente por si diera la apariencia de que fueran parientes de la resistencia. Les Roberts, uno de los autores principales del estudio de Johns Hopkins, dice del reporte de la OMS: “Nosotros confirmamos las muertes con certificados de defunción, ellos no lo hicieron. Como los investigadores del estudio de la NEJM [el estudio de la OMS] trabajaban para los de un lado del conflicto, es probable que la gente no iba a admitir muertes violentas a los trabajadores del estudio”.

Un tercer factor es que el estudio del CCI y de Johns Hopkins, más el conocimiento general sobre el nivel del combate en Irak, indican un incremento en las muertes de año a año. Pero el estudio del OMS asegura que el nivel de muertes se mantuvo constante año por año. Roberts escribe: “Ellos encontraron una tasa de violencia más o menos estable entre 2003 y 2006. Los datos del depósito de cadáveres de Bagdad, los datos de los entierros de Najaf, los datos de ataques del Pentágono, y nuestros datos todos indican un aumento dramático en 2005 y 2006”.

Este y otros factores indican que el reporte subestima las muertes violentas y así minimiza la amplitud de los crímenes de los EEUU en Irak.

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