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Detrás de la arenga de Bush, una economía turbia

‘La recuperación’ trae más sufrimiento para l@s trabajador@s

Por Fred Goldstein

Un día después de que el reporte sobre los empleos fuera publicado por el Departamento del Trabajo, El Presidente George W. Bush se dirigió a los asistentes en el Club Económico de Chicago diciendo, “La economía americana entra al año 2006 con mucho vigor. ...Somos productivos. Somos inventivos. Somos empresariales”.

La base para esta exaltación cuidadosamente formulada casi no tiene sustrato: un ascenso en los empleos nuevos de 108.000 en el mes y una baja en la cifra oficial de desempleo del 5% al 4,9%.

En una movida que tuvo un toque al estilo de Karl Rove, Bush envió al vicepresidente Dick Cheney y un grupo de su gabinete a una gira para hablar sobre la economía y tratar de hacer que estas cifras anémicas aparezcan como un camino hacia un futuro mejor para la economía del 2006. Cheney fue a una fábrica de motocicletas Harley Davidson en Kansas City, en Missouri, el secretario del Tesoro John Snow al mercado de acciones de Nueva York, el secretario del Comercio Carlos Gutiérrez a Lousville, Kentucky, el secretario del Trabajo Elaine Chao a Baltimore y el secretario de Energía Sam Bodman a Pittsburg, en un gran esfuerzo de tratar de levantar los bajos puntos de Bush en los sondeos.

Bush fue forzado a moverse por el resultado del sondeo Gallup, el cual encontró que 63% de la población ve a la economía como “mediocre a muy pobre” y el 58% dice que las condiciones económicas se están empeorando. Así que la creciente economía, para la mayoría de la población no es más real que las armas de destrucción masiva en Irak.

Por supuesto que ni Bush ni sus emisarios mencionaron que las cifras de creación de empleos son la mitad de lo que los economistas de Wall Street habían pronosticado. Ni tampoco mencionaron que se necesitan 150.000 empleos por mes sólo para mantenerse al nivel del crecimiento de la población. Y tampoco mencionaron que la cifra total de desempleo es aún menor porque más y más gente ha dejado de buscar empleos y por ello no son contadas en la fuerza laboral, o sólo pueden encontrar empleos a tiempo parcial. En el mundo de la clase obrera, empleada y desempleada—la gente que crea la riqueza y las ganancias están siendo desposeídas por los banqueros y los patrones—el cuadro no es de color rosa.

No hay recuperación para l@s obrer@s

Los salarios crecieron en un 3,1% pero la inflación creció un 3,5%. Esto es un recorte en los salarios de un 0,4%. El promedio de hora trabajadas bajó un 0,2% a 33,7 horas y el ingreso promedio semanal es de $550.66. Esto no toma en cuenta los cientos de miles de obrer@s y otr@s trabajador@s indocumentad@s, cuyos bajísimos salarios ni siquiera se reportan.

Poco o nada fue dicho sobre la manera en que el racismo y el sexismo se reflejan en las estadísticas. Algo que raramente se menciona en el reporte mensual del Departamento del Trabajo es el hecho de que el desempleo entre la población africana-americana es más del doble que la de l@s obrer@s blanc@s, un 9,3% en comparación a un 4,2%; el desempleos entre la población latina es un 6%; y entre la mujeres de por lo menos 20 años de edad, es un 8,5%. El desempleo entre adolescentes es de un 13,4%. No hay estadísticas para las cifras de desempleo de obreros gay, lesbianas, bisexuales o transexuales.

Por supuesto que aún estas cifras oficiales son sospechosas, dándose el hecho de que la mitad de hombres africano-americanos en el barrio de Harlem en Nueva York, se sabe que están desempleados.

Las masa de trabajador@s está sufriendo y no sólo por un mes de la economía capitalista. Aquí hay algunas de las cifras compiladas por el Presidente Lawrence Michel y el Director Ross Eisenbrey del Instituto para la Política Económica publicada el 21 de diciembre.

Los salarios, con el ajuste de inflación, están todavía por debajo de lo que estaban al comienzo de la recuperación en noviembre del 2001. La productividad, sin embargo, ha ascendido en un 13,5%. El crecimiento de los salarios ha sido acortado porque el 35% del crecimiento del ingreso total se ha ido hacia las ganancias de las corporaciones.

