Usados y luego descartados

Por Caleb T. Maupin

Rosa Luxemburgo, la revolucionaria polaca y valerosa oponente de la guerra imperialista, escribió de los soldados que regresaban a Alemania después de la Primera Guerra Mundial que ellos habían “sacrificado la cantidad más grande de sangre y posesiones” pero que “regresaban a condiciones de necesidad y miseria, mientras que billones de dólares han sido acumulados en manos de unos pocos”.

Ella diría lo mismo hoy de los soldados estadounidenses.

Los hombres y mujeres jóvenes que, con frecuencia impulsados por necesidades económicas se inscriben al servicio militar son traicionad@s. Los reclutadores patrullan los barrios pobres y oprimidos llevando promesas de beneficios para veteran@s. Los políticos capitalistas se jactan sobre cuánto “apoyan a las tropas”.

Pero a pesar de toda su retórica y de todas las promesas vacías de los reclutadores, actualmente hay en los Estados Unidos 1,8 millones de veteran@s que no tienen seguro de salud ni acceso a cuidado médico, según el Washington Post del 21 de junio.

Parece que aunque l@s jóvenes donen su cuerpo a los que dominan este país, todavía no pueden conseguir lo que está garantizado en los países socialistas y hasta en algunos países capitalistas: cuidado de salud gratuito para tod@s.

Ya era un escándalo el que 45 millones de personas en los Estados Unidos no tuvieran alguna forma de cobertura de salud. Ahora, cuando cualquier persona supuestamente importante profesa su amor por las tropas que están luchando en la guerra de los ricos, es doblemente escandaloso el que ni siquiera l@s veteran@s puedan obtener servicios de salud.

Añadió el artículo del Post: “Las filas de l@s veteran@s sin seguro han aumentado 290.000 desde el 2000, dijo Stephanie J. Woolhandler, la profesora de Harvard Medical School que presentó sus hallazgos al Comité de Representantes de los Estados Unidos sobre Asuntos de Veteranos. Cerca del 12,7 por ciento de veteran@s no-envejecientes — o uno de cada ocho - no tenía seguro de salud en 2004, el año más reciente con cifras disponibles, dijo, aumentando lo que en el 2000 era del 9,9 por ciento.”

Algun@s de est@s veterarn@s son elegibles para recibir los servicios de la Administración de Veteranos, pero no hay hospitales o facilidades cerca de donde viven. Recientemente el gobierno ha cerrado muchos de ellos — justo cuando están regresando much@s veteran@s con problemas múltiples.

Otra investigación reciente, llevada a cabo por el Dr. Drew A. Helmer para el Baylor College of Medicine, descubrió que en un grupo de 56 veteran@s que regresaron de Irak y Afganistán, el promedio era de cuatro problemas físicos por cada un@, y que un 55 por ciento sufría de trastornos mentales. Estas investigaciones fueron publicadas en el Periódico de Medicina Ocupacional y Ambiental (Journal of Occupational and Environmental Medicine).

Quizás esta cruel indiferencia hacia l@s veteran@s no debe sorprender.

Bajo el capitalismo l@s trabajador@s están despedid@s cuando su trabajo ya no rinde muchas ganancias; la vivienda pública es reducida mientras aumenta el número de personas sin vivienda; se hacen recortes a los programas de cupones para alimentos; las escuelas están deteriorándose y los salones de clases están abarrotados de estudiantes mientras los ingresos de los súper ricos suben extraordinariamente.

En un sistema basado en las ganancias, cuando la gente ya no es instrumento útil para los que llenan las salas del poder, será desechada como cosa inútil, no importa cuántas promesas tengan que romperse. El único recurso para l@s veteran@s es organizarse y utilizar sus habilidades para resistir y luchar.