EDITORIAL
Recordemos a Sabra y Shatila
Hace un cuarto de siglo, el reconocido criminal de guerra israelí
Ariel Sharon, comandante de las tropas israelíes que ocupaban el sur del
Líbano, permitió a los fascistas libaneses masacrar cerca de 3,000
palestin@s civiles de todas las edades en los campamentos de refugiados Sabra y
Shatila.
Tel Aviv había llevado a cabo una invasión del Líbano en
junio del 1982 con el pleno respaldo del gobierno de Ronald Reagan de los
Estados Unidos. Israel continuó su guerra de agresión contra
palestin@s y libaneses con el respaldo del imperialismo estadounidense y los
intereses del capital financiero que lo impulsaba para lograr el dominio del
estratégico y rico en petróleo Oriente Medio.
Durante el verano del 1982, el ejército israelí bombardeó a
Beirut sin piedad, matando a más de 20.000 personas, la mayoría
civiles. En septiembre del 1982, un acuerdo de cese al fuego fue impuesto
a l@s libaneses y palestin@s que habían resistido los ataques, lo
que resultó en forzar a la mayoría de las fuerzas palestinas
que habían estado luchando en el Líbano a salir del país.
Las fuerzas militares de Israel rodearon los campamentos de refugiad@s
palestin@s de Sabra y Shatila en el Líbano. Bajo órdenes de
Sharon, las fuerzas israelíes rerspaldaron la entrada de las tropas
libanesas fascistas ese 15 de septiembre. Estas tropas cometieron una
masacre -- en realidad fue un linchamiento masivo -- de civiles palestin@s en
los campamentos. Los asesinos eran fascistas libaneses; su apoyo
físico fue suministrado por los israelíes; sus balas eran de
los Estados Unidos.
El ataque de Sabra y Shatila tuvo el propósito de infundir
terror. Y a pesar de eso la lucha del pueblo palestino sigue hoy en
día, al igual que sigue la represión brutal del estado israelí
equipado con armas nucleares.
Actualmente el activismo antiguerra se ha enfocado en el hipócrita
"debate" entre Demócratas y Republicanos en el Congreso sobre un
plan indefinido que gradualmente vaya a reducir el número de tropas en
Irak. Pero ambos partidos en el Congreso han financiado esa guerra brutal
al igual que la ocupación de Palestina.
Miles de millones de dólares para el apoyo militar y financiero, sin
los cuales la ocupación de Palestina por Tel Aviv no podría durar ni
un día, han sido aprobados calladamente por Demócratas y Republicanos
-- no importa cuál sea el partido político que representa los
intereses de las grandes empresas y corporaciones en la Casa Blanca.
La lucha del pueblo palestino merece el apoyo de todo el movimiento contra
la guerra, el cual puede alzarse en una sola voz clara y fuertemente -- apoyo
al derecho de autodeterminación de l@s palestin@s, soberanía y el
derecho a regresar a su histórica patria.
El pueblo palestino ha luchado por estos derechos por más de medio
siglo, y ahora, mientras se conmemora Sabra y Shatila, ese pueblo continúa
esa lucha. ¡Que viva Palestina!
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