Volviéndose rico con la ‘Seguridad de la Patria’
(‘Homeland Security’)
Por Deirdre Griswold
No les tomó mucho tiempo. Muchos de
los de la ganga que rápidamente tomaron puestos en la nueva agencia de
“seguridad de la patria“, cuando la administración de Bush
andaba tramando la invasión contra Irak, ahora se están volviendo
ricos como ejecutivos y consultores para compañías que venden su
pericia y dispositivos “antiterroristas” al
gobierno.
“Por lo menos 90 oficiales del Depart amento de Seguridad
de la Patria (Depart ment of Homeland Security, DHS) o del Despacho de la Casa
Blanca para la Seguridad de la Patria -incluyendo al ex secretario del
departamento, Tom Ridge; al ex subsecretario, el almirante James M. Loy; y al ex
subsecretario, Asa Hutch in son- ahora son ejecutivos, consultores o cabilderos
para compañías que colectivamente hacen miles de millones de
dólares en contratos de seguridad nacional”, escribió Eric
Lipton en una serie de dos partes intitulado “Seguridad de la Patria,
SA” publicada en el New York Times a partir del 18 de
junio.
“Más de dos terceras partes de los ejecutivos en los
rangos más altos del departamento durante sus primeros años han
pasado por la puerta giratoria”, dijo el primer artículo.
Y
están recibiendo una generosa recompensa de las compañías
que quieren su pericia y sus contactos. Carol A. DiBattiste incrementó su
sueldo por un 600 por ciento cuando en apenas un mes, salió de su puesto
como administradora asistente de la Administración de Seguridad del Trans
porte y tomó un puesto en la empresa Choice-Point, una
compañía contratada por el Departamento de Seguridad de la
Patria.
Ridge, el ex gobernador de Penn syl vania que firmó la
orden de ejecución de Mumia Abu-Jamal fue elegido por Bush para ser el
primer secretario del DHS. El año pasado, tres meses después de
haber renunciado a ese puesto, Ridge se unió a la junta directiva de la
empresa Savi Technology, “fabricante de equipos para la
identificación por frecuencias radiales que el departamento
promocionó mientras él era secretario”. Ahora Lockheed
Martin, un enorme contratista militar, está en el proceso de comprar a
Savi Technology. Se espera que Ridge gane enormes sumas por la venta de las
opciones de acciones que adquirió antes de la venta de la empresa, dice
el Times.
Hutchinson comenzó a trabajar en Venable LLP, “una
firma de abogados y cabilderos basada en Washington que representa a importantes
contratistas de seguridad nacional como Lockheed Martin”, un día
después de haber dejado su posición como subsecretario para
asuntos fronterizos y del transporte. Ahora tiene sus manos en
compañías que producen o venden: software para la
extracción de datos, tecnología para la identificación de
huellas digitales y drogas contra la radiación.
Los
artículos proporcionan muchos ejemplos más de ex oficiales que han
saltado de sus puestos en la “seguridad nacional” hacia puestos
lucrativos en industrias que les habían cabildeado.
¿Por
qué no están encarcelados estos ex oficiales? La ley federal
prohíbe a ex oficiales de la rama ejecutiva el negociar puestos futuros
con compañías que ellos supervisan. También prohíbe
que cabil deen a ex colegas o subordinados en el gobierno por lo menos durante
un año después de salir del puesto gubernamental. Pero, dice el
artículo, “por medio de lagunas en la ley, incluso una escrita por
ejecutivos en el departamento para facilitar su entrada en el mundo empresarial,
frecuentemente es muy fácil para los ex oficiales hacen precisamente
eso”.
La puerta giratoria entre oficiales de Washington y ejecutivos
de corporaciones o cabilderos no es nada nuevo. Así es como funcionan
todos los gobiernos capitalistas. Pero el descaro de aquellos que llevaron la
cubierta de “seguridad nacional” tiene pocos paralelos en la
historia moderna, dice el Times.
Para aquell@s que se preocupen porque
espías del gobierno puedan estar inspeccionando su cuenta bancaria,
interceptando sus líneas telefónicas, o leyendo su correspondencia
electrónica, deben acordarse de esto: la represión del estado
está guiada no sólo por el temor de “terroristas” sino
por el motivo más poderoso entre todos en el sistema capitalista-la
codicia corporativa.
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