EDITORIAL
¡Luchemos contra la prohibición de los abortos!
El gobernador del estado de Dakota de Sur,
Michael Rounds, firmó el 6 de marzo una prohibición contra los
abortos. Esta acción es un asalto total contra el derecho a la vida de la
mujer. La prohibición no permite ninguna excepción para las
víctimas de violación o de incesto, ni siquiera para proteger la
salud de una mujer. Los legisladores que están promulgando la ley
están contando con que los dos nuevos jueces derechistas de la Corte
Suprema, John Roberts y Samuel Alito, usen esta prohibición para derogar
el aborto legal a nivel nacional.
Este intento deliberado de volver
atrás el reloj afecta más duramente a las mu jer es
jóvenes, rurales y pobres, que son desproporcionadamente afro-americanas,
latinas, asiáticas y—en el estado de Dakota de Sur
especialmente—indígenas.
¿Por qué está
pasando esta prohibición ahora? La clase dominante está tan deses
perada por controlar su imperio en el exterior y tan despiadada en su demanda
por aún mayores ganancias, que está aumentando la opresión
del pueblo trabajador y pobre en este país. Pero la clase dominante
necesita alguna especie de organización política de origen
seudo-popular para darle credibilidad. El ala derechista religiosa provee algo
de la fuerza necesaria para mantener a estos políticos en sus puestos
oficiales con bastante tiempo para llevar a cabo la agenda reaccionaria
corporativa.
Pero ellos se han olvidado de una gran lección de la
historia—si acaso la sabían. Tarde o temprano, l@s oprimid@s
siempre se alzan en rebelión.
Eso es lo que llevó a la
legalización del aborto en 1973. En cantidades sin precedente, las
mujeres llenaron las calles del país para demandar el derecho a controlar
sus cuerpos y sus vidas.
¿Son las circunstancias diferentes hoy? Una
encuesta publicada el 8 de marzo por ese conocido portavoz conservador, Fox
News, mostró que aún por su propio cálculo, 59 por ciento
de quienes respondieron, no apoyarían la prohibición del aborto en
su estado.
El momento de la prohibición, dos días antes del
Día Internacional de la Mujer, es especialmente exasperante. Desde 1910,
el Día Internacional de la Mujer ha simbolizado la determinación
de las mujeres en todas las partes del mundo, de acabar con la opresión
de tantos siglos. Su hora más resplandeciente fue en 1917 cuando la
huelga de trabajadoras textiles en San Petersburgo abrió el paso a la
Revolución Rusa.
Revivamos el espíritu revolucionario del
Día Internacional de la Mujer, y construyamos un movimiento amplio y
unido contra todas las formas de opresión. ¡A las calles!
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