El asesinato de Saddam Hussein
Bush se prepara para intensificar la guerra en Irak
Por Sara Flounders
Mientras la cantidad de soldados estadounidenses pasa de 3000 y la cifra de
muertes iraquíes exceden las 600.000, la ejecución de Saddam Hussein
muestra las intenciones de Bush de intensificar la guerra en contra del pueblo
de Irak, ya que planea enviar a 30.000 soldados más para mantener la
ocupación.
Los miles de millones de dólares que ya se han gastado en esta guerra y
los más de $100 mil millones que Bush está pidiendo para este
invierno y la primavera—han sido robados del pueblo de aquí que
necesita ese dinero para empleos con salarios dignos, para el cuidado de la
salud, viviendas, educación y para la reconstrucción de la costa del
Golfo.
La ejecución de Saddam Hussein por la ocupación militar de los
Estados Unidos en Irak muestra de nuevo de manera muy clara, la naturaleza de
la ocupación criminal. La ejecución del presidente constitucional de
Irak fue un ultraje brutal colonial con el propósito de insultar la
soberanía nacional iraquí. Todo fue manejado con intenciones de
inflamar los sentimientos de odio sectarios y religiosos entre el pueblo
iraquí.
El video no oficial que circula por el Internet muestra una atmósfera de
lincha-
miento. Era una escena caótica con insultos, abusos, y burlas mientras
Saddam Hussein permanecía desafiante y calmado.
Conforme la ira y el resentimiento aumentan en Irak e internacionalmente por la
ejecución y la manera en que ésta se llevó a cabo, la prensa
capitalista estadounidense ha ido al extremo de describir la ejecución
como un asunto iraquí, como una decisión del Alto Tribunal
Iraquí, un comité sobre el cual las fuerzas de ocupación
supuestamente no tienen mucho control o influencia.
El Alto Tribunal Iraquí es una creación de las fuerzas de
ocupación de los Estados Unidos. Su creación fue un esfuerzo
desesperado para justificar la ilegal y criminal invasión. Desde el
comienzo, el tribunal fue una corte totalmente ilegal—prohibida
explícitamente por la ley internacional. Bajo los acuerdos de la
Convención de Ginebra, los cuales el gobierno de los Estados Unidos ha
firmado, una potencia de ocupación está explícitamente prohibida
de cambiar la estructura judicial o de establecer nuevas cortes.
L. Paul Bremer III, cabecilla de la Autoridad Provisional de la Coalición
en el año 2003, estableció el tribunal. Las autoridades de la
ocupación estadounidense nombraron oficialmente a los jueces y al
personal, y el Congreso de los Estados Unidos estableció un fondo
económico de un millón de dólares para pagar por los gastos de
la corte. Los asesores estadounidenses redactaron las leyes de la corte.
Durante el juicio, tres abogados de la defensa fueron asesinados. El Alto
Tribunal Iraquí utilizó testigos coaccionados, censura, aislaron a
los acusados y les negaron todo tipo de visitas y de derechos legales. Aún
el anuncio de la corte sobre la sentencia de muerte fue calculado para que
saliera el fin de semana antes de las elecciones estadounidenses el pasado mes
de noviembre.
Washington controló el juicio y la ejecución
Todo el tiempo hasta su ejecución, Saddam Hussein estuvo en manos del
ejército estadounidense. Fue capturado por las fuerzas estadounidenses, y
encarcelado en la base estadounidense Camp Cropper. Para su ejecución, fue
llevado por un helicóptero de Estados Unidos, con guardia de Estados
Unidos, hacia el Camp Victory, otra base estadounidense. Las fuerzas
estadounidenses transportaron a los verdugos y a los colaboradores que iban a
servir como testigos.
Los oficiales estadounidenses escogieron a los verdugos y a los colaboradores
que fueran de ascendencia chiíta aparentemente con la intención de
culpar a los chiítas de la ejecución de Saddam Hussein. Recordemos
que la ocupación estadounidense decidió quién podría
postularse para un puesto gubernamental y cómo el gobierno iraquí
podría ser estructurado. Ellos protegen a los títeres débiles y
colaboradores dentro de la Zona Verde.