Los ingresos medios de los hogares con un ajuste inflacionario, han caído por 5 años consecutivos; Eran $46.129 en 1999 y solo $44.389 en el 2004. Por lo tanto se ve que el ingreso en los hogares ha caído en un promedio de casi $2000.

En los últimos 4 años las deudas de los hogares en los Estados Unidos se han elevado un 35,7%, el nivel más alto de deuda en la historia, y ahora es de 115% del ingreso luego de pagar los impuestos. En promedio, la gente está pagando un 13,6% de su ingreso en intereses a los bancos y las compañías de tarjetas de crédito para poder cubrir esta deuda.

El porcentaje de la población que tiene empleo no se ha recuperado desde la última recesión y todavía está en un 1,3% más bajo que en marzo del 2001. Se han perdido más de 3 millones de empleos en la manufactura desde enero del 2000.

La pobreza creció del 11,3% en el año 2000 al 12,7% en el 2004 y la cifra de la gente que vive en la pobreza ha incrementado 5,4 millones en el mismo período. La tasa de pobreza entre l@s niñ@s ha subido del 16,2% en el año 2000 a 17,8% en el 2004. El costo del cuidado de salud en los hogares ha subido entre un 43 y un 45% entre los años 2000 y 2003. El año pasado el porcentaje de la gente que recibe cuidado de salud con subsidio de los empresarios bajó una vez más por el cuarto año consecutivo. Casi 3,7 millones menos de personas tuvieron seguro de salud en el año 2004 que en el año 2000.

Según la Fundación de la Familia Kaiser y el Fondo Educativo de Investigaciones de Salud, desde el año 2000 los patrones han incrementado el costo de los pagos de seguro para l@s trabajador@s en un promedio del 50% o cerca de $1000 dólares por familia. Sólo un 63% de la población obrera tiene cobertura de salud, lo que quiere decir que más de un tercio de la población de edad laboral, o casi 45 millones de personas, no tienen ninguna. (Los Angeles Times, Oct. 10, 2004)

Y mientras que los patrones añadieron 2 millones de empleos en el año 2005, ellos también despidieron por lo menos a 1.56 millones entre enero y noviembre del 2005, según el Buró de Estadísticas Laborales. Y este cálculo es muy inexacto. Sólo menciona los despidos de 50 o más trabajadores, quienes no tienen empleos por 31 días o más y se basa totalmente en los testimonios de los patrones al Buró de Estadísticas Laborales

‘Recuperación’ para ricos

En los despachos ejecutivos y el los campos de golf hay una recuperación, y no debe producir sorpresa. El promedio de acciones Dow Jones finalmente ha subido a 11.000, el Producto Bruto Nacional (GDP por las siglas en inglés) incrementaron un 4,2 por ciento y, según la columna de Paul Krugman en el New York Times del 5 de diciembre, las ganancias han subido más de un 50 por ciento desde el último trimestre de 2001 mientras que los salarios y los sueldos subieron un 7 por ciento durante el mismo período. Esta cifra de salarios y sueldos está distorsionada sin embargo, porque incluye los salarios de los ejecutivos en jefe de las corporaciones, y otros ejecutivos altamente pagados y gerentes de toda clase. Los salarios de obrer@s que no son supervisores, ajustados por la inflación, están ahora más bajos que cuando comenzó la “recuperación”.

Toda referencia a una “actuación fuerte” de la economía significa poco para l@s 35.000 trabajador@s de la GM que ahora enfrentan despidos en 10 fábricas o l@s 25.000 trabajador@s de la Ford, que también enfrentan la terminación de sus empleos. Ell@s y sus familias, al igual que las cientos de miles de personas en las comunidades donde están ubicadas las fábricas, están viviendo en un estado de ansiedad y tensión sobre los cierres inminentes. La GM y la Ford están a punto de la quiebra y posiblemente están mirando a las cortes de quiebras para que les ayuden de la misma manera que las cortes ayudaron a la aerolínea Delta. Están trabajando con la corporación productora de repuestos para autos Delphi para tratar de romper los contratos sindicales.

