Por qué la Secretaria de Estado Rice visitó Haití
Por G. Dunkel
Teniendo en cuenta la desintegración de la
posición de los EEUU en Irak; el fracaso de la reciente visita al Medio
Oriente de la Subsecretaria de Estado para la Diplomacia Pública, Karen
Hughes; y el prestigio e influencia de Cuba y Venezuela en América Latina
incrementando a diario, la Secretaria de Estado Condo leezza Rice decidió
hacer una visita a Haití el 27 de septiembre.
El propósito
de su visita fue el de hacer validar las elecciones presidenciales programadas
para el 20 de noviembre-una tarea difícil considerando que su gobierno
removió forzosamente al Presidente Jean-Bertrand Aristide en febrero de
2004. Aristide había sido eleigdo dos veces con amplio apoyo del pueblo
haitiano.
Haití es el país más pobre en el Hemisferio
Occidental y se cuenta entre los 10 más pobres del mundo. Estrategas
estadounidenses sobre subversión piensan que prodigando dinero libremente
en las temporadas electorales puede hacer que las cosas salgan según sus
intereses.
Sin embargo, el equipo de Rice estaba tan preocupado sobre su
seguridad que anunció la visita apenas un solo día antes de su
llegada. Cuando su predecesor Colin Powell fue a Haití en 2004, muchos
salieron en protesta a las calles. Rice viajó en helicóptero del
aeropuerto al palacio presidencial, el que estuvo fuertemente custodiado por
efectivos de la Misión de Estabilización de la ONU
(MINUSTAH).
En una conferencia de prensa en el Palacio Nacional con el
primer ministro ilegítimo, Gérard Latortue, Rice se refirió
ambiguamente a “problemas técnicos” que afectaban la
elección. Para que haya una transferencia de poder el 7 de febrero, ella
dijo, “Hay que tener elecciones y hay elecciones sucesivas que deben tener
lugar. Y entonces son en muchos aspectos, cuestiones técnicas con las
cuales hay que bregar, como por ejemplo la del registro de los lugares de
votar”.
Mientras que es muy improbable que Rice visitara a
Haití para tratar con problemas “técnicos”, hay muchos
de estos que pueden ser utilizados como pretexto para posponer los comicios. La
compañía que produce las tarjetas de identidad para la
elección ha entregado sólo 20.000 para los 2,5 millones de
votantes registrados; otras 70.000 se esperan entregar en la primera semana de
octubre.
Otro problema es la falta de instalaciones. En Delmas, un
suburbio pobre de la capital, la oficina electoral está ubicada en un
garaje, con pilas de basura y agua estancada en el patio, y con frecuencia no
hay luz.
A pesar de que el Consejo Electoral Provisional (CEP)
había anunciado que el registro fue cerrado el 30 de septiembre, luego de
la visita de Rice, anunció que las oficinas de registro estarían
establecidas en áreas rurales y comunidades como Bel Air, Cite Soleil y
Grand Ravine y estarían abiertas hasta el 15 de octubre. Aproxi madamente
2,5 millones de haitianos registrados de una población de votantes
elegibles de 4,5 millones no prestarían la apariencia de
“legitimidad” que los EEUU quiere y necesita.
Cuando se le
preguntó cuál era su verdadero mensaje al actual gobierno de
facto, Rice respondió, “Estas elecciones tienen que ser libres y
justas e inclusivas”. El CEP ya ha eliminado de la competencia para la
presidencia a 20 candidatos, dejando 32 más, y ni siquiera ha comenzado a
reducir la cantidad de candidatos para el senado y los consejos
municipales.
La declaración preparada de Rice para abrir la
conferencia de prensa concluyó, “A través de la historia la
gente ha luchado por el derecho a votar. Algunos hasta han muerto por el derecho
de votar. No hay arma más poderosa en la mano de un ciudadano que el
voto. Por eso al pueblo haitiano, yo les exhorto a utilizar esa arma poderosa,
el voto, en los días próximos”.
Nada puede ser
más hipócrita por parte de un país que derrocó al
presidente de Haití que fue elegido democráticamente.
El
pueblo de Haití es muy político, y entiende que si la clase
dominante de los Estados Unidos y lo que ella considera la comunidad
internacional-países como Francia y Canadá-no están de
acuerdo o desaprueban la elección del pueblo de Haití, ese
candidato será remplazado. En 1991, cuando aún existía el
ejército de Haití, los EEUU lo utilizó para enviar al
Presidente Jean-Bertrand Aristide al exilio. En 2004, utilizaron al equipo
armado de seguridad del embajador estadounidense para llevar a cabo el secuestro
y el golpe de estado de Aristide.
Cuando le preguntaron cuál era la
actitud de los EEUU frente a Aristide, ella respondió, “Bueno, de
hecho, la comunidad internacional piensa que no sería bueno que volviera
Aristide. Yo creo que esto está bien claro. El pueblo de Haití
sigue adelante”.
Nunca ella lo llamó Presidente Aristide, ni
siquiera ex presidente. Siempre fue “Sr. Aristide”, aunque él
fuera elegido demo cráticamente dos veces como presidente.
Y esta
es la verdadera razón por la cual el gobierno de los EEUU está
comprometido a mantener a Aristide fuera del poder y fuera de Haití. El
pueblo de Haití rechazó al candidato escogido por los EEUU cuando
el pueblo eligió a Aristide. Hay indicios de que están
preparándose de nuevo a rechazar la
“selección-elección-rechazo” que está siendo
planeada. Si esto ocurre, la administración de Bush habrá sufrido
una grave derrota política y no será capaz de legitimizar sus
agentes en Haití.
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