¿Quién va a parar las atrocidades en Irak?
Por Deirdre Griswold
La historia más reciente sobre las atrocidades en Irak que llegó a
los medios de comunicación de los EEUU es que los guardias enmascarados de
seguridad que escoltaban a varios SUV (vehículos utilitarios), abrieron
fuego sobre un carro acribillándolo a balazos, matando a dos mujeres e
hiriendo a dos más el 9 de octubre en la parte céntrica de
Bagdad.
Según la cuñada de Marou Awanis, una de las mujeres asesinadas, ella
estaba usando su carro como taxi para llevar empleados del gobierno y así
ganar un ingreso para sus tres hijas.
Fue otro caso en el cual la práctica racista del prototipo condujo a una
matanza sangrienta por el único crimen que es el de ser iraquí.
Según Prensa Asociada, la empresa que emplea a los pistoleros ha sido
identificada como una compañía con el inocente nombre de Unity
Resources Group (Grupo de Recursos Unitarios), una firma australiana que emplea
a veteranos de las Fuerzas Especiales y ex policías de ese país, de
los EEUU, de Nueva Zelanda, y de Bretaña.
Los pistoleros no han sido identificados públicamente, ni tampoco han sido
reveladas sus historias previas o sus nacionalidades.
Este espantoso incidente ocurre poco después de las demandas por
indemnización del “gobierno” iraquí instalado por
Washington, por otra masacre aún más grande. Hasta este régimen
dependiente está demandando que la empresa estadounidense Blackwater
(Aguas Negras) pague $8 millones a cada una de las familias de los 17 civiles
iraquíes masacrados por sus empleados en septiembre mientras escoltaban a
diplomáticos de los EEUU por la asediada y casi destruida capital de
Irak.
Una comisión iraquí que investiga a Blackwater, dice que sus
pistoleros han matado a otras 21 personas, además de las 17 masacradas el
mes pasado, desde que comenzó a escoltar a diplomáticos de los EEUU
en Irak.
Estos diplomáticos son tan odiados ya que el Departamento de Estado paga
millones de dólares en contratos lucrativos a Blackwater para
proporcionarles pistoleros privados cuando salen de sus refugios para viajar a
cualquier parte.
Noticias diarias como estas burlan las afirmaciones de la administración
de Bush de que se están ganando el apoyo y los corazones del pueblo
iraquí y que está preparando a ese país para la
“democracia”.
También desenmascara al Partido Demócrata que se presentó como
oposición a la política de Bush cuando estaba haciendo campaña
para los puestos congresistas el año pasado, pero que ahora está
listo para apoyar esta guerra por años venideros. Y cuando le preguntaron
directamente en uno de los debates de candidatos si se opondría a un
ataque israelí contra las facilidades nucleares de Irán, Hillary
Clinton, considerada la favorita para la nominación demócrata porque
ha recaudado la mayor cantidad de fondos, dijo que no. Ese ataque es un
escenario muy probable para el comienzo de una agresión estadounidense en
contra de Irán.
La Agencia Internacional de Energía Atómica ha confirmado que
Irán está desarrollando capacidad nuclear, lo cual todos los estados
miembros de la AIEA tienen el derecho de hacer, y que Irán no tiene
facilidades para producir armas nucleares. Un ataque contra Irán
sería un flagrante acto de agresión y extendería la guerra
horrenda que Washington empezó por el control del área más rico
en petróleo del mundo, el Medio Oriente.
El pueblo de los Estados Unidos no quiere esa guerra. Sus votos y las encuestas
así lo han mostrado desde hace mucho tiempo. El reclutamiento militar ha
disminuido al nivel más bajo a pesar de los grandes pagos en efectivo por
inscripción. Además, el pueblo siente una profunda repulsión y
está preocupado por la defensa abierta del gobierno de la tortura, los
interrogatorios secretos, y el espionaje que han sido consecuencias de la
guerra.
Busque al gorila
Entonces, ¿quién quiere esta guerra? ¿Quién es que derrama
fondos inmensos en los cofres de l@s candidat@s políticos que apoyan la
guerra, asegurándose de que quien sea que gane las elecciones en el 2008,
la guerra continúe? ¿Quién tiene la voluntad de gastar trillones
de dólares del dinero de l@s contribuyentes para usarlos para la
agresión y poder controlar la ya diminuida energía fósil del
planeta, responsable por la catástrofe del calentamiento global pero que
no gasta casi nada para una estrategia hacia reorganizar esta economía
caótica y derrochadora y revertir el cambio climático?
Como nos dicen las novelas detectivescas, hay que buscar el motivo. Y en esta
sociedad capitalista el motivo detrás de la agresión capitalista es
tan evidente y tan ignorado como el gorila de 800 libras en el cuarto.
Estamos hablando de aquellos que tienen la razón más grande para
defender el modo capitalista de vida — los capitalistas mismos. No
solamente los barones del petróleo, aunque están muy concentrados,
son poderosos políticamente y tienen un interés inmediato en
controlar el petróleo y los hidrocarburos del mundo.
Esta es una guerra capitalista por ganancias. Tan claro como eso. Es una clase
pequeña pero una que domina la sociedad con la enorme riqueza que les ha
robado a l@s trabajador@s del mundo.
Sin embargo tiene miedo. A lo que le teme es a la lucha de clases — no la
guerra unilateral que los patronos han librado contra l@s trabajador@s desde
hace años, sino una en la cual esta clase multinacional de mujeres y
hombres, homosexuales y heterosexuales, inmigrantes y l@s nacid@s aquí,
brutalizad@s por la policía racista, cargad@s de deudas, perdiendo sus
pensiones y su cuidado de salud, digan “¡Basta ya!” y se
nieguen a ser carne del cañón de los patronos — y de su
máquina de ganancias. Ese día va a llegar.
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