Un padre y su infante ultimados por la policía
Por John Parker Los Ángeles, California En el
funeral de la pequeña de 19 meses de edad, Suzie Peña, una persona
resumió el sentimiento de muchos de los que acudieron cuando
gritó: “¡La policía es asesina!” Suzie y
su padre, José Peña, fueron ambos ultimados el 10 de julio en
Watts cuando su padre, con la niña en brazos, intercambiaba disparos con
el equipo SWAT del Departamento de Policía de Los Ángeles,
hiriendo a un oficial en el hombro. En vez de calmar la situación, la
policía decidió que ni Peña ni la niña se
merecían más tiempo de negociación—aunque la familia
lo pedía—y decidió disparar contra un hombre desesperado que
sostenía un arma y un bebé. Los médicos han
determinado que la bala que mató a Suzie es del equipo SWAT—uno de
90 tiros que la policía disparó contra los Peñas. Aunque el
Departamento de la Policía de los Ángeles, (DPLA), trató de
ocultar el reporte médico, hasta el Jefe de la Policía William J.
Bratton pensó que el DPLA mató a la niña. Sin embargo,
él culpó al padre, llamándole un “asesino a sangre
fría,” aunque no hay ninguna evidencia de que Peña haya
matado a nadie. Pero por otra parte, Bratton sí tiene un historial
de muchos casos de brutalidad policial y asesinatos bajo su supervisión
en Los Ángeles. Y del 1994 al 1996, cuando Bratton era jefe de la
policía de la Ciudad de Nueva York, 75 personas fueron asesinadas en esa
ciudad por la policía. En vez de mostrar remordimiento por la
muerte de Suzie, Bratton insultó a la familia Peña diciendo que
ellos estaban distorsionando la verdad. “Este padre no era el padre del
año, como la familia esta tratando de describirle,” dijo Bratton
poco después de la tragedia. Lorena López, la esposa de
Peña, ha dicho que el punto es la irresponsabilidad del DPLA al poner en
peligro las vidas, y está pidiendo justicia por la muerte de su esposo y
de su hija. Según el periódico Los Angeles Times,
López y su hija mayor llamaron a la policía buscando ayuda porque
Peña les había amenazado y también amenazó con matar
a Suzie. Ellas comunicaron que él estaba bajo la influencia de drogas y
alcohol. Lo que ellas querían era que la policía les protegiera,
especialmente a la niña. Cuando la policía llegó, la
familia pidió participar en las negociaciones con Peña. Pero el
equipo SWAT del DPLA rehusó. Cuando un oficial fue herido, ellos
decidieron igualar por mucho la balanza. “Ha sido muy cruel lo que
le pasó a mi hermano,” dijo Germán Peña a Los Angeles
Times. “Ellos no tuvieron ninguna paciencia, ninguna, sabiendo que mi
sobrina estaba con él, que él era padre.” Este fatal
incidente sucede dos meses después de que dos alguaciles del Depar
tamento del Sheriff del Condado de los Ángeles dispararan 120 veces a un
vehí culo contra un hombre desarmado en una vecindad residencial.
¿Su razón? Él no se detuvo y los llevaba alrededor de la
cuadra a una velocidad de —— 35 millas por hora. El chofer
recibió cuatro disparos y muchas balas alcanzaron a las casas
vecinas. Activistas locales destacan que esta clase de comportamiento
racista e irresponsable de parte de la policía no ocurre en las
comunidades adineradas como por ejemplo en Beverly Hills, donde viven muy pocas
personas negras y latinas. El recién elegido alcalde de Los
Ángeles Antonio Villaraigosa ha rehusado condenar directamente a la
policía por el asesinato de los Peña. En vez de eso, ha pedido al
jefe de la policía y a la familia hablar del asunto en un tono más
moderado. Dado el incremento en la brutalidad policial y los asesinatos en
el Sur de Los Ángeles, una respuesta más apropiada sería la
demanda por justicia expresada militantemente y en voz alta durante las
manifestaciones organizadas por la familia en el lugar del suceso. Muchos
creen que un paso adicional importante sería despedir y luego encarcelar
al jefe de la policía Bratton como cómplice en las numerosas
matanzas de negros y latinos por parte de la fuerza policial que él
encabeza.
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