GEORGIA
Protestas exponen trato inhumano de inmigrantes
Por Dianne Mathiowetz Lumpkin, Ga.
El 14 de abril, las organizaciones “Prison and Jail Project” basada
en Americus y Alterna, organización comunitaria de LaGrange, ambas en el
estado de Georgia, tuvieron una marcha de protesta a la entrada del Centro de
Detención de Stewart County en Lumpkin en Georgia.
Comenzando en la plaza de la corte, unas 40 personas, incluyendo niñ@s
pequeños y dos personas en silla de ruedas, portaban carteles y mantas
denunciando la política represiva del gobierno hacia l@s trabajador@s
inmigrantes y sus familias.
L@s orador@s declararon frente a las puertas del centro su solidaridad con l@s
detenid@s. Joseph Wiley Jr., abogado residente en Columbus, quien fue al centro
de detención después de la protesta para reunirse con sus clientes,
prometió hacerles saber de la protesta en apoyo a sus derechos
humanos.
Lumpkin, el centro del condado Stewart, fue llamado así en honor a Wilson
Lumpkin, un gobernador y congresista de Georgia en el siglo 19. Lumpkin, quien
también fuera senador, estaba identificado en los libros de historia como
un protector de los “derechos estatales” y de “la
expulsión de los indios”.
Localizado a unas 30 millas al sur de Columbus, la población de Lumpkin es
de 1.265 residentes con una población 70% africana-americana. Según
las cifras gubernamentales más recientes casi el 27% de sus residentes
viven en la pobreza. En la población menor de 18 años, cerca del 36%
son pobres.
En 1999, la “Corrections Corporation of America” (CCA), la empresa
más grande propietaria y que opera las prisiones privadas, escogió a
Lumpkin como el sitio para la construcción de una prisión de
seguridad mediana de 1.524 camas. La CCA maneja 65 prisiones en 20 estados y en
el Distrito de Columbia con una capacidad total de alojar 72.500 prisioneros.
La terminación de la construcción del proyecto gigantesco a un costo
de $45 millones de dólares, fue detenida por varios años mientras la
CCA buscaba una agencia gubernamental que llenara las celdas con un amplio
margen de ganancias.
En el otoño del 2006, este centro de detención comenzó a operar
como centro de inmigración y aduanas (ICE por las siglas en inglés).
Cuando comenzaron a través del país las redadas en los centros de
trabajo por agentes armados de inmigración, much@s de l@s arrestad@s
terminaron en esta prisión que está rodeada de alambres de púas,
situada en medio de un inmenso campo, a una milla aproximadamente de la
próxima población rural de Georgia.
El único abogado en el área es el alcalde de Lumpkin,
“Ed” Cannington Jr. quien fue elegido en 1979. Allí no hay
ninguna población latina o asiática. El abogado de inmigración
más cercano está en Columbus. La mayoría de la asistencia legal
viene desde Atlanta a casi tres horas de viaje por automóvil.
A fines de marzo del 2007, la oficina general del consulado de El Salvador en
Atlanta comenzó a recibir cientos de llamadas de detenid@s sobre las
condiciones deplorables en Stewart.
Quienes llamaron dijeron que un@s 1.000 inmigrantes llevaban a cabo una huelga
de hambre de dos días para protestar por la falta de cuidado médico,
la mala comida, el acceso limitado o inexistente de abogados, los castigos
excesivos y la restricción de contacto con las familias.
La edición del 22 de marzo del periódico Atlanta Latino publicó
la historia y dio voz a la lucha de l@s inmigrantes que ocurría tan lejos
de cualquier centro poblado.
Miembros del equipo del Cónsul General Asdrúbal Aguilar entrevistaron
a decenas de detenid@s incluyendo a Guillermo Antonio Carpio de 70 años de
edad quien tiene VIH, Parkinson y diabetes. Él habló de la falta de
cuidado médico y comida adecuada. Pasan días antes de que las
personas detenidas reciban atención médica o medicamentos. Porque la
mayoría fue arrestada en sus lugares de trabajo, no llevaban consigo una
dosis completa de sus medicamentos, y mucho menos los documentos con sus
historiales médicos.
Muy pocos de los 311 empleados de la cárcel hablan español y la
comunicación con l@s más de 100 detenid@s de países
asiáticos es aún más problemática.
José Saúl Hernández Arqueta dijo a los investigadores que
él y su esposa fueron arrestados en octubre de 2006 en una redada en una
planta empacadora de carne en Houston. Su hijo de 8 años de edad estaba en
la escuela y se quedó solo. Unos familiares lo cuidaron pero no
sabían de su condición médica. El niño falleció por un
ataque de asma. El angustiado padre dijo, “mi esposa se encuentra
actualmente en una prisión inmigratoria en Texas y no sé si ella
siquiera sabe lo que le ha pasado a nuestro hijo”.
Entre los más de 1.200 detenidos en el centro hasta la fecha, algunos son
ex trabajadores de la planta procesadora de carne de la Swift en Marshalltown
del estado de Iowa, quienes fueron arrestados el 12 de diciembre de 2006 cuando
las redadas por agentes del ICE se llevaron a cabo en 6 estados y detuvieron
1.300 personas acusándolas de violaciones migratorias.
En la prisión también están trabajador@s de la planta de
procesamiento de carne de cerdo Smithfield en Tar Heel, del estado de Carolina
del Norte, lugar de una fuerte campaña de organización sindical.
Después de la huelga de hambre, todas las mujeres fueron reubicadas al
Centro de Detención del Condado de Etowah en Gadsden estado de
Alabama.
La escritora habló en un mitin en representación al Centro de
Acción Internacional.
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