El asalto de IBM contra las pensiones

La IBM anunció a principios de enero que va a congelar el fondo de pensiones en un valor de $48 billones para sus 125.000 empleados comenzando en 2008 y empujarlos hacia planes de ahorros para la jubilación del tipo 401K.

En vez de poder depender de beneficios de jubilación fijos, pagados por la IBM basados en sus años de servicio a la compañía, realmente años de explotación, l@s trabajador@s tendrán que contribuir de sus propios salarios, en fondos utilizados por corredores de bolsa para jugar en la bolsa de valores o invertidos en cuentas del mercado monetario. Y esto en un momento cuando los “fundamentos” del mercado están inestables.

La IBM va a hacer contribuciones pequeñas a los planes del tipo 401K, pero estarán muy por debajo de las contribuciones a los beneficios de fondos de pensiones fijos que la compañía pagaba antes. IBM espera ahorrar entre $450 y $500 millones sólo este año y hasta $3 mil millones entre los años 2006 y 2010.

Mientras que corporaciones como Delta, Delphi y Bethlehem Steel han utilizado a las cortes de quiebra para deshacerse de sus obligaciones con las pensiones para l@s trabajador@s, la IBM es la primera empresa grande que simplemente abandona sus pensiones como una norma a tal escala.

Por supuesto, la IBM es una compañía no sindicalizada y se siente libre para imponer unilateralmente lo que es en realidad una recorte salarial masivo. Los beneficios de pensiones son en verdad salarios aplazados, que la corporación tiene legalmente la obligación de mantener y proteger para l@s trabajador@s hasta su jubilación.

Este asalto frontal por la IBM es muy probable que sirva como una señal a otras empresas para que intenten escapar de sus planes fijos de pensiones.

Los bancos y el fraude del Capítulo 11

Según un escrito de Mark Ruetter en el periódico Washington Post el 23 de octubre, “Alrededor de 150 corporaciones están ahora en alguna etapa de reorganización bajo la ley de quiebra, incluyendo a cuatro de las principales aerolíneas. Mientras que la posibilidad de que otras empresas grandes se amparen en el Capítulo 11 se vuelve en un tema discutido extensamente en los círculos corporativos, (‘posibles’ en la lista incluyen tales iconos como la General Motors y la Ford), las tácticas utilizadas en las cortes de quiebra están sacudiendo los cimientos del lugar americano de trabajo”.

Ruetter destaca que mientras las nuevas leyes de quiebra personal hacen más difícil para un individuo declarar la quiebra y borrar sus deudas provenientes de las tarjetas de crédito, que ahora llega aproximadamente a $800 mil millones, las cortes de quiebra se están volviendo en un instrumento importante de las corporaciones para destruir los derechos de sus trabajador@s.

El fraude del Capítulo 11 es una conspiración entre los bancos, las corporaciones y las cortes en contra de la clase trabajadora. Delphi es un ejemplo gráfico de esta conspiración. Justamente antes de que la Delphi declarara su quiebra, no solamente había obtenido $1,6 mil millones en efectivo disponible, sino que había asegurado $2 mil millones en préstamos y crédito rotativo del Citigroup y el banco JP Morgan Chase.

La pregunta obvia que hace Ruetter era, “Si Delphi no tiene dinero por la carga salarial insoportable y el aumento de obligaciones en pensiones, ¿porqué están dos de los bancos más grandes del país ofreciéndole hacer un préstamo con términos muy favorables?

“La respuesta: Por la misma razón que el Bank of America, General Electric Capital Group, UBS Securities y … ‘capitalistas rapaces como buitres’ han invertido miles de millones de dólares en compañías supuestamente en problemas que han entrado al Capítulo 11 desde 2001. Los inversionistas pueden recibir buenas ganancias del colapso de compañías establecidas ….”

Al hacer grandes préstamos, estos bancos se vuelven en acreedores protegidos, mientras que l@s trabajador@s se quedan sin protección. Los bancos pueden colaborar con los reorganizadores y las cortes para nulificar los contratos colectivos con sindicatos y obtener el dinero en efectivo de esas compañías mientras están en quiebra —y entonces volverse en jugadores claves una vez que emergen del Capítulo 11.

