SUPERDOME II
Tasa de mortandad en Nueva Orleáns sube 47%
Por Ellen Catalinotto
L@s residentes de Nueva Orleáns están muriendo a un ritmo de 47 por
ciento más que los niveles normales desde el huracán Katrina.
Cuando el huracán asestó su golpe en 2005, las agencias
gubernamentales racistas e incompetentes fracasaron en proporcionar agua,
alimentación y servicios sanitarios a la gente en el Superdome. Según
un reporte publicado en junio de este año en la revista, “Medicina
para desastres y la preparación de la Salud Pública”, la
secuela del desastre del Superdome es una tasa continua de casi 400 muertes
mensuales, una cifra más allá de lo esperado.
El Dr. K.U. Stephens, jefe del departamento de salud pública de Nueva
Orleáns, encabezó el equipo de expertos que produjo el estudio que
documenta el incremento en las tasas de mortandad. Los autores citan el colapso
de la infraestructura de salud pública como la causa mayor de este
incremento.
El reporte observa que “solo 15 de los 22 hospitales del área han
sido reabiertos con menos de la mitad del número de camas que tenían
antes de la tormenta. Una gran porción de la población vive
todavía bajo condiciones deficientes, contribuyendo así al
estrés dominante y no aliviado entre l@s morador@s”.
El hospital público de Nueva Orleáns –llamado Caridad—
que proporcionó cuidado médico a mucha de la gente pobre y sin seguro
de salud, incluyendo a la mayoría que padece de enfermedades mentales, ha
sido cerrado. Más de 4000 doctores se han mudados de la ciudad. La
depresión, el estrés postraumático y otros problemas
psiquiátricos han aumentado dramáticamente.
La carencia de recursos médicos se ha empeorado debido a la incapacidad de
l@s oficiales de salud para contar, monitorear o reportar con precisión
las condiciones que necesitan de intervención urgente. El reporte concluye
que “una infraestructura de salud pública destruida o malamente
recuperada, ha contribuido de hecho al exceso de mortalidad”.
El estudio utilizó obituarios publicados en el Times-Picayune de Nueva
Orleáns, el periódico principal, para obtener las cifras de muertes
ocurridas en el área metropolitana de Nueva Orleáns desde enero hasta
junio de 2006. Los datos oficiales de los certificados de muerte no están
disponibles como resultado de la carencia de emplead@s y otros problemas en la
oficina estadísticas de salud de la ciudad. Una comparación del
promedio de la tasa de mortandad para 2002 hasta 2003 reveló que los
obituarios en el Times-Picayune y los datos oficiales del estado de Luisiana
eran muy similares.
Un promedio de 1317 personas murió cada mes durante el periodo del
estudio. Esto se compara con 924 antes de la tormenta, cuando la población
de Nueva Orleáns era mucho más grande. La cantidad de muertes fue
más de 2300 en el curso del periodo de seis meses del estudio,
aproximadamente dos veces el número que murió durante la tormenta. La
tasa de mortandad durante los primeros seis meses del 2006 fue de 91 por cada
100.000 personas, más del 62 por cada 100.000 antes de Katrina, un
incremento de un 47 por ciento.
Alrededor del mundo, la gente expuesta a emergencias catastróficas de
salud pública muere por causas indirectas durante muchos años
después. Estas muertes afectan a los sectores más vulnerables de la
sociedad y son prevenibles en un 90 por ciento de los casos, según los
redactores de la nueva revista de salud pública.
Más allá del reporte
El reporte no se dirigió a las cuestiones de edad, raza, género o
causa de muerte. El racismo resulta en amplias diferencias en el estatus de
salud entre personas blancas y africana-americanas. Los estudios de las
diferencias del estado de salud demuestran esto en todo, desde la mortandad
infantil hasta el VIH, los tratamientos para enfermedades del corazón y el
cáncer –incluso cuando el estatus de seguro es igual. Un patrón
similar se esperaría en las muertes pos-Katrina.
Otra cuestión importante de salud después del huracán Katrina es
la exposición al moho y a otras sustancias tóxicas en las aguas
producidas por la inundación. Pero para ver esos resultados se
requerirán estudios de larga duración.
Las muertes entre l@s sobrevivientes que aún no pueden volver a Nueva
Orleáns no fueron incluidas en el reporte. Es@s evacuad@s enfrentan el
trauma y el estrés de haber perdidos sus casas, pertenencias y redes
sociales. Lograr el acceso al cuidado de salud en sus nuevos locales es solo
uno de los múltiples problemas y estreses que enfrentan.
“Podemos entretenernos con números, pero al final, la gente
está muriendo a un ritmo acelerado aquí pos-Katrina”, dice
Jullette Saussy, directora de los servicios médicos de emergencia de Nueva
Orleáns en una entrevista del 21 de junio en el periódico USA
Today.
“La falta de cuidado primario, de tratamiento de salud mental y las
largas esperas en las salas de emergencia, han empeorado las enfermedades
crónicas que normalmente son controlables”, ella dice.
“Diabetes, enfermedades respiratorias e hipertensión son fatales,
especialmente cuando no se tratan”.
La escritora fue enfermera voluntaria en la clínica de salud Tierra
Común en Nueva Orleans en diciembre de 2005.
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