Detrás de las posiciones de Wolfowitz y Bolton
Por Fred Goldstein
Con el nombramiento de John Bolton para
Embajador de los Estados Unidos a la ONU y el de Paul Wolfowitz para presidente
del Banco Mundial, el Presidente George W. Bush está tratando de
conseguir en las esferas políticas y financieras lo que no a podido hacer
por medios militares, o sea, expandir drástica y unilateralmente el
dominio de Washington sobre el mundo.
Bolton, (“No hay tal cosa como
las Naciones Unidas”) y Wolfowitz (“Ellos [los iraquíes] nos
recibirán como sus libertadores”), son dos aves de rapiña
que más empujan el unilateralismo en la administración de Bush.
Estas medidas unilaterales, han sido desastrosas en Irak; la política
exterior de amenazas militares ha servido solamente para solidificar la
resistencia a Washington y revelar su vulnerabilidad.
Por eso la
administración de Bush ha cambiado los puestos de Bolton y Wolfo witz,
poniéndolos en áreas donde pueden continuar con su política
beligerante y unilateral, pero que a la vez la resistencia antiimperialista no
es tan firme como lo es en las calles de Bagdad o Mosul, Gaza, el sur del
Líbano, Terán, Pyongyang, Caracas o la Habana.
Bolton era
diputado del Secretario de Estado para el control de las armas y asuntos
internacionales. Era el representante del vicepresidente Dick Cheney y del
Secretario de la Defensa, Donald Rums feld en el Departamento de Estado. Bolton
era el favorito del senador ultra derechista, militarista y racista Jesse Helms,
representante de Carolina del Norte, quien dijo sobre Bolton durante su
confirmación en el año 2001: “John Bolton es el tipo de
hombre con quien yo querría estar a la hora de la lucha final, si ese ha
de ser mi destino de estar allí durante lo que se predice ser la batalla
final entre el bien y el mal en este mundo.” (www.fpis.org/republicanrule)
Bolton, el diplomático
mercenario
Las Naciones Unidas es el escenario en el cual Washington
tratará de presionar más a Irán. Bolton fue el causante del
intento de sacar a Mohamed ElBaradei de su posición como jefe de la
Agencia Internacional de Energía Atómica porque no tomó una
posición más dura contra Irán. Bolton fue citado por el
periódico israelita, Haaretz a comienzos del 2003, diciendo que
“las Naciones Unidas, después de vencer a Irak,
‘bregará’ con Irán, Siria, y Corea del Norte. (Interna
tional Herald Tribune, March 8)
El nombramiento de Bolton es una movida
particularmente agresiva contra China, ya que él es un cabildero pagado
por el gobierno Taiwanés y estaba ayudando al régimen de Taipei a
desarrollar una estrategia para lograr el recono ci miento por la
ONU.
Bolton tuvo que ser excluido como negociador en las conversaciones
sobre Corea del Norte después de que calificara al líder Kim Jong
Ill como un “dictador tiránico” de un país donde
“la vida es un infierno.” En una concesión sin precedentes,
el Departamento de Estado lo removió de su puesto en la delegación
después de que el gobierno norcoreano dijera que “ese
parásito y sucio ser humano no tiene derecho a ser partícipe en
las negociaciones.”
Según el artículo del Tribune:
“En una entrevista con el New York Times en el 2002, a Bolton se le
preguntó sobre las señales contradictorias de la
administración Bush acerca de Corea del Norte. El tomó un libro de
la repisa y lo puso sobre la mesa. Su título: ‘El Fin de Corea del
Norte.’”
“Eso, ‘dijo al periodista, ‘es
nuestra política.’”
Estas acciones públicas de
Bolton son crudas repeticiones del pronunciamiento de Bush sobre “el eje
diabólico” en su beligerante discurso sobre el Estado de la
Unión.
Sin embargo todo esto pasó antes de la resistencia
iraquí. Esto representa la agresividad de los neo conservadores y otros
militaristas de derecha quienes dominan la administración de Bush. Pero
mientras la atmósfera y las ambiciones persisten, la resistencia mundial
ha forzado a la administración de Bush a depender más de
métodos diplomáticos, intimidación, estrangulación
financiera y subversión mientras trata de bregar con su retroceso
político en Irak.