Una declaración del ex gobernante partido Baath luego de la sentencia en
noviembre pasado destacó que “los efectos teatrales que han
denominado un juicio, no son más que una forma para que los EEUU echen la
culpa del crimen de ejecutar a Saddam Hussein al gobierno
títere.”
El momento escogido para la ejecución en el día Eid al-Adha, uno de
los días festejados más sagrados del año musulmán,
agregó aún más a la ofensa y al ultraje. Este día es
tradicionalmente un día de paz, de poner al lado las broncas y la ira, por
lo menos mientras dura la festividad. Ocurre después de la época del
año cuando millones de musulmanes hacen peregrinaje a la Meca. Es
inaceptable y explícitamente ilegal en la religión musulmana, e
incluso en la constitución confeccionada bajo el tutelaje de los EEUU,
ejecutar a una persona durante este período.
La ejecución fue un acto de desesperación y debilitad cuando la
ocupación ha colapsado y la resistencia ha ganando fuerza. En vez de
seguir los consejos de negociaciones promovidos por el Grupo de Estudio de Irak
y otros estrategas que temen un pronto desastre para los EEUU en Irak, Bush ha
indicado, con la ejecución de Saddam Hussein, una decisión de
intensificar la guerra.
También es sospechoso que un video “no oficial” fuera
publicado mostrando a supuestos miembros del Ejército Mahdi insultando a
Hussein. El asesinato de Hussein ocurre después de noticias publicadas que
EEUU ha incrementado sus ataques y detenciones de miembros del ejército
Mahdi, liderado por Moqtada al-Sadr. Esta ofensiva también es parte de un
intento desesperado para dividir aún más al país y sofocar
cualquier posibilidad de negociación o plan de sacar las tropas de los
EEUU.
Según fuentes que monitorean los lugares de la resistencia iraquí en
el Internet, éstos han publicado mensajes advirtiendo a los luchadores de
la resistencia que EEUU está intentando provocar batallas entre la
resistencia y el Ejército Mahdi. Estos mensajes urgen a los luchadores a
tomar como blanco principal las fuerzas de ocupación estadounidense, y
donde sea posible, convencer a los efectivos del Ejército Mahdi a unirse a
la resistencia en contra de los EEUU.
La ejecución no tuvo nada que ver con los supuestos crímenes del
presidente de Irak, ni tampoco se puede considerar el juicio como una
opinión legal histórica del papel jugado por Saddam Hussein en Irak.
Está visto en Irak y alrededor del mundo como un acto de una potencia
conquistadora, con la intención de humillar a la nación ocupada en
contra de la voluntad de la mayoría abrumadora de la población.
EEUU apoya a muchas dictaduras
La guerra nunca tuvo nada que ver con llevar democracia a Irak. Siempre ha sido
una guerra sobre el petróleo y la dominación corporativa de los EEUU
sobre la región entera. EEUU nunca ha estado opuesto a dictaduras. Ha
instalado, apoyado y armado dictaduras cuando estaban en los intereses de
promover las ganancias corporativas. Desde su apoyo y armamento de dictaduras
en Pakistán, Arabia Saudita, Egipto, y Kuwait hoy hasta el Shah de
Irán, Mobutu en el Congo, Suharto en Indonesia y Pinochet en Chile, el
gobierno de los EEUU ha apoyado algunos de los regímenes más brutales
en la historia, cuando sirvieron a los intereses de Wall Street.
En los años ’80 Washington estaba listo a cooperar con el gobierno
de Saddam Hussein cuando quería utilizar a los iraquíes en contra de
la Revolución de Irán a través de la guerra entre Irán e
Irak. Fue la antigua táctica de “dividir para conquistar”, y
Henry Kissinger hasta escribió sobre el deseo de debilitar a ambos lados
teniendo a Irán e Irak combatiendo entre sí.