Lucha global por las ganancias

Estos asaltos contra l@s trabajador@s están impulsados por la avidez de ganancias y la necesidad de estos gigantescos monopolios transnacionales de ubicarse bien en la cruel lucha que están conduciendo por la supervivencia y la dominación en los mercados globales. Están luchando una contra la otra para incrementar su rentabilidad, y lo hacen atacando a l@s trabajador@s. Bajando los salarios de cualquier modo, ya sea recortando pensiones y beneficios de salud o simplemente recortando los salarios y despidiendo a l@s trabajador@s, esta es la forma principal como las corporaciones capitalistas luchan entre si. Ellos la llaman ser “competitivos”.

No es simplemente la codicia individual de los patronos que los impulsa a atacar l@s trabajador@s. Es el sistema de ganancias en sí el que impulsa los ataques. La revolución científico-tecnológica ha acelerado la construcción de una red global de producción capitalista, con comunicación instantánea, transporte barato, control computerizado de producción, pedidos y envíos, y una división global sofisticada de división en el trabajo en la producción y en los servicios.

Cada avance en la tecnología y en la organización incrementa la productividad del trabajo, o en términos marxistas, incrementa el índice de explotación del trabajo y la ganancia potencial de los patronos. Pero con cada avance, hay que vender más mercancías a precios que obtengan ganancias. Esto significa que tienen que producirse en menos tiempo mientras que l@s trabajador@s trabajan con más velocidad, con más fuerza y por más tiempo, ya sea en máquinas nuevas y costosas, o en fábricas supermodernas manejados por computadoras, o en líneas de producción aceleradas en plantas avícolas y plantas procesadoras de carne, en las minas, pesquerías y en casi todos los lugares de trabajo.

En la lucha global por las ganancias, todos los procesos laborales, ya sea en hospitales, oficinas o campos, son sometidos a presión cuando los patronos oponen a l@s trabajador@s un@s contra otr@s.

La crisis de sobreproducción del capitalismo estadounidense

Pero en este proceso, la clase capitalista aumenta su propia crisis, la crisis de sobreproducción la cuál trata de vencer. La meta de cada facción capitalista es producir más, vender más, y reducir o eliminar la mano de obra. Esto resulta en una creciente crisis para l@s trabajador@s.

Después de las últimas cuatro crisis económicas, durante cada período de recuperación se ha hecho más y más difícil para el sistema, el absorber y reemplear a l@s trabajador@s. Según estadísticas compiladas por el Instituto de la Política Económica, publicada el 6 de enero en un documento titulado “El estado del empleo”, las cifras de crecimiento de empleos por 49 meses en cada período de recuperación han disminuido:

* marzo 1975 a abril 1979: 16,7 por ciento

* noviembre 1982 a diciembre 1986: 13,2 por ciento

* marzo 1991 a abril 1995: 7,8 por ciento

* noviembre 2001 a diciembre 2005: 2,7 por ciento

Después de cada crisis se ha hecho cada vez más difícil para l@s trabajador@s encontrar trabajo. Con cada crisis las corporaciones gigantescas se combinan. Despiden a nombre de promover “la eficiencia”. Hacen nuevas inversiones en maquinaria y tecnología economizadora de mano de obra para incrementar sus ganancias. Construyen medios de producción más y más poderosos.

Y tienen que vender más y más mercancía para recuperar el costo de las costosas tecnologías y fábricas, y tener todavía bastante dinero de sobra para sacar las ganancias fabulosas que son su razón de vivir. Las corporaciones chocan con la sobreproducción capitalista una y otra vez. Y cada vez es más difícil para ellos sacar ganancias.

Para mantener la producción ellos recurren al crédito, del gobierno federal en la forma de tasas bajas de interés o del crédito del consumidor. Según el Wall Street Journal del 10 de enero, el crédito consumidor, sin contar las hipotecas, ya llega a $2.1 trillones (millones de miles de millones).

En el ámbito de la producción y la explotación, ellos contratan la mano de obra en áreas del mundo donde hay sueldos muy bajos, enfrentan a l@s trabajador@s de otros países contra l@s trabajador@s de los Estados Unidos, y atacan los sindicatos, los sueldos, las pensiones, y los beneficios.

En la actualidad, las corporaciones han acumulado enormes ganancias que no pueden reinvertir. Las corporaciones estadounidenses son ricas en dinero en efectivo. Según el Wall Street Journal del 3 de noviembre, “Las pensiones, seguros y fondos mutualistas del mundo tienen $46 trillones a su disposición, lo cual ha subido un tercio desde el año 2000. En el mismo período las reservas globales de los bancos-centrales se han duplicado llegando a $4 trillones, y otros índices de capital disponible han subido también.”

El Journal señala que los inversores globales se están metiendo en una gama amplia de bienes arriesgados. Todos son especulativos y casi ninguno tiene que ver con la producción de riqueza. Ellos compran instrumentos financieros, bienes raíces, y deudas apoyadas por hipotecas, etc.

De esta riqueza, alguna sólo tiene valor de papel, el resto no es nada más que la ganancia sacada del proceso laboral, sacada de l@s trabajador@s en la forma de plusvalía. Está siendo guardada porque no se puede invertir en producción y sacarle ganancia. Las restricciones crecientes del mercado mundial sobre la economía cada vez más productiva de los Estados Unidos y de toda la clase capitalista mundial, tienden a limitar las inversiones. Ésto a su vez resulta en el desempleo y la explotación acrecentada para sacar más ganancias de l@s trabajador@s.

Crisis aquí, guerras en el exterior

Esta lucha global por mercados, recursos e inversiones impulsa a los patronos a fomentar guerras. Eso es lo que impulsó a la administración de Bush a tratar de conquistar el petróleo de Irak. Eso es lo que les está impulsando tratar de conquistar a Irán y Corea de Norte, amenazar a China, tratar de derrocar a Hugo Chávez en Venezuela, y bloquear a Cuba.

Sus aventuras en el exterior son sencillamente una extensión de sus prácticas crueles, racistas y abusivas en este país. El racismo contra los iraquíes es sólo un ejemplo de la manera en que el racismo y el chauvinismo en general han sido utilizados al servicio de la guerra imperialista, desde la guerra de 1898 con España cuando los Estados Unidos se apoderó de las Islas Filipinas, Cuba y Puerto Rico hasta la Guerra de Vietnam.

Esta situación no puede proseguir en una línea recta.

De hecho, l@s trabajador@s de la Delphi están empezando a luchar contra el intento de cortar drásticamente su sueldo y beneficios con la excusa de la ley de quiebras.

El sindicato de trabajador@s del tránsito (TWU) en la ciudad de Nueva York tomó una posición histórica contra el mismo centro del capital financiero estadounidense en Wall Street y dejaron sus puestos de trabajo para parar el asalto contra sus pensiones y luchar por dignidad. Convocaron a una huelga retando a la Ley Taylor que prohíbe las huelgas por empleados de la ciudad, y confrontaron a los tenedores de bonos de la Autoridad Metropolitana del Tránsito (MTA), al alcalde y al gobernador del estado, feroces adversarios de los sindicatos.

Los conserjes en Tejas han organizado recientemente y han ganado una victoria sin precedencia.

La clase capitalista y su sistema han asegurado que la lucha de clases se agudice y sea más grande en el porvenir. Es el renacimiento de la lucha de la clase trabajadora lo que llevará a toda la sociedad hacia adelante.

Los patronos estadounidenses han tenido un período relativo de tranquilidad laboral por varias décadas. Pero en su sed insaciable por ganancias y su necesidad de vencer la crisis de sobreproducción, ellos inevitablemente despertarán una respuesta de la clase trabajadora multinacional que irá por el camino de la rebelión y abrirá una contraofensiva.

La contradicción entre el gran aparato mundial operado socialmente por una producción coordinada, por una parte, y la propiedad privada de la economía mundial por un grupo pequeño de multimillonarios corporativos por otra, sólo puede ser vencida a través de la lucha. Los medios para producir toda esta gran riqueza han sido construidos por la clase trabajadora, no por los explotadores. L@s trabajador@s deben apoderarse de los medios de producción y usarlos no para la ganancia privada, sino para satisfacer las necesidades humanos—para el cuidado de la salud, la vivienda, la educación, los empleos y todo lo necesario para llevar una vida decente. Eso es la esencia precisa del socialismo.


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