Las nominaciones de Bolton y Wolfo witz
están calculadas para comunicar un impulso agresivo poniendo a dos de las
instituciones mundiales más importantes del imperialismo, la ONU y el
Banco Mundial, más cerca del dominio imperialista estadounidense,
especialmente del grupo derechista representado por la administración de
Bush.
Wolfowitz: integrando el milita rismo y las funciones
banqueras
Hay varios aspectos importantes sobre la
nominación de Wolfowitz como presidente del Banco Mundial. Es de gran
significado que la segunda persona más pode rosa en el Pentágono
pueda hacer la transición de ser director de la más grande
institución financiera en el mundo imperialista.
Mucho se dice
sobre la falta de experiencia de Wolfowitz en el campo de desarrollo
económico. Pero el desarrollo econó mico es secundario para el
Banco Mun dial. Su principal función es la de canalizar fondos para
inversiones y explo taciones hacia los grandes monopolios, en particular a los
gigantes petroleros. Esto les hace más fácil el robo a los
países oprimidos en todo el mundo.
V.I. Lenin, el organizador de la
Revo lución Bolchevique, escribió un libro en 1916 titulado
“Imperialismo, la Fase Final del Capitalismo.” Lenin condensó
lo que en ese entonces era una nueva fase del capitalismo, después de su
estado competitivo. El describió el desarrollo de grandes monopolios y
carteles al igual que la unión de la industria bancaria y el capital
industrial en unl capital financiero. Esta integración de los bancos con
las transnacionales preparó el terreno para la división de todo el
mundo en diferentes esferas de interés imperialista.
Lenin estaba
escribiendo en la primera fase del desarrollo del militarismo imperialista,
durante la Primera Guerra Mun dial. Particularmente desde la Segunda Guerra
Mundial, uno de los procesos más pronunciados en la evolución del
imperialismo ha sido la profunda integración del sector militar con el
capital financiero. Y el Pentágono se ha convertido en ese eje en los
Estados Unidos.
Wolfowitz es el protegido de Cheney. Ambos sirvieron en la
primera administración de Bush en el Pentágono, Cheney como
Secretario del Estado y Wolfowitz como diputado para los planes y
política de la defensa.
Después del colapso de la URSS,
ellos escribieron un documento hecho público en marzo de 1992 afirmando
que de entonces en adelante los Estados Unidos serían la potencia
dominante absoluta en el mundo y ningún poder o grupo de poderes
debería ni siquiera pensar en desafiar su supremacía. Ese
documento fue colado al New York Times y luego negado por George Bush, padre,
presidente de los EEUU entonces.
Esta tesis volvió a emerger en una
forma más agresiva en el documento de Bush, la Estrategia de la Seguridad
Nacional, publicado en el 2002. Eran las voces de Cheney, Wolfowitz y sus
partidarios en el Pentágono y Wall Street; era sólo una
actualización del 1992.
La conexión entre Cheney y Wolfowitz
es importante porque Cheney, como el antiguo director ejecutivo de Halliburton,
una compañía de servicios petroleros, está en el centro de
la industria petrolera y negocia con todas las grandes compañías.
Estas compañías, a su vez, tienen una perspectiva global
idéntica a la del Pentágono. Los monopolios petroleros
están en el centro del capitalismo estadounidense, integrados con la
industria, las finanzas y el sector militar. El puesto de Wolfowitz es un paso
en la profundización de esta integración.
Mientras el
imperialismo alemán y estadounidense competía para desmembrar a
Yugoslavia, culminando con la guerra de la administración de Clinton en
1999 que envió soldados estadounidenses para ocupar Kosovo, el Banco
Mundial ya estaba en escena, listo para dar préstamos a las grandes
corporaciones para la “reconstrucción”.
En marzo del
2002, después de que el Pentágono pulverizara a Afganistán
con bombas y misiles, el Banco Mundial apa reció en escena para financiar
a beneficio de los monopolios, un oleoducto que corre desde Turkestán a
través de Afganistán hasta el Océano Indico. El banco
también estaba en el escenario después de la invasión de
Irak, para ayudar con la “reconstrucción” diseñada a
reforzar la ocupación de ese país rico en petróleo por los
Estados Unidos.