Saddam Hussein no fue ejecutado porque las fuerzas de ocupación de los
EEUU lo consideraran un dictador. Aunque en el pasado había estado
dispuesto a tratar y maniobrar con el imperialismo, Washington consideró
que su crimen verdadero fue rehusar entregar la soberanía o el control de
los recursos de Irak. El rehusó someterse al Nuevo Orden Mundial. Fue
ejecutado por ser un obstáculo a la reconquista del Medio Oriente para el
imperialismo estadounidense.
El poderío de las corporaciones en los Estados Unidos estaba decidido a
terminar con el control nacional del petróleo ganado durante la
revolución de 1958 en Irak. Esta nacionalización había
transformado a Irak en un país próspero y de rápido desarrollo
con el nivel de vida más alto de la región — un país
moderno y secular donde la educación y el cuidado de la salud eran
gratuitos.
Toda la clase dominante estadounidense, el establecimiento político
completo, los medios de difusión corporativos y las dos cámaras del
Congreso, tanto Demócratas como Republicanos, apoyaron el bombardeo y la
destrucción masiva de las ciudades iraquíes, las industrias y las
instituciones educativas en 1991. También apoyaron el bombardeo, la
invasión y la ocupación de Irak en 2003.
Los crímenes de guerra de los Estados Unidos
El imperialismo estadounidense ha cometido numerosos crímenes de guerra en
su esfuerzo por subyugar Irak. Su Pentágono ha usado bombas nucleares de
alta penetración (bunker busters), bombas de racimo, fósforo blanco,
napalm y armas de uranio radioactivo reducido en las ciudades de Irak. Trece
años de sanciones impuestas por los Estados Unidos resultaron en la muerte
de 1.5 millones de iraquíes por enfermedades y desnutrición.
Desde la invasión del 2003, las fuerzas de ocupación estadounidense
han llevado a cabo detenciones en masa, humillaciones y torturas
sistemáticas de presos indefensos que todo el mundo conoce por las fotos
de Abu Ghraib. La ocupación estadounidense ha creado un caos que ha
cerrado escuelas, universidades y hospitales, dejando aún a la capital
Bagdad, sin agua potable, sin servicios de sanidad y sin más de cuatro
horas de luz eléctrica al día.
La corrupción de miles y miles de contratistas estadounidenses ha
resultado en el saqueo de proyectos de reconstrucción y en el robo de
miles y miles de artefactos culturales. Casi cuatro años de ocupación
han resultado en la muerte de más de 600.000 iraquíes y el éxodo
de 2 millones de iraquíes.
Fuera de las críticas y acusaciones que l@s iraquíes tengan contra
Saddam Hussein, era su derecho soberano el decidir su destino, libre de fuerzas
de ocupación extranjeras. La entidad independiente Centro Iraquí para
Investigaciones y Estudios Estratégicos recientemente hizo una encuesta
entre l@s iraquíes para averiguar si su vida era mejor bajo el gobierno de
Saddam Hussein comparada con la humillación y el caos actual. Casi el 90
por ciento declaró que la situación de Irak era mejor y más
estable antes de la ocupación estadounidense.
El movimiento de protesta contra la guerra imperialista en Irak y que demanda
que todas las tropas estadounidenses sean retiradas, necesita también
declararse contra todas las formas de ocupación colonial. Los contratos de
las corporaciones estadounidenses y las leyes que han privatizado y saqueado
los recursos iraquíes deben ser cancelados. Las cientos de bases
estadounidenses, los miles de puestos de control, y las veintenas de prisiones
secretas deben ser cerradas. Las cortes ilegales deben ser desmanteladas.
Finalmente, es necesario que este movimiento demande que el gobierno
estadounidense y los oficiales militares sean acusados de crímenes de
guerra y crímenes contra la humanidad por sus acciones en Irak.
Sara Flounders es co-directora del Centro de Acción Internacional, el
cual organizó manifestaciones el 30 de diciembre para protestar la
ejecución de Saddam Hussein.
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