Fatalidad en cárcel expone condiciones infrahumanas
Por John Parker Los Ángeles
Un preso negro de
45 años de edad murió y más de 100 quedaron heridos durante
una pelea el 4 de febrero en la cárcel North County Correctional Facility
que involucró a 2.000 presos, según el departamento del alguacil.
El departamento dijo que este último incidente puede haber sido en
represalia por el apuñalamiento de un preso latino por parte de un preso
negro la semana anterior en la cárcel Men’s Central Jail, una
prisión grande en la parte céntrica de Los
Ángeles.
La violencia en la prisión North County es
común. Más de 150 peleas “por motivos raciales” han
ocurrido desde 1990, según la policía. En el 2000, ochenta y un
presos fueron heridos en la prisión. El alguacil Lee Baca mandó el
cierre de todas las celdas afectando más de 20.000 prisioneros en el
Condado de Los Ángeles.
Ninguno de los oficiales policíacos
ha citado como factores contribuyentes a los acontecimientos violentos el hecho
bien conocido de que las cárceles están sobrepobladas y faltan
facilidades educativas y de recreo.
Sin embargo, se sabe que California,
el estado con el sistema penal más grande de los Estados Unidos
está plagada por problemas que incluyen sobrepoblación y falta
general de atención a la salud básica y seguridad de los
presos.
Según la organización Reforma Penal Internacional,
que proporciona materiales para el entrenamiento de adminis tradores de
cárceles: “La sobrepoblación de presos en pequeños
espacios construidos para una población mucho menor es infrahumana, viola
normas internacion ales, y contribuye a una amplia variedad de males sociales
que afligen a comuni dades enteras”.
En un artículo del
periódico Los Ángeles Times del 13 de Marzo de 2005, oficiales de
las cárceles de Sacramento dijeron que no podían encontrar ninguna
correlación estadística entre la sobrepoblación y la
violencia. Sin embargo a la misma vez, el mismo artículo señala
que, “En febrero, la oficina estatal no partidaria de análisis
legislativo reportó que el nivel de “incidentes”
penitenciarios incluyendo asaltos, había incrementado en un 18 por ciento
desde 1997 hasta 2003 -un período de aumento significativo en la
población”.
El estrés se eleva aún más
cuando el recreo, que podría aliviarlo, se elimina. En muchas
cárceles de California, las facilidades para el recreo han sido
convertidas en más celdas para bregar con el aumento de la
población. El artículo en el Times describió una de esas
prisiones: “En un gim nasio, ahora conocido como “Dormitorio
G” las canastas de baloncesto se han replegado para crear espacio para
filas tras filas de camas literas de triple altura. La bulla de televisores,
radios, gritos y risas, es constante, y el olor es lo que se esperaría de
225 hombres viviendo en un espacio muy redu cido donde tienen que usar inodoros
excesivamente usados y esperar en filas para poder utilizar las pocas duchas
existentes”.
Con la creencia de que “el conflicto de
razas” es la causa determinante de la violencia, el Alguacil Baca
mandó a que los presos negros y latinos fueran segregados. Sin embargo,
la Corte Suprema de Justicia había decidido en febrero de 2005 que el
departamento penal de California tenía que poner un alto a la
separación de presos por raza a menos que fuera la única man era
para mantener la seguridad, puesto que esto sería una violación de
la prohibición de la Constitución nacional contra la
segregación racial por parte del gobierno.
Baca, como si estuviera
hablando de ratones de laboratorio, dijo que la violencia racial en las
prisiones es “imposible de prevenir”. “Se separarán
según sus razas”, dijo. “Hay un código de raza. [Uno]
tiene que defender su raza”.
La unidad entre los presos es sin duda
una amenaza más peligrosa para los oficiales. Muchos presos han hablado
de los oficiales que provocan violencia y división entre los presos de
distintos grupos étnicos. Algunas cárceles de California han sido
sorprendidas promoviendo peleas de “gladiadores” entre prisioneros
negros y latinos.
El incidente del 4 de febrero hace un
señalamiento a las condiciones horrendas que deben conducir a una mayor
participación de la comunidad en combatir el complejo
carcelero-industrial y ayudar a terminar con el aislamiento y la
represión que confrontan los prisioneros, tanto masculinos como
femeninas.
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