El Banco Mundial y Halliburton
No es posible
estar más cerca de la corporación Halliburton que el Banco
Mundial. La antigua firma de Cheney controla los contratos de energía en
Irak y está en condiciones de ayudar a las gigantescas
compañías de petróleo estadounidenses a apoderarse del
petróleo iraquí. Wolfowitz fue arquitecto de la guerra que fue
iniciada por ese petróleo. Cuando Wolfowitz tome el control del Banco
Mundial todavía estará metido en la guerra por el petróleo;
todavía estará trabajando con Cheney, Rumsfeld y el
Pentágono al servicio del capital finan ciero y su imperio, sólo
que en una capacidad diferente. Durante el período de 1992 a 2004, el
Banco Mundial financió proyectos de combustible—petróleo,
carbón, gas, centrales eléctricas, privatización de
centrales y recursos naturales—a un costo de $28 billones. (“Wrong
Turn from Río”, www.seen.org) De esos $28 billones, Halliburton
recibió $2.575 miles de millones por proyectos en Azerbaijan, Bangladesh,
Brasil, Chad, Came rún, Georgia, India, Kazakhstán, Mozambique,
Rusia, y Tailandia. Halli burton fue el contratista de petróleo
más grande del Banco Mundial (“The Energy Tug of War”,
www.seen.org).
Para no quedarse fuera, Exxon Mobil recibió $1.367
miles de millones por proyectos en Argentina, Chad, Camerún, Guinea
Ecuatorial, Georgia, Kazakhstán y Rusia; Chevron Texaco recibió
$1.589 miles de millones para entrar en Camerún, Chad, Colombia,
Congo-Brazzaville, Indo nesia, Kazak hstán, Rusia, y Tai landia; Unocal
recibió $938 millones; y Enron $744 millones. Todos los gigantes del
petróleo del mundo imperialista participaron de la distribución.
Una mirada a la lista de países productores de petróleo
revela que son también países de interés para el
Pentá gono, los bancos y otros explotadores trans nacionales.
Así el traslado de Wolfo witz al Banco Mundial es como trasladar
un halcón militar de un sector del aparato imperial a otro. El
vínculo centralizador es el conjunto militar-industrial, el Pentá
gono y las grandes compañías de petróleo. Ellos son
inseparables del propio imperialismo.
No es accidental que el arquitecto
de la Guerra de Vietnam bajo el Presidente Lyndon Johnson, el Secretario de
Defensa Robert McNamara, también fuera tras ladado a la presidencia del
Banco Mun dial. Él había sido el director ejecutivo de la Ford
Motors y sabía cómo dirigir un imperio corporativo. Su traslado al
Pentá gono y luego al Banco Mundial fue una transición natural
dentro del imperio.
Se especula que Wolfowitz está siendo
promovido por estar identificado con el fracaso de una guerra de
agresión—de la misma manera que McNamara fue tras ladado por el
fracaso de conquistar a Viet nam. Lo seguro es que Wolfowitz ha sido removido
del puesto de formular la política militar en el cual ha pasado su vida.
Pero sólo el tiempo revelará cuál es el significado de este
traslado, si se logra.
La nominación de Wolfowitz tiene muchas
implicaciones económicas y polí ticas graves para el destino del
Tercer Mundo. Sin duda Wolfowitz va a profundizar la política
reaccionaria y neoliberal que ya sigue el Banco Mundial.
El Banco Mundial
es en realidad una institución que colabora con el Fondo Monetario Inter
nacional. El Banco Mun dial retiene préstamos hasta que el gobierno
dependiente se someta a todas las medidas de austeridad demandadas por el FMI:
vender las industrias y las empresas de servicios púb licos nacionales a
las compañías transnacionales; cobrar por servicios básicos
como la salud, la educación, y el agua; cortar subsidios gubernamentales
a l@s trabajador@s; exportar los recursos naturales necesitados nacionalmente a
los países imperialistas, y muchas otras medidas onerosas. El Banco
Mundial está ahora bajo ataque en muchos países.
Wolfowitz
está tan abiertamente identificado con la guerra en Irak, la
ocupación, la tortura, los asesinatos de civiles, la destrucción
de Faluya, y con toda la política abiertamente guerrerista y agresiva del
imperialismo estadounidense, que su nominación al Banco Mundial, si pasa,
podría fácilmente iniciar una nueva ola de luchas para echar a
esta institución imperialista fuera de los países oprimidos